– ¿Cómo que electrocutados? ¿Los deberes? ¿Cómo diantres se van a electrocutar los deberes?
– Verá usted, señor profesor: es que los tenía almacenados en la Nube esa del Internet y no vea usted la tormenta: truenos rayos y centellas… Algo terrible. No han quedado ni los restos.
(Dedicado a mi maestro, Andrés Sopeña, y a cualquiera de sus personajes. Briones, por ejemplo…)
Jesús Lens