La noche no es para mí

Me gusta el jazz. Lo adoro. Sobre todo, en directo. Y si es en un club, con la posibilidad de tomar una cerveza helada, mucho mejor. Hace unas noches estábamos disfrutando de una estupenda jam session que, tras el descanso, prometía ser incluso mejor ya que Sergio Pamies, el sensacional pianista granadino afincado en Estados Unidos, se encontraba entre el público.

 

Cuando mi Cuate y yo miramos el reloj y vimos que era casi la una de la mañana, con todo el dolor de nuestro corazón, decidimos hacerle más caso a la razón que a las ganas y a las tripas y nos retiramos prudencialmente a dormir, no sin maldecir los insensatos horarios de esta España de charanga y pandereta que atentan contra cualquier lógica o racionalidad productiva.

 

Mi Cuate y yo, distendidos, antes de mirar el reloj
Mi Cuate y yo, distendidos, antes de mirar el reloj

Vivimos en un país en el que una buena cantidad de sus funcionarios y trabajadores comienzan su jornada entre 7 y 9 de la mañana. Pero el prime time de las televisiones no comienza hasta las 22 horas y buena parte de los programas más populares terminan bien entrada la madrugada.

 

Vivimos en un país que se permite poner algunos de los partidos de fútbol más excitantes de las jornadas laborales en horarios en los que los espectadores, de haber prórroga, se encontrarían con el transporte público cerrado al salir del estadio. Vivimos en un país, en fin, en que buena parte de los currantes se pasan unas doce horas en su centro de trabajo, con dos o tres horas muertas, a mediodía, para comer.

 

Y luego está lo de la pertinaz y atávica (im)puntualidad hispánica. Si hay algo que odio es que me tomen el pelo con los horarios. El día solo tiene 24 horas y que me escamoteen tan solo una de ellas me parece un atraco a mano armada. Se anuncia un evento para las 22.30. Y como a esa hora no hay ni moscas, se va dejando el tiempo pasar, a ver si llega la peña. Y la actuación comienza, con suerte, a las 23.30. O más tarde. Pero, ¿de quién es la culpa?

 

Se puede decir más alto, pero más claro...
Se puede decir más alto, pero más claro…

Uno, que ya tiene sus años y ha tenido la suerte de viajar por muchos sitios, disfruta de la seriedad de clubes tan afamados como el Blue Note, donde las 19.30 son las 19.30. O’clock. O del Jazz Standard, donde Chano Domínguez se queda sin cenar, pero no se retrasa un minuto en salir al escenario. Y el espectador que llega tarde, además de ganarse el mudo reproche de todos los presentes por molestar, se pierde parte del concierto. ¡Él verá!

 

Esta sana costumbre, adoptada por eventos serios como el Festival de Jazz de Granada, el Jazz en la Costa de Almuñécar, la Semana Negra de Gijón o el Etnosur de Alcalá la Real era sistemáticamente ignorada por otros festivales a los que ya renuncié a ir, a pesar de sus potentes carteles e interesantes propuestas.

 jazz en la costa cartel 2013

Sé que una columna como esta choca con la estética y el gusto por la bohemia y la vida canalla tan propias del mundo de la farándula, pero tenemos que tomar una decisión: o empezamos a ser un país serio que racionaliza los horarios, cuida a los espectadores y respeta a la cultura, creyéndose eso de que es un motor económico de primera magnitud; o seguimos siendo una sociedad tercermundista en la que unos trabajan mientras otros se divierten. Eso sí, no olvidemos que, para poder ordeñar a la vaca, hay que darle de comer. Todos los días.

 

En Twitter: @Jesus_Lens

El estado de la nación

Mi amiga Alma, alcalaína, casablanquera y etnosureña de pro, me hace llegar el vídeo que podréis ver a continuación. ¡Con lo que me gusta la música africana, no conocía yo a este pedazo de monstruo, Tiken Jah Fakoly! Menos mal que no rodeamos de gente sabia que nos abre la mente y nos muestra nuevos caminos.

Y Alma me hace llegar el vídeo mientras en el Congreso de los Diputados se debate sobre el Estado de la Nación. Porque la voy conociendo y sé que no es capaz de tamaña maldad. Si no, pensaría que lo ha hecho con toda la intención.

¿Debate? ¿Qué debate? En realidad, no hay debate posible. Lo que hay, es una debacle.

¿Lo veis?

Puede que España no sea Uganda y que seamos la Somalia de la piratería internauta internacional. Pero que España se va a la mierda, nos lo cantan hasta en Costa de Marfil…

Lo mismo no quieres seguir a un tipo con un humor tan cabrón, pero por si sí, aquí estamos: @jesus_lens

Ahora, a ver los 20 de febrero de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012 

Etnosur 2011

Se me hace extraño escribir de Etnosur cuando estamos (casi) preparando el petate para bajar a Salobreña y, desde la base de nuestro querido Hostal San Juan, organizar otro fin de semana de jazz, amigos, espetos, encuentros, charlas, planes, proyectos y arroz.

Foto: Cuate Pepe

Pero lo bueno de Etnosur, como ocurre con otros grandes e imprescindibles Festivales (Semana Negra, Encuentro Teatral Tres Continentes, Nuevas Tendencias de Salobreña, Festival de jazz…) es que sus efectos no se terminan cuando echa el cierre, sino que perduran y se amplifican, se potencian, crecen y germinan con el paso de los días, las semanas y los meses.

Este año conseguimos alojamiento en Alcalá la Real, con lo que pudimos disfrutar no sólo de los siempre imprescindibles y espectaculares conciertos nocturnos sino también de las actividades de día. Y de tarde. La Troupe Musiquera, más activa que casi nunca, puso rumbo a las tierras de frontera y Panchi, Pepe y Álvaro nos hicimos fuertes en el meollo de Etnosur, con el objetivo de sacarle todo el jugo posible. ¡Y vaya si lo hicimos!

Eso supuso un desgaste directamente proporcional a las muchas e intensas emociones y sensaciones de los diferentes eventos de los que pudimos gozar.

Foto: Cuate Pepe

Por ejemplo, de estar en primera fila, en el homenaje a Miriam Makeba, la querida, reverenciada y añorada Mamá África, cuya biografía vimos en cine hace unas semanas.

Y del colosal, turbulento y abrasador directo de Femi Kuti, al que habíamos visto en Territorios Sur de Sevilla, pero que, visto de cerca, resulta absolutamente arrollador. ¡Qué despliegue de energía! ¡Qué coordinación, sincronización y estética! Una inyección, un chute de vitalidad. En vena.

Foto: Cuate Pepe

El sábado por la mañana, a pique estuvimos de no encontrar sitio para la charla entre Rosa María Calaf, un arabista y Manu Bravo sobre las Primavera Árabe, con el Palacio Abacial lleno hasta los topes y un aire acondicionado incapaz de refrescar un ambiente expectante, activo y participativo. El Foro se alargó hasta pasadas las 2 de la tarde, momento en que nos tomamos una birra al son de la música ardiente de Afrogún, cuya sección de viento estaba muy inspirada en el Afrobeat más salvaje de la estirpe de los Kuti.

Foto: Cuate Pepe

Y llegó el momento relax, el oasis en el desierto perroflautero de Etnosur: el Rey de Copas de Frailes, un paraíso gastronómico a 10 kilómetros de Alcalá que recordaba con todo cariño de nuestros “años alcalaínos”, con Jorge y Lidia, cuando ésta era la juez del pueblo.

Y como el tiempo no pasa, el majestuoso hojaldre de langostinos con salsa de puerros seguía siendo un exquisito entrante. Además de las variadas croquetas de autor. O el pastel medieval. Y, como plato fuerte, un ligero y digestivo cochinillo al horno, con la piel bien crujiente. El vino: un honesto tinto cuya bodega estaba a 600 metros del propio restaurante. Todo queda en casa. O cerca. Charla, risas y buen rollo nos devolvieron a Alcalá, a relajarnos al Etnochill del Paseo de los Álamos, convertido en un megaconcierto dance con todas las de la ley.

Nos merendamos un blandito, casero y apetecible bizcochito, para empapar, y tras una necesaria y reparadora ducha, afrontamos el turno de noche. Un turno de noche que, seguramente motivado por la fuerza del grupo senegalés que abrió el fuego, lo vivimos y sentimos como a cámara lenta, por duplicado. ¡Qué percusiones! ¡Cómo sonaba el Djembe! Y la tama. Y qué saltos, qué bailes, qué acrobacias.

¿Dónde está Lens? Foto Ana Pancorbo

¡Ah! Que no habíamos hablado del pase de modelos de ropa senegalesa… en patines.

Ni comentamos la exhibición que nos dio el Padre de todos los Perroflautas de cómo se toca un Didgeridoo, aunque luego quisiera sangrarnos en la venta de uno.

Es lo que tiene Etnosur: como las pilas de los conejitos… dura. Y dura. Y dura…

Este Especial África de Etnosur ha supuesto un completo chute de endorfinas, empuje, fuerza y creatividad. El domingo por la mañana, en el desayuno, charlamos un rato con Pedro Melguizo, el inventor y factótum de todo este tinglado. Me encontró con la voz rota y, sonriendo, dijo:

– Se nota que lo habéis pasado bien.

– ¡Y mejor aún, créeme!

Jesús Etnosureño Lens

PD.- Y ahora… al Jazz en la Costa. Presumiblemente, hasta el domingo. Nos vemos. Y hablamos.

PD II.- Que sí, que sí. Que otros años también hemos publicado el 22 de julio: por ejemplo. Y aquí también.

Cines del Sur & Etnosur: África en Andalucía

Si compráis la revista Garnata, no encontraréis este reportaje. Por una sencilla cuestión de espacio-temporal: para cuando ha salido la revista, ya hacía demasiado tiempo que el Festival terminó y, por tanto, el reportaje estaba desfasado.

¡Qué complicado, el mundo de la edición! Mantener el equilibrio entre la actualidad, los plazos que nos devoran, el interés del lector y el número de páginas… ¡heroico, lo que consiguen los amigos de Garnata, en estos tiempos de estrecheces y restricciones!

Pero como la maquetación del reportaje había salido tan bien, no hemos querido echarla al olvido así que, como separata virtual de la revista, como si fuera una de las tomas falsas de un programa de televisión o parte del making off de una película, aquí lo lleváis: Cines del Sur o la visibilidad del Cine invisible.

Veréis que aparecen dos fotogramas de una película emocionante: “Mamá África”.

Quiere la casualidad -¿o no?- que este fin de semana se celebre en Alcalá la Real ese maravilloso e imprescindible Etnosur. Hace tiempo que no voy, que siempre me ha coincido con Semana Negra. Como la cita asturiana, este año, es más tarde, la Tropa Musiquero-Viajera hemos organizado un micro on the road con estancia en Alcalá la Real para disfrutar de un Festival que este año, además, es temático: Especial África.

Además de volver a ver a Femi Kuti, disfrutaremos, por supuesto, del merecido homenaje a Miriam Makeba, la entrañable Mamá África.

Creo que, esta vez, me llevaré tecnología portátil e iremos contando, en vivo y en (casi) directo.

Jesús making off Lens

 

PD.- Atención a dos excelentes artículos de Opinión de El País. Uno de Antoni Domenech y Daniel Raventós y otro de Sami Nair, sobre la izquierda, su desorientación y su ¿futuro? Dan mucho que pensar, creedme. Y aún con todo, tenéis que comprar Garnata. Porque sí estamos, con un reportaje de cine. Y que está basado en esta imagen…