Me gusta Orceman, de Carlos Hernández, por su existencialismo. Por su radical y serena descripción de la esencia del ser humano, desde un punto de vista netamente marxista: partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria. Y seguimos perseverando. Con ahínco. Sirvan estas tres tiras como ejemplo:
Orceman es un soplo de aire fresco que IDEAL nos regala todas y cada una de las mañanas. ¡Un lujazo, que diría mi querido Colin Bertholet!
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