El cómic toma Granada

Es brutal, en todos los sentidos de la expresión, el otoño expositivo que se nos abre en Granada, con el cómic, las viñetas y la ilustración tomando las mejores salas de la ciudad. 

Mi objetivo para esta semana, aprovechando el miércoles festivo, es ver algunas de las muestras actualmente en cartel. Tengo la sensación, aunque quizá sea solo un volunto, de que empezamos a creernos, también, el inmenso potencial que atesoramos en esta materia. De facto, Granada es una de las capitales europeas del cómic. Ténganlo en cuenta de cara al cada vez más lejano y olvidado 2031, en el improbable caso de que haya alguien pensando en ello.

El martes de inaugura en el Palacio del Almirante la (pen)última de las exposiciones en la materia. De la UGR, en este caso. Y nuevamente. ‘Viñetas en transición. Cómics en Granada (1976-1986)’. Se suma a las muestras dedicadas a Sergio García, nuestro flamante Premio Nacional de Ilustración 2022 en el Hospital Real, que muero por ver, y a la exposición dedicada al humor gráfico de Martínmorales en La Madraza. ¡Brutal, permítanme que insista! Y que me repita. 

A esas tres joyas hay que sumar la presencia del incisivo e hiriente Andrés Rábago, también conocido como El Roto, en el Centro Guerrero. Y la muestra que nos trae el Salón del Cómic a la sala del edificio Zaida de la Rural, ‘Los años del tebeo’. 

¡Qué suerte ser granadino y poder disfrutar en casa de semejante despliegue gráfico! Y qué suerte, para los de fuera, tener una excusa tan monumental para venir a gozar de nuestra ciudad. Si todo el mundo ha venido a Granada alguna vez en su vida, todo el mundo quiere volver. Así las cosas, los aficionados al cómic, el humor gráfico y la ilustración tienen la excusa perfecta para darse un salto.

Me encantaría poner aquí un link con toda la Agenda Cultural Única de Granada para ordenar toda esta información, pero aún no toca.

Jesús Lens

Desde lo jondo del flamenco

Aún están a tiempo. Hasta el 11 de septiembre está en cartel, en el Palacio de Carlos V. Las exposiciones de verano que aguantan unos días antes de echar el cierre son imprescindibles para hacernos soñar con una especie de prolongación artificial de agosto, como si el mes más perezoso del año estuviera conectado a un respirador artificial. 

La muestra ‘Desde lo jondo del flamenco. Granada 1922. Primer concurso de Cante Jondo’ invita a subir a la Alhambra para acceder evadirnos durante unas horas del ajetreo de comienzos de septiembre. Se trata de una extraordinaria muestra multidisciplinar, muy completa e instructiva, dedicada a “la historia de una idea que revolucionó el flamenco, la crónica de un grupo de intelectuales que aunaron tradición e innovación para lograr el éxito del que hoy somos testigos”, según la web de la exposición.

A lo largo de este 2022 estamos leyendo y escuchando mucho y muy bueno sobre el célebre concurso organizado por el Centro Artístico y Literario e impulsado por múltiples personalidades del mundillo cultural de Granada y alrededores, de Manuel de Falla y Miguel Cerón a Ignacio Zuloaga, cuya retrospectiva en el Hospital Real también fue sensacional.

La exposición, comisariada por Rafael Gómez y Rodrigo Gómez, comienza recordando la famosa conferencia impartida por Federico García Lorca precisamente en el Centro Artístico y cuyo éxito fue tal que se replicó poco después en el teatrillo del Hotel Alhambra Palace, con acompañamiento musical. 

Cien años se cumplen de una iniciativa que se preocupaba por la recuperación, la defensa y la reivindicación del flamenco, cante popular que se consideraba tan amenazado como hoy lo están el lince ibérico en las dehesas andaluzas y el humor y la ironía en las redes sociales.

230 piezas conforman una muestra muy reveladora que permite hacerse una idea precisa de los preparativos y prolegómenos del certamen, además de su desarrollo. “Objetos artísticos que son reflejo de la complejidad y dimensión transversal del concurso, y argumentan una gesta modernista y transgresora que consiguió hacer historia”, señalan los comisarios.

Cuadros, cartas, fotografías y telegramas; carteles, vestidos, la recreación de una zambra con grabaciones históricas y un largo etcétera de objetos muestran la auténtica dimensión de una cita histórica que sirvió para sacudir el mundillo cultural del Granada, ahí es nada. 

Lo que sigo sin tener claro es por qué, después de la celebración de aquel pionero Primer Concurso de Cante Jondo, que tanto éxito y repercusión tuvo, no hubo posteriores ediciones. Es un tema que tengo pendiente de hablar largo y tendido con mi admirado Jose Vallejo, ese gran sabio, estudioso e investigador que es todo un lujazo para Granada.

Jesús Lens

Belleza vanidosa

Hagamos un experimento de andar por casa, literalmente hablando. Yo les digo ‘Granada’ y ustedes me cuentan la primera imagen que se les viene a la cabeza.

Una, dos y… ¡tres!

¡GRANADA!

¿Qué tal? ¿Qué imagen se les ha configurado en la mente? ¿La Alhambra, sea la monumental o la que viene en forma de tercio? ¿La Sierra? ¿El Albaicín? ¿El Metro? ¿El PTS? ¿El Carlos V? ¿Mi querido Zaidín? Ahora, otra pregunta: ¿cuánto hay de recuerdos personales y cuánto de mixtificación en esa imagen?

No sé a ustedes pero a mí me pasa que, cuando ando por ahí fuera, al decirle a mi interlocutor que vengo de Granada, se le ilumina la cara. El brillo en sus ojos y el asomo de una sonrisa son la mejor prueba de que acaban de construir su propia imagen mental de nuestra ciudad, tal y como acabamos de hacer nosotros.

De eso va la gran exposición de la temporada, recién inaugurada en el Centro Cultural CajaGranada, cuyo título me parece necesariamente osado y provocador: ‘La vanidad de su belleza. Granada como imagen para el arte’. Un título muy adecuado al contenido de una muestra soberbia que, a buen seguro, concitará el interés de miles de espectadores.

La imagen de Granada interpretada a través de la mirada de 32 artistas de los últimos 150 años, condensada en cerca de 40 obras prodigiosas, algunas tan recientes que su pintura todavía está fresca, que han sido pintadas ex profeso para esta muestra.

Que la colaboración entre las fundaciones Cajasol y CajaGranada nos permitan disfrutar de exposiciones tan necesarias como ésta es una inmejorable muestra de los sabrosos frutos del trabajo en colaboración.

Tras una primera visita a su belleza vanidosa, yo ya tengo varias Granadas favoritas. La de Gordillo, por ejemplo, jugando con la leyenda ‘El corazón manda’ de la que escribí este verano, tras la visita a la Casa de los Tiros. La de Hermenegildo Lanz, por supuesto. O la de Julio Juste que, ayer, presidía la portada de IDEAL. ¿Y a usted? ¿Qué Granada le gusta más?

Jesús Lens

24 emociones

Efectivamente, la exposición “Génesis, tierra y piel”, que se puede disfrutar en el Cuarto Real de Santo Domingo, nos regala 24 emociones: una por cada fotografía. Una… al menos. Porque a mí, algunas de las instantáneas de Charo Guijarro y Jorge Pastor me han provocado más de una y más de dos emociones…

La exposición, a su paso por Úbeda

El concepto del que parten Charo y Jorge sitúa el cuerpo desnudo o semidesnudo de una persona en mitad de un paisaje, para mostrar la vulnerabilidad y la finitud del ser humano frente a los elementos primigenios de la naturaleza. Un ser finito y minúsculo dotado de una enorme voracidad. Un ser anecdótico en el devenir del tiempo, empeñado en dejar su huella, a toda costa, con todo lo que ello significa.

Hacer historia y dejar huella es una tentación que puede elevar a la humanidad hasta sus más altas cotas, a conseguir logros de importancia sin igual; que precipitarla hasta lo más profundo del infierno, a provocar desastres sin límites. Nuestra historia es fértil y nos proporciona mil y un ejemplos en ambos sentidos.

Por eso, la fotografía de una mujer frente a un árbol con quinientos años de vida resulta tan elocuente. O la imagen de un hombre que mira a la cámara con el rictus amenazante de un Monstruo de Gila, apasionante reptil que puede pasar años sin beber agua.

Un cuerpo que surge de los surcos de una tierra profundamente marrón o que yace tumbado, en posición fetal, entre la hierba y bajo los árboles. Cuerpos, en fin, que se convierten en estalactitas o en las ramas desnudas de un árbol, cimbreándose al viento.

“Génesis, tierra y piel” invita al espectador a sumergirse, también, en un universo natural violentado por lo artificial, a través de hermosas imágenes con enorme capacidad de evocación. Una carretera interminable que parte de los ojos de una mujer o la estela de un tren que, a toda velocidad, interfiere en el horizonte.

El trabajo de Charo Guijarro y Jorge Pastor es bello por sí mismo, pero también es reflexivo y provocador, como siempre debe ser el arte. Es una invitación a ver y a mirar, a descubrir y conocer a través de la lente de los artistas, pero también lleva a pensar qué y cómo es esa Tierra de la que todos venimos y a la que todos volveremos.

Jesús Lens

Duane Michals secuencia

No se pierdan la exposición dedicada al fotógrafo Duane Michals en el Centro José Guerrero: es una joya que van a disfrutar por lo mucho y bueno que muestra, pero también por la cantidad de puertas que abre a la imaginación y a la creatividad.

Háganme caso y, si pueden, vayan a verla un martes a las 19 horas, aprovechando la visita guiada y gratuita que hace Pablo, la mejor manera de sumergirse en el imaginario de un artista que cambió todos los paradigmas por cuanto a la forma de entender la fotografía.

 

Siempre me ha fascinado el concepto del Momento Decisivo, ese instante único en el que, como defendía Cartier Bresson, la vida y la muerte, el universo entero; quedaban atrapados en una imagen. Michals, sin embargo, se enfrenta a dicha concepción, clave en el fotoperiodismo y en la conocida como Street Photography, la foto callejera en la que el ojo del artista debe estar atento, presto y dispuesto para que no se le escape lo que ocurre delante de su vista.

 

Michals comienza por hacer una serie dedicada a Nueva York. Pero a una Nueva York vacía, sin rastro alguno de la presencia humana, lo que contradice el tópico de la ciudad que nunca duerme. Paradójicamente, la megalópolis deshabitada es toda una invitación a que el espectador construya sus propias narraciones y dote de vida imaginaria cada una de las estampas ofrecidas por el fotógrafo.

Después, Michals pasó a componer secuencias, a través de fotografías sucesivas que cuentan diferentes historias. Historias más o menos claras, más o menos transparentes; desde encuentros fugaces en sórdidos callejones a oscuros a sueños y pesadillas. Arte secuencial, como las viñetas de un cómic, que sugieren mucho más de lo que muestran. Fotografías aparentemente sencillas, pero en las que la escenografía y la composición están milimétricamente planificadas.

Y, por fin, la quintaesencia del arte fotográfico de Michals: imágenes con texto manuscrito en sus márgenes, a modo de agresiva poesía visual escrita en prosa, que trasciende los límites del concepto “pie de foto”. Textos que surgen a raíz de las imágenes. Imágenes que iluminan los textos.

¿Cómo se siente el fotógrafo, a la vista del objeto o la persona fotografiada? ¿Qué se le pasaba por la cabeza en aquel momento? ¿Qué nos quiere contar? Léanlo en la austera letra, casi cincelada, del propio artista.

Jesús Lens