Lo bueno del esperpéntico fomento de la desconexión ferroviaria que practica el gobierno del PP es que, en Granada, ha nacido toda una generación de chavales para los que el tren es un elemento más de la fantasía y la ciencia ficción.
¿A quien le interesan las naves espaciales y los extraterrestres, pudiendo fantasear con la posibilidad de un tren?
Por no hablar de la cuestión del lenguaje, que esa misma chavalada no tardará de preguntarse por el sentido de determinadas expresiones. Por ejemplo, ¿qué quieren decir los medios de comunicación cuando hablan del tren de vida que llevaban Bárcenas y la cúpula del PP? ¿A qué se refiere Menganito, cuando dice que Fulanito está como un tren? ¿Qué sentido tiene la expresión “a toda máquina”?
Dicen que la gente de Fomento, por curarse en salud -otra expresión que, con los recortes, lo mismo hay que repensarse- va a renovar el contrato con los autobuses a Antequera hasta 2019. Pienso que ha llegado el momento de hablar con Renfe para que regale billetes combinados de Bus + AVE a las familias granadinas con hijos nacidos a partir del 2015, de forma que, antes de alcanzar la edad para hacer la Comunión, reciban su bautismo como usuarios del tren.
Pero sigamos pensando en diálogos surrealistas:
-Mami, mami: ¿por qué me ha dicho el profe que hay trenes que solo pasan una vez en la vida?
-Papi, papi, a Andresito le ha dicho su primo que no pierda la oportunidad de subirse a ese tren en marcha…
Empiezo a pensar que los programadores de cine tenemos una responsabilidad con la sociedad granadina, que deberíamos plantear un ciclo de películas cuya acción transcurra en trenes, a modo de arqueología cinéfilo-sentimental…
Hay un par de expresiones de raigambre ferroviaria, sin embargo, que nuestros chavales sí podrán entender: perder el tren de la modernidad y dejar pasar el tren del progreso. Esas, siendo granadinos, las comprenderán a las mil maravillas.
A todo esto, el PP local y andaluz, ¿qué opinan de la desconexión ferroviaria, más allá de culpar a Pepiño Blanco?
Jesús Lens