Con la espectacular Noche en Blanco, una cita con reminiscencias a ‘Juego de Tronos’ que llenó Granada de actividad lúdica y cultural por sus cuatro costados, comenzaron dos semanas vertiginosas que nos echan a las calles y nos conducen a las librerías y los bares.
Ya arrancó un Festival de Poesía que, el próximo viernes, le entregará el testigo a la Feria del Libro y al festival En Órbita. Un no parar en el que tratará de colarse, así como de rondón, la campaña electoral más apasionante de los últimos lustros.
Voy hacer de loro y repetirlo una vez más: me gusta la cultura abierta y popular; participativa, festiva y mestiza. Y creo en la imprescindible colaboración entre todos los actores y agentes del tejido cultural de nuestra tierra. De ahí que, desde Granada Noir y Gravite, los festivales que Gustavo Gómez y yo hemos puesto en marcha, digamos inmediata e incondicionalmente que sí a cualquier propuesta para participar en las citas del calendario cultural de nuestro entorno. Y de fuera, que gracias a la inquieta librería Boops estuvimos el pasado domingo en la Feria del Libro de Archidona, dando una charla sobre los orígenes de la novela negra.
‘Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra’, escribía el metafísico inglés John Donne, posteriormente parafraseado por Hemingway.
En un sector tan complicado como el cultural, despreciado por unos, olvidado por otros y manoseado por los de más allá; deberíamos ser una piña y colaborar entre nosotros, apoyarnos y aprovechar la experiencia que vamos atesorando en una ciudad que se considera capital cultural. Las sinergias, ya saben ustedes. Lo que no significa hacernos clónicos ni repetirnos como las natillas.
Cada propuesta tiene su personalidad propia y su particular idiosincrasia, como debe ser. Pero el objetivo final de cualquier manifestación cultural es llegar al público. Ser disfrutada por el mayor número de personas posible. Y es ahí donde el apoyo mutuo desempeña un papel esencial.
Si queremos que Granada sea una auténtica y verdadera capital cultural que vaya más allá de las etiquetas, es necesario trascender roalillos, familias y grupos de interés; colaborar estrechamente y con generosidad.
Jesús Lens