¡Qué cabronazo!
Tratando de deshacerse de su cadáver, se desmadejó y se le vino encima, quebrándole una pierna.
Aun después de muerto, iba a continuar jodiéndole la vida…
Jesús siniestro Lens
– ¿Cómo que electrocutados? ¿Los deberes? ¿Cómo diantres se van a electrocutar los deberes?
– Verá usted, señor profesor: es que los tenía almacenados en la Nube esa del Internet y no vea usted la tormenta: truenos rayos y centellas… Algo terrible. No han quedado ni los restos.
(Dedicado a mi maestro, Andrés Sopeña, y a cualquiera de sus personajes. Briones, por ejemplo…)
Jesús Lens
Vamos con otro Twitt-relato. El tercero del verano (*):
El calor de las últimas noches les había distanciado, pero esa madrugada sintió fresco, alargó la mano y allí estaba esperándole, su sábana.
Jesús Lens
(*) Aquí, los anteriores.
¡Viva la Ficción súbita!
Ayer publicábamos un Twitt-relato. Ahí va otro:
Miraba su cuerpo despanzurrado junto a la piscina y sonreía. ¡Seguro que la policía lo calificaría como Balconing y ella cobraría el seguro!
Jesús Lens