Lo peor de todo, lo que más me indigna, es que pongamos en tela de juicio las dotes adivinatorias de los mayas, dada la brillantez de nuestros analistas, profetas, estudiosos y agoreros:
Esto no lleva al artículo que, de inmediato, procedo a escribir para IDEAL: «Nadie lo hará por ti».
Ahora, a ver lo que blogueamos el 18 D de 2008, 2009, 2010 y 2011