Dándole vueltas

Hace un par de semanas vino un amigo de Barcelona con el tiempo justo para comer y marcharse. Como apenas hubo ocasión de dar una vuelta por la ciudad, pensé en invitarle a comer en el restaurante giratorio del Edificio Fórum para que, al menos durante un par de horas, tuviera una perspectiva original y diferente: las amplias extensiones de la vega, Sierra Nevada, la Granada arquitectónica del siglo XXI, etcétera.

La sorpresa fue que el Giratorio había cerrado. Otra vez.

Restaurante giratorio granada

Quiso la casualidad que, más o menos en las mismas fechas, se disputara el All Star Game de la NBA, que este año se ha celebrado en Toronto. Y el logo creado para el Fin de Semana de las Estrellas tenía como elemento más reconocible la Torre CN, una construcción icónica que alberga el Horizons Café y el Restaurante 360, con su ciclo de rotación de 72 minutos, su amplia carta de vinos y su larga lista de espera para comer o cenar en alguna de sus cotizadas mesas.

Restaurante giratorio All Star

No vamos a comparar una de las Siete Maravillas del Mundo moderno, según la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles, con nuestro giratorio, pero sí hay que reseñar que el Panoramic 360 de Granada es el único restaurante de sus características en España. Y que las vistas que regala a los comensales son extraordinarias.

Que regalaba, quiero decir. Porque está cerrado. Pero eso ya lo he señalado, ¿verdad? Tampoco me extraña, si les digo la verdad. Porque lo mejor del restaurante eran las vistas. Recuerdo una vez en que la música ambiente era la Cadena Dial, algo completamente insólito e inadmisible… para un establecimiento de ese calibre.

Restaurantes giratorios españa

Durante una etapa, la estrella del Giratorio fue el esturión y el caviar de Riofrío. Pero no cuajó. Después, la carta era buena y el servicio excelente, pero la relación entre el precio y la experiencia puramente gastronómica era desproporcionada.

Pregunto: en una tierra como Granada, que vive del turismo, ¿cómo no hay ni un solo restaurante con Estrella Michelín? Otra: teniendo un espacio único y espectacular como es el Giratorio, ¿no se anima ningún cocinero con Estrella, o al menos con un par de Soles, a asumir el reto de convertirlo en uno de los referentes culinarios de Andalucía, imán para esos Gastronómadas que no tienen empacho en recorrer cientos de kilómetros por una buena comida?

Jesús Lens

Twitter Lens

¿Por qué no hay ninguna Estrella Michelín en Granada?

Hoy publico en IDEAL un artículo que, ya en Facebook, ha generado un interesante hilo de comentarios. 

Se esperaba con impaciencia, hace unos días, la llegada de la famosa Guía Michelín del 2015. El hecho de que se presentara en Marbella hacía abrigar la esperanza de que cayera una lluvia de Estrellas por toda Andalucía. Al final, la cosa no fue para tanto y la más sonada resultó ser la segunda estrella para Aponiente, el restaurante gaditano que ha hecho del plancton uno de sus ingredientes de referencia.

¿Y en Granada? En Granada, nada. Como en años anteriores. Lo único que hace la Guía Michelín es “recomendar” determinados restaurantes locales: Ruta del Veleta, Arriaga, Puesto 43, Damasqueros, Las Tinajas, Oriza, Marquilla y La Leñera. Pero Estrellas, ninguna.

 Damasqueros gazpacho

¿Es normal que nuestra ciudad, que vive del y por el turismo, no tenga ningún restaurante digno de una Estrella Michelín? A mí me parece de lo más preocupante. Y desconcertante. Vaya por delante que no estoy muy ducho en las cuestiones de la alta cocina. De hecho, pertenecer a una Peña que se denomina Los Gastrocafres ya le dará al lector una idea aproximada de mi catadura festivo-alimenticia, ciertamente maximalista y tirando a bruta.

 Gastrocafres Logo

No me vanaglorio de ello, pero mis capacidades para detectar taninos y retrogustos no están ni educadas ni desarrolladas, lo que no quiere decir que no me guste gozar de una buena comida o de un buen vino, de vez en cuando (AQUÍ, por ejemplo). En ese sentido disfruto, sobre todo, en los espacios que estimulan mi creatividad. Me gustan los menús que se salen de lo convencional, que me sorprenden. Platos que, además de a lo gustativo, apelan a lo cromático, a lo estético, a lo sensual. Recetas que me cuentan historias. Evocadores bocados que me hacen viajar a otros lugares, a otros tiempos, a otras dimensiones.

Y, en ese sentido, creo que en Granada tenemos buenos restaurantes. ¿Qué les falta, pues, para conseguir las ansiadas Estrellas? Porque, aunque haya quien reniegue de rankings, clasificaciones y distinciones; estar en la Guía Michelín es bueno para los restaurantes seleccionados y, por extensión, para las ciudades que los acogen: hay muchos Gastronómadas que deciden el destino de sus viajes en función de la calidad de sus restaurantes. Y, hoy por hoy, la Guía Michelín sigue siendo su Biblia.

 Damasqueros Atún

Granada es tierra de tapas. De platos alpujarreños y de sartenás de papas. De bocatas y caracoles. De espetos. Pero en Granada también hay cocina moderna. Y contemporánea. Una cocina que se sale de lo trillado y nos conduce a lo desconocido. ¿Conocemos los granadinos esa cocina? ¿La compartimos? ¿La difundimos y exhibimos por el mundo? No es barata, ciertamente. Pero tampoco es tan cara como pudiera parecer.  Y creo que es importante descubrir que, gastronómicamente hablando, en Granada también hay vida más allá de los espaguetis a la boloñesa y de las puntas de solomillo a la pimienta.

Aquí, por ejemplo, hablamos un poco más de mis Experiencias Gastronómicas. Y si quieren conocer un poco mejor a los Gastronómadas… aquí pasamos por un momento delirante, en el restaurante mexicano que, con ese nombre, triunfa en Granada. Y algo de mis queridos Álvaro Arriaga y Dani Castro, por supuesto.

Jesús Lens

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¡Eureka! en Damasqueros

Me gusta esta imagen, de mis queridos Cuate Pepe y Colin Bertholet, tomada hace unos días, en el restaurante Damasqueros de Granada.

Damasqueros Cuate Pepe Colin Bertholet

  • ¡Eureka! –parecen decirnos.

El brindis cafetero llegó después de una exquisita comida, oficiada por la gran Lola. Una comida increíble, repleta de exquisiteces y de momentos gustativos para el recuerdo, cuya descripción resultaría ociosa y baladí, ya que no hay nada más complicado que tratar de reproducir con palabras las explosiones de sabor que se producen en la boca, con cada combinación surgida de imaginación y del trabajo de investigación de Lola.

 Damasqueros ensalada

Para los amantes de las letras y de la historia, el trabajo de recuperación y actualización del imaginario gastronómico de nuestra tierra que hace el restaurante Damasqueros, cargado de referencias andalusíes y sefardíes; es una gozada. Pocas veces, tradición y modernidad se dan la mano en platos con tanta elegancia, belleza y capacidad de evocación.

Y todo ello, gracias a los productos autóctonos de nuestra tierra. Frescos. De temporada. Lo que “obliga” a Lola a variar de menú cada semana, para deleite de sus fieles y rendidos comensales.

 Damasqueros merluza

Platos que, además, fomentan la conversación y el diálogo, que estimulan la imaginación y nos permiten concebir planes, proyectos, ideas y desafíos artísticos y culturales.

¿A qué conclusión habrán llegado Colin y Pepe? ¿Qué descubrimiento habrán hecho? ¿De qué proyecto estarán hablando?

 Damasqueros postre granadino

Pronto, más información.

Pero antes, una pregunta: ¿no creéis que Granada se merece, ya, y al menos, una Estrella Michelín? Aquí tenéis una encuesta, con algunos chefs y restaurantes que podrían ser merecedores de la distinción. Entre ellos, Damasqueros y el restaurante de nuestro también querido Álvaro Arriaga.

Jesús Lens

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Gastrocafres en El Delirio

O, recordando las célebres enseñanzas de Barrio Sésamo, la diferencia entre el antes y el después.

 

Esto es antes.

Fabada

Esto es inmediatamente después.

Fabada Post

Y es que nos gusta comer. Por comer, claro. Cositas buenas, como esta fabada. Pero también nos gusta reunirnos en torno a una mesa y hablar, reír, criticar, referir, discutir, planear, soñar, debatir… Por ejemplo, a continuación el excepcional menú que pudimos disfrutar hace unos días en el estupendo restaurante mexicano El Delirio, cumpliendo con uno de los propósitos gastronómadas aquí anticipados, a principios de año. ¿Qué te parece el menú? Pues créeme: ¡Más bueno estaba!

COMENZAMOS

Degustación de un aperitivo para abrir boca.

 El Delirio chingón

SEGUIMOS CON ALGO FRESCO (para cada cuatro personas)

Ceviche de dorada con maridaje de cava

Ensalada templada de queso de cabra con salsa de mostaza y miel

A CALENTARNOS (plato individual)

 El Delirio Logo

Crema de elotes con crujiente de puerro (En México se le llama elote a la mazorca de maíz que todavía está en la planta)

NO PARAMOS (plato individual a elegir)

Abanico ibérico a la brasa flambeado con José Cuervo

Salmón a la parrilla acompañado de guacamole con granada.

 El Delirio

PARA UN DULCE FINAL (para cada cuatro personas)

Brownie con chocolate caliente, tarta de tres leches, nachos dulces y helado de chocolate con chile rojo caramelizado.

CAFE O INFUSIÓN

BEBIDAS HASTA COMENZAR LOS POSTRES

Vino tinto Rioja crianza, vino blanco de Rueda 100% verdejo, cerveza de barril, agua y refrescos.

Mola, ¿eh? ¡Salud y feliz semana!

Nosotros… ¡Seguimos!

Jesús Lens

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Bravas

Hace un par de días, la publicación de esta foto en Facebook, preguntando si eres más de Albóndigas o más de Croquetas, provocó un alud de respuestas. Y, aunque el de la Guerra Albóndigo-Croquetil tiene que dar más juego, ahora me quedo con algunas de las respuestas, que traían a primer plano esas bravas que asomaban por la parte de atrás de la foto.

 Albóndigas vs Croquetas

Que yo soy muy de Bravas, está acreditado en esta entrada y en la maravillosa revisión de la Leyenda de las Bravas que, en clave de western, dibujó Katha hace unos meses.

 Papas Bravas

En aquel post se habló, y mucho, de cuáles eran las mejores Bravas de Granada. Y como Reyes, mi Cuate y yo somos de lo más aplicado, hemos empezado este 2014 revisando algunas barras muy bravas.

Unas de las habituales, los miércoles, antes de ir a los conciertos de jazz del Club Magic, son las de La Maestranza.

 bravas maestranza

Las papas bravas estándar son una gozada. Las extra, están extraordinarias. Y las que nos pusieron un día, XXL, estaban de muerte. Casi, casi literalmente.

El pasado jueves nos asomamos a otro clásico. El Ávila. Reconozco que no terminaron de entusiasmarme. Pero me gustó el detalle del camarero cuando le dijimos que no picaban mucho: sacar ese tarro de picante peruano, muy, muy apreciable.

 Bravas Ávila

Es posible, solo posible, que el lunes nos pasemos por el San Remo ya que, debido a cuestiones laborales, estaremos por la zona.

Aunque el reto Gastronómada para la semana lo tenemos el miércoles a mediodía, cuando los Gastrocafres nos reunimos en uno de estos restaurantes, que ya decíamos que queríamos conocer este año: El Delirio.

Haciendo trabajo de campo y con el fin de cerrar un menú digno de la Hermandad, pasamos por allá hace unos días. Y la cosa promete. Mucho.

Ni que decir tiene que ya lo contaremos.

Y mientras… ¡seguimos!

Jesús Lens

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