Hoy domingo, en Granada Gourmet, hay una comida muy especial, preparada a 14 manos por 7 reputados cocineros granadinos. ¿A qué sabe Granada? Hoy podremos descubrirlo en uno de los momentos álgidos de una de las citas imprescindibles con la gastronomía andaluza.
Granada, créanme, está para comérsela. Lo que van a hacer hoy Raúl Sierra, Ismael Delgado, Diego Higueras, José Caracuel, Antonio Lorenzo, Marcos Pedraza y Álvaro Arriaga es pegar un puñetazo en la mesa y reivindicar el poderío, el talento y el buen hacer de los restauradores granadinos.
En los últimos meses me he metido a fondo, profesionalmente hablando, en el mundo de la gastronomía. Poco a poco voy hablando y conociendo a distintos cocineros de nuestro entorno y me gusta mucho lo que veo. Sobre todo, por la claridad de ideas y el empuje de los jóvenes cachorros, dispuestos a darle la vuelta a los fogones y a poner patas arriba las cocinas de Granada.
Lo que están haciendo Manolo Adame, Rafa Arroyo, Samu Cala, Chechu González, Miguel Castilla, Iván Serrano o Álvaro García, entre otros cocineros de nuestra tierra, tiene mérito. Mucho mérito.
Son chavales jóvenes dotados de un inmenso talento culinario, con una sólida formación y una acreditada experiencia acumulada que les hace encarar el futuro con los pies bien anclados en el presente. Cocineros viajados y leídos que conocen de primera mano lo que se está haciendo por ahí fuera. Gente emprendedora y valiente que, al frente de conocidos restaurantes de la ciudad, tampoco dudan en poner en marcha sus propios negocios.
Lo que más me gusta de estas hornadas de cocineros, los más veteranos y los más jóvenes, es que apuestan por el producto granadino de alta gama y de la mejor calidad. Sus menús están confeccionados con platos que usan nuestros aguacates, mangos, quisquillas, espárragos y corderos segureños. Un compromiso firme y decidido con el Km. 0, el producto de mercado y una slow food sana, saludable y, sobre todo, exquisita. Y diferente.
Las cosas están cambiando en la Granada gastronómica más valiente y desprejuiciada. Y eso nos deparará grandes alegrías.
Jesús Lens