Caretos

Lo peor no fue que, al subir a su casa, cuando el sol empezaba a romper en el horizonte, el espejo del ascensor me devolviera esta imagen. ¡Por algo intentaba no mirarme en él!

Pero, en serio, lo peor no fue eso. Lo peor de todo fue que, un rato después, el maldito espejo se burlaba de mí, aún más, al ofrecerme esta otra estampa…

Jesús caritas Lens