Hace unos días, cuando el PP presentaba su programa electoral, los comentaristas pusimos el acento en algunas de sus propuestas más llamativas y pintorescas, de las escaleras mecánicas para subir a la Alhambra y al Albaicín -¡al cielo con ellas!- al Gran Túnel por los bajos de nuestra ciudad. (Leer AQUÍ)
Había una, sin embargo, a la que apenas le prestamos atención: convertir el convento de la Merced en el tantas veces requerido Gran Museo de la ciudad. O Museo, a secas. Que de tan granaínos que somos, a todos los proyectos les añadimos el ‘gran’ cuando son ideas y después, si se materializan, corren el riesgo de quedarse en nada, verbigracia, el Gran Espacio Escénico.
Ayer tuvimos la suerte de disfrutar en las páginas de Ideal y en la web del periódico del portentoso reportaje de Jorge Pastor sobre la restauración de la bóveda del convento. ¡Qué maravilla! No les cuento nada sobre su riqueza artística. ¡Lean a Jorge y deléitense con la espectacular foto de Pepe Marín!
El problema, o mejor dicho, el efecto colateral de tanta belleza es que tengo la necesidad compulsiva, no ya de ver esa bóveda restaurada, sino de que el edificio albergue el inexistente Gran Museo de la ciudad. O el Museo, como hemos convenido para no incurrir en peligrosas gran-dilocuencias.
Sebastián Pérez insistió ayer en ello. Además, propuso convertir el Centro Cultural de Gran Capitán en Museo de Arte Contemporáneo. Dos propuestas muy interesantes que vendrían a enriquecer nuestra vida cultural, a ampliar los recursos museísticos del centro urbano de cara a viajeros y turistas y a dar empaque a la candidatura a la Capitalidad Cultural del 2031.
Una idea mucho más sensata y factible que aquellos siete museos inventados por el grupo de trabajo de la citada Capitalidad, más llamados a contentar a los poderes fácticos del entorno -¡ay, los roalillos!- que a convertirse en realidad. (AQUÍ escribí sobre ello)
La sabiduría popular reza que el que da primero da dos veces. Con esta propuesta, el PP acierta de pleno, presuponiendo que hayan sondeado al Madoc, propietario y diligente custodio del edificio, y que no pondrá impedimentos. ¿Qué nos propondrán el resto de partidos? Aún queda mucho tiempo, cierto, pero empezamos a tener curiosidad.
Jesús Lens