Hace unos días y a instancias de Ciudadanos, la Diputación acordó impulsar la creación de la oficina “Granada Film Commission”, de la que formarán parte las áreas de Cultura y el Patronato Provincial de Turismo, junto a todas las instituciones, para facilitar el trabajo a empresas y profesionales del sector audiovisual; tal y como leíamos en IDEAL.
Esta iniciativa se enmarca dentro del Pacto Provincial de la Industria y destaca “la relevancia de la industria cultural audiovisual y cinematográfica para el desarrollo socioeconómico de la provincia”, planteando la elaboración de un catálogo de escenarios de rodaje que esté a disposición de productoras españolas y extranjeras y que incluya las localizaciones significativas de la provincia, así como la configuración de un marco de promoción de todos los profesionales culturales de las líneas auxiliares de la industria del cine en la provincia de Granada.
He hecho un vil copia/pega de la información publicada porque refleja, a la perfección, qué es y qué sentido tiene una Film Commission: aunar lo cultural con lo turístico, lo económico y lo industrial. Algo que, a una provincia como Granada, le sienta tan bien como la tapa a una cerveza, la nieve a nuestra Sierra y un nuevo entrenador a nuestro equipo de fútbol.
Estamos de enhorabuena y debemos felicitarnos, por tanto. Pero también debemos recordar que nada de esto es nuevo y que, como a tantas otras citas, llegamos tarde. Lo que resulta especialmente doloroso si recordamos que, en esta materia, fuimos pioneros.
Corría el 2010 cuando se montó la primera Film Commission en Granada, con el objetivo de traer rodajes a nuestra provincia. Entonces llegaron las elecciones municipales, en 2011, y el PP accedió al gobierno de la Diputación, con Sebastián Pérez como presidente y José Antonio González, alcalde de Guadix, como diputado de Cultura.
En septiembre de 2011, el visionario -y afortunadamente efímero- diputado liquidó la Film Commission con la peregrina excusa de que el cine no era cultura. ¡Y olé! Entonces llegaron Sevilla y la Andalucía FC. Y, por ejemplo, “Juego de Tronos”, no se filmó en Granada, sino en los Reales Alcázares. Casualmente.
Ahora, en 2018, se vuelve a pensar en la importancia de tener una Film Commission en la provincia. Insisto: ¡me alegro todo! Pero no deja de darme rabia pensar en el tiempo perdido, sin magdalenas de por medio.
Jesús Lens