Viajeros por el Zaidín

Es la segunda vez que Alfonso Salazar me convierte en turista por mi barrio. Viajero, mejor dicho. Viajero en el tiempo, de hecho. Viajero por el Zaidín. Domingo por la mañana. Sol a raudales. Cerca de treinta personas colapsando la Avenida de Dílar y una vecina que pregunta “¿qué pasa aquí?”. Nada señora, no pasa nada. Estamos haciendo turismo. ¿Por el Zaidín? Sí, por el Zaidín.

Por ejemplo, frente al local de Bolsos Bravo, el único comercio que muestra el auténtico aspecto original de la Avenida, que se elevó sobre el nivel del suelo. Tiene sus escaleras y su techado de tejas. “Este debería ser el Centro de Interpretación del Zaidín”, comentaba Alfonso. ¡Y qué razón tiene! Luego, nos arrepentiremos. Visitamos la zona de las fuentes y recordamos la de Fontiveros, con esa réplica de Canaletas inaugurada por Narcís Serra. Pasamos por clásicos de la hostelería del Zaidín de toda la vida, como el Chencho o La Cruzada, ecosistema que habitaban los protagonistas de la saga del detective del Zaidín, el mítico personaje de la tetralogía de Salazar.

Plazas como la del Sol y la Luna o las Columnas, siempre rebosantes de vida, y ¿leyendas urbanas? como la de la Venerable Hermandad de Caridad del Santísimo Cristo del Trabajo y nuestra señora de la Luz que hicieron suyos nada más y nada menos que al INEM y a la Sevillana.

“¿Pero tú dónde te documentas, Alfonso?”, preguntó alguien. “En los bares. Los bares son la mejor fuente de información. Y los autobuses, aunque ahora con los móviles, apenas se habla en ellos”, ironizaba nuestro guía por un día.

Zaidín, el barrio de aluvión entre los ríos Genil y Monachil, con el recuerdo de vecinos ilustres como Javier Egea o Isidro Olgoso en un precioso recorrido memorístico y sentimental que no tiene precio.

Jesús Lens

La ciencia y el Parque

Me encanta encontrarme con Luis Alcalá, el director del Parque de las Ciencias. Es una de esas personas que transmiten buen rollo: si vas acelerado, unos minutos de charla con él consiguen que te bajen las pulsaciones. Y lo que es más importante, su conversación activa a las neuronas, que empiezan a conectarse entre sí y generan sinapsis de lo más electrizante. 

También disfruto sobremanera con las mezcolanzas, mixturas y maridajes entre personas interesantes. El viernes pasado, por ejemplo, un día de intensas emociones con la entrega de los reconocimientos de Granada Noir a Empar Fernández y Berna González Harbour en la Escuela de Hostelería La Inmaculada. Una vez terminada la parte formal, ya relajados y disfrutando de esas cervezas Alhambra que son seña de identidad del festival, hicimos un corrillo con Susana Vargas, la propia Berna y Luis Alcalá.

Como no podía ser de otra forma, me explayaba con entusiasmo desbordante hablando sobre la inteligencia artificial. En ese punto, Berna se acordó de otra vez que vino a Granada como jurado del premio de poesía García Lorca. Quedamos para tomar un café y le puse la cabeza como un bombo, ‘vendiéndole’ las bondades del acelerador de partículas. Entonces, la pregunta de una buena periodista: “¿Tiene que ver el éxito del Parque de las Ciencias con esta nueva Granada científica y tecnológica?”.

Luis Alcalá, que lleva aproximadamente un año en el cargo y siempre destaca el excelente trabajo de sus antecesores para convertir el Parque en el museo más visitado de Andalucía, se mantuvo en un reflexivo silencio. Unos segundos después, convinimos en que posiblemente sí. En que el trabajo sostenido en el tiempo del Parque ha despertado infinidad de vocaciones científicas y ha ayudado a que hornadas y hornadas de granadinos nos acerquemos a la ciencia y a la tecnología con otros ojos, con otra mirada. 

No sé si habrá algún estudio sobre la materia, pero como soy de creer más en las causalidades que en las casualidades, estoy convencido de que algo tiene que ver el éxito del Parque de las Ciencias con el impulso científico de la UGR de los últimos años.

Estoy expectante por la exposición sobre inteligencia artificial que se inaugurará en el Parque de las Ciencias a final de este mes. Voy a ver si consigo un pase pernocta para irme allí a vivir, como el que no quiere la cosa. Necesito aprenderlo todo sobre esa disciplina llamada a cambiarnos la vida. Sobre todo en Granada. 

Además, en la próxima edición de Gravite, el festival dedicado a la tercera cultura que hacemos con el apoyo de CaixaBank, la IA tendrá un protagonismo especial. Y contaremos con la complicidad, con la cooperación necesaria del Parque, igual que en Granada Noir. ¡Vivan las mezcolanzas creativas!

PD.- Este año también le insistí mucho a Berna en la maravilla que es la exposición de Sergio García, nuestro querido y admirado Premio Nacional de Ilustración 2022 que os recomendaba vivamente AQUÍ. Y es que Granada es un no parar.

Jesús Lens

11/11 Día de las Librerías

Hoy es un día chulo. Muy redondo. Y visual. 11/11/22. Hoy se celebra el Día de las Librerías y, además, arranca la octava edición de Granada Noir, una de cuyas actividades se celebra, precisamente, en Picasso, una de las librerías de referencia en Andalucía y en España. 

Este año, al diseñar la preparación del festival dedicado al género policíaco, hemos optado por cuatro tipos de escenarios para albergar charlas, encuentros y tertulias. Por un lado, las calles y plazas de Granada, que son un lujo, con varias rutas literarias por diferentes enclaves del Albaicín y de mi querido Zaidín. Por otro, espacios como La Madraza, La Chumbera, el Hospital Real, el Palacio del Almirante o el Cuarto Real, para disfrutar de ese ingente patrimonio histórico artístico que tenemos en la ciudad. 

Y están los bares, claro, santo y seña de un festival que se complace en compartir conversaciones, tragos, charlas y firmas con los autores al calor de esa Cerveza Alhambra sin la que Granada Noir no podría existir. Este año, además, tendremos varios encuentros en la Librería Picasso, otra aliada incondicional. En realidad, la librería siempre nos acompaña. Está donde estamos nosotros, aunque sea al final de la barra, en los bares. O en una mesa alta.

Granada Noir es un festival multidisciplinar en el que la clave son los libros. Siempre los libros. Nos gusta que se vendan muchos. Cuantos más mejor. Y nos gusta que se lean y que se hable de ellos. Por eso tenemos un Club de Lectura y Cine todo el año. Así las cosas, homenajeamos a ‘El Padrino’ y nos traemos a Iván Reguera para conversar sobre Coppola a través de su libro ‘El hombre que podía hacer milagros’. Y para la parte gastronómica, partimos de las novelas de Pepe Carvalho y el maestro Manuel Vázquez Montalbán.

Hablando de gastronomía, no vean qué ilusión me hizo encontrar el ‘Oishinbo’ en la biblioteca de Raúl Sierra, en su Atelier Casa de Comidas. Es un manga gastronómico flipante que me descubrió María Mateos, de Cómic Store, precisamente cuando nos tomamos una birra para hablar de cultura gastronómica en el D’Platos que está enfrente de su librería. O el ‘Nopi’, la nueva maravilla de Yotam Ottolenghi, una joya bibliográfica recién publicada por Salamandra, a cuyo autor me descubrió María José Porras en el Sancho Original.

Hoy tenemos a Lorenzo Silva en el 4U Hostel a las 13.30. Allí estarán sus libros. A las cinco, los libros viajarán en Metro. Y un poco más tarde, a las siete, estaremos con Óscar Beltrán de Otálora en la librería Picasso. Y allí estarán su imprescindible ‘Tierra de furtivos’… y todos los libros del resto de invitados a Granada Noir.

Dejen que los libros se acerquen a ustedes. Granada Noir lo pone fácil. Y acérquense ustedes a las librerías: hoy es 11 de noviembre y están de celebración. ¡Salud!

Jesús Lens

Nada importante / Será nuestro secreto

Hay títulos de novelas que encajan a la perfección, como si nos propusieran un juego de palabras encadenas. Por ejemplo, ‘Nada importante’ de la escritora alicantina Mónica Rouanet y ‘Será nuestro secreto’, de la barcelonesa Empar Fernández. 

Mónica estuvo en Granada hace unos meses, en el marco del festival Gravite patrocinado por CaixaBank, para presentar ‘No oigo a los niños jugar’, su anterior novela, muy gótica y protagonizada por espectros y apariciones en un viejo caserón. Ya nos avanzó que su siguiente historia, ‘Nada importante’, sería muy negra y muy criminal. ¡Y vaya si lo es!

Ha sido una de mis lecturas del verano. Muy intensa. La novela arranca en el Madrid de los años 90, con la agresión a Minerva en lo que parece un caso de violencia de género que resulta muy mediático. Se abre un debate público en el que se escuchan opiniones como la de que ‘se lo estaba buscando’. 

Cuando Minerva sale del coma no recuerda absolutamente nada y es incapaz de identificar a su agresor, al que la autora nos ha presentado desde el principio de la novela, metiéndose en su cabeza para hacer partícipes a los lectores de su forma de pensar. Y actuar. Como es un tipo listo, seguirá al acecho, planeando su siguiente movimiento. 

El arco temporal de la novela es lo suficientemente amplio como para ver los cambios operados en la sociedad en relación a la violencia de género, incluyendo el papel de los medios de comunicación. La pregunta es: ¿ha cambiado todo tanto como pensamos?

Publicada por Roca Editorial, ‘Nada importante’ es una novela necesaria que hurga en un asunto de capital importancia en nuestra sociedad. Una trama excelentemente hilada cuya lectura se bebe a borbotones y que, al final, invita a hablar, pensar, debatir y cuestionarnos unas cuantas cosas que, quizá, no estén tan claramente aceptadas e interiorizadas como nos creemos. De todo ello hablaremos con la autora en la próxima edición de Granada Noir, el festival patrocinado por Cervezas Alhambra que próximamente celebrará en Granada su octava edición, entre el 11 y el 20 de noviembre.  

Cambiemos de tercio para hablar de ‘Será nuestro secreto’, de Empar Fernández, autora esencial del noir español desde hace ya muchos años. En este caso, la historia arranca con la desaparición de Noa, una callada y en absoluto problemática adolescente de 14 catorce años. 

Noa está matriculada en un colegio muy exclusivo de Barcelona al que la élite social y empresarial lleva a sus vástagos. Por ejemplo, Víctor Renom, el padre de la niña desaparecida. La primera cuestión a dilucidar es si Noa se ha fugado o si ha sido secuestrada. El encargado de investigar es el taciturno Mauricio Tedesco, convertido en los ojos y los oídos del lector. 

Con sus preguntas, solo aparentemente inoportunas y fuera de lugar, con sus muchas dudas y casi ninguna certeza, Tedesco se abrirá paso por el espeso muro de silencio que rodea a ese colegio de reconocido prestigio y a esos próceres de la sociedad, siempre tan aparentemente brillantes e inmaculados.

Están los padres y las madres, está el profesorado y está esa chavalada en edad complicada. Como dice Empar hablando de uno de los alumnos con fama de contestatario, “ha hecho cuanto ha podido porque así sea. No ceja en su empeño. No tiene la menor idea de lo que persigue. Como tantos chicos de sus edad, sus metas nunca van más allá del corto plazo”. 

Empar Fernández es una escritora descomunal que, ahora en la editorial Alrevés, nos presenta otra novela sólida, comprometida y apasionante, sobre el mundo que nos rodea; protagonizada por personajes tan humanos y contradictorios como usted, como yo, como todos. 

Jesús Lens

‘1795’ gran cierre a una gran trilogía

Las buenas trilogías, sean literarias o cinematográficas, tienen un qué-sé-yo que las hace apasionantes. Será herencia de la Santísima Trinidad o de las propiedades mágicas del número tres, reconocidas desde los tiempos de Tales de Mileto, pero el caso es que me pirro por una buena trilogía. Por ejemplo, la del sueco Niklas Natt och Dag que, publicada por Salamandra Editorial, acaba de llegar a su final. (Tras un verano dedicado a los clásicos –AQUÍ tenéis acceso a todas las entradas novelas, cómics, true crimes y películas- volvemos a la actualidad literaria más ardiente). 

‘1795’ es uno de los libros del verano y conviene hacerse con él para disfrutarlo con calma y delectación, antes de que la marea de novedades de la rentrèe literaria nos urja con sus bullas y exigencias. Porque la temporada viene cargada de literatura negra y criminal de lo más excitante: el final de Montalbano, el inicio de una nueva trilogía de Gómez-Jurado y nuevas entregas del Mario Conde del cubano Leonardo Padura y de Bevilacqua y Chamorro, los guardias civiles de Lorenzo Silva. Thrillers de Michael Connelly y John Grisham y lo nuevo de Dolores Redondo.

Y ojo a las dos novelas conectadas de Cormac McCarthy que, a su vez, estarán temáticamente relacionadas con la nueva película de Christopher Nolan. No serán noir, que tratan sobre el desarrollo de la bomba atómica, pero me tienen de lo más expectante, loquito perdido. 

Así las cosas, en Adictos al Crimen, el Club de Lectura y Cine de Granada Noir, Librerías Picasso y Penguin Random House Mondadori, daremos el finiquito al verano charlando sobre el remate a su trilogía de Niklas Natt och Dag. Me acuerdo ahora de lo que escribí en marzo de 2020, cuando leímos la primera entrega de la saga: “Advertencia para hipocondríacos: ‘1793’ tiene tanta fisicidad como ‘El perfume’ y, protagonizada por un abogado tuberculoso, puede resultar pelín agobiante en estos tiempos de coronavirus. Y, sin embargo, creo que es justo cuando hay que leerla”. 

No sé si habrá sido casualidad, pero con el virus en retroceso, ’1795’ es menos ‘pútrida’ que sus antecesoras. No vamos a decir que Estocolmo huela a rosas, tampoco es eso, pero el autor ha cargado menos las tintas en la descripción de olores y ambientes, dando por supuesto que el lector ya está avisado y sabe lo mucho que apesta la ciudad.

En este caso, los personajes, tanto los principales como los secundarios, tienen más protagonismo. Y la trama, que el autor tiene que cerrar todos los hilos argumentales que tejió en sus dos entregas anteriores. Un cierre que no dejará indiferentes a los lectores. 

La dialéctica entre los ricos y los poderosos que, aburridos, necesitan distracción constante que les saque de su abulia existencial y la lucha por la vida de las clases populares de la Suecia de finales del siglo XVIII nos habla del aquí y el ahora. A través de sus thrillers históricos, Niklas Natt och Dag denuncia la desigualdad creciente y abismal de las sociedades modernas, las de antaño y, a nada que nos fijemos en lo que pasa a nuestro alrededor, las actuales. Aviso a navegantes. 

Y ojo al malo de la función, un archivillano de los que dan miedo. Mucho miedo. No consta, de momento, que esta trilogía se vaya a adaptar al cine o a la televisión, pero sería un flipe ver a Mads Mikkelsen encarnando a Tycho Ceton. Ahí lo dejo.

Estoy encantado con el cierre que Niklas Natt och Dag ha dado a su trilogía. Por cierto, el hecho de que en nuestro Club de Lectura hayamos leído cada una de las entregas según se han ido publicando, demuestra que tiene solera y pedigrí. Además de buen gusto negro-criminal, claro. 

Jesús Lens