He vuelto a volar desde Granada. Y hacía mucho tiempo que eso no ocurría. Lo reconozco: cada vez que tengo que viajar, mis opciones son el aeropuerto de Málaga o el de Madrid. Y ALSA, por supuesto. Ya ni me molestaba en mirar las conexiones desde el aeropuerto de Chauchina, que además de escasas, solían ser desmesuradamente caras.
Para ir a BCNegra, sin embargo, la organización me compró un Vueling. Y me gustó volver al Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén (gracias al ideoso del nombre de nuestro aeródromo por permitirme rellenar la mitad de esta columna de una atacada) que lo encontré muy cambiado. Y de ello hablo en mi artículo de hoy lunes, en IDEAL.
Al menos, por dentro. ¡Si hasta tenemos tres puertas de embarque! Y había vidilla. Meneo. Y mucha gente. Las pantallas anunciaban los números de más de dos o tres vuelos en las siguientes horas y en la cafetería, casi todas las mesas estaban ocupadas. Buenas sensaciones, ya les digo.
Estos días, además, nos llegan noticias esperanzadoras desde Chauchina, que el aeropuerto ha incrementado notablemente el número de viajeros en enero, igual que ya lo hizo a lo largo de 2015. Y que sea el tráfico internacional el que nos esté trayendo más viajeros a Granada es una doble buena nueva, que los guiris son más espléndidos a la hora de gastar.
Las razones para el aumento de viajeros son variadas, pero la bajada del precio del petróleo es una de las más importantes. Y la inestabilidad en varios países que eran competencia de Granada como destino vacacional también influye. Así, hay que aprovechar la coyuntura para consolidar más líneas internacionales que conecten Granada, de forma directa, con diferentes países europeos. Se está trabajando en ello y esperemos que pronto haya buenas noticias.
Hacía antes alusión al largo nombre de nuestro aeropuerto. Pero ¡qué orgullo, al volver de Barcelona, leer el nombre de Federico García Lorca, bien grande, en la fachada del edificio principal de nuestro aeródromo! Que Pablo Picasso es más corto y sonoro, pero está muy bien que sea Federico el que dé la bienvenida a los viajeros que desembarcan en nuestra nuestra tierra, ¿verdad?
Jesús Lens