Escribo, luego hablo

Hace unos días decía que no iba a reseñar la última novela de Juan Madrid, “Los hombres mojados no temen la lluvia”, en buena parte, porque era una prolongación en papel del Juan Madrid persona, amigo, compañero, interlocutor.

Pero el no escribir una reseña de su novela no me impide que traslade a la pantalla algunas de las perlas de la rabiosa y, a la vez, reflexiva prosa de Juan.

Quiénes me conocen saben que hablo por los codos, que adolezco de una proverbial verborrea y, además, incansable.

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Lo sé, lo siento y, a veces, he tratado de corregirlo.

Pero aquí aplica la fábula del escorpión y la rana.

Y entonces me encuentro con este párrafo de Juan, con esta reflexión que hace su protagonista, el abogado:

“Conozco a los escritores. Su trabajo se realiza en solitario, sin contacto con la gente. Por eso no pueden dejar de hablar cuando tienen auditorio. La escritura jamás podrá competir con su predecesora, la oralidad”.

¡Ahí está! ¡Ahí lo tienes! Ahí está la cuadratura del círculo. Ahí está la explicación.

¡Qué peso me he quitado de encima!

¡Escribo, luego hablo!

¡Gracias, Juan!

Y ahora, más en silencio, me puedes seguir en Twitter @Jesus_Lens

¿Y los 2 de marzo de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012; qué blogueamos?

Trueba y Guardiola hablan

No sé si mi querido Colin Bertholet habrá escuchado esta conversación, pero es buen momento de pararse un rato frente al ordenador y repantingarnos sobre el sillón de nuestro despacho, en el sofá del salón. De las pocas cosas que me gustan más que hablar está el escuchar a hablar a personas que tienen cosas que decir y que aman las palabras y el arte más antiguo del mundo: el de la conversación.

Jesús palabrotón Lens

Y en 2008, 2009 y 2010, ¿de qué hablamos tan día como hoy?

DISCUTIR

El sábado, con cuentagotas, me llegaron algunos mensajes al móvil. Y al correo electrónico. Y al Facebook: Fernando de Villena, compañero de tertulia y amigo de Gregorio Morales, escribía en IDEAL un artículo sobre “La cultura en Granada” en que, partiendo de mi columna de hace dos viernes en el mismo periódico, daba su versión de lo que deberían hacer las instituciones del ramo.

Mis amigos se metían conmigo, cariñosamente, llamándome polemista y busca bocas.

Y tienen razón, claro.

¿Para qué, si no, va a escribir uno? ¿Para estar de acuerdo con todo el mundo? Dicha pretensión, además de insensata, es absurda. Además de que… ¡me encanta discutir! Claro que sí. Y me gusta que los artículos que uno escribe, sin caer en el insulto o la descalificación, susciten reacciones, opiniones y comentarios.

Discutir debería ser considerada una de las Bellas Artes. Una buena discusión (o debate, por llamarlo de otra forma más pacífica) no tiene precio. Y no se trata de intentar convencer al otro, sí o también. No se trata de imponer a nadie tu verdad. Se trata de opinar, de aportar argumentos, de pensar y hacer pensar a los demás.

No sé si entre la columna de Morales, la mía y la de Fernando de Villena os ha dado ocasión de reflexionar sobre la cultura en Granada y el papel que deben jugar la instituciones, pero pienso que ha sido un debate, una discusión interesantes que a todos nos debe haber venido muy bien para replantearnos algunas certezas, repensarlas y, después, sacar conclusiones.

Cuando discutimos acerca de algún tema es porque éste nos interesa y no nos deja indiferente. Sólo por eso, ya merece la pena. Si, además, nos permite ver una cuestión desde un punto de vista diferente al habitual, mejor que mejor.

Y la vida continúa.

Por ejemplo, en el mes de febrero y dentro del Festival de Cine Retroback, entre las actividades paralelas de que podremos disfrutar, está la representación en el Teatro CajaGRANADA de una obra de teatro de Gregorio Morales sobre Marilyn. Una obra de teatro adscrita a la estética cuántica. Tengo mucha curiosidad por verla. Ya hablaremos más en concreto, cuando se acerque la fecha.

A Gregorio no le gustan según qué cosas de la Obra Social CajaGRANADA. Perfecto. Da su opinión, otros damos la nuestra, como empleados de la Caja, por supuesto, pero también como ciudadanos, lectores y espectadores de a pie. Y, después, paz, gloria… y Marilyn. En su dimensión cuántica. En el Teatro CajaGRANADA.

¡Allá lo vemos! ¡Allá nos vemos!

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- ¿Son Muñoz Molina, Juanjo Guarnido o García Montero fuegos de artificio? 😉