LOS LENGUAJES DE LA IMAGEN

No sé si estáis siguiendo las entradas peruanas. Hoy estoy cansado, todo el día en danza. Hagamos un receso peruano para leer estas notas, que se publicaron en Babelia, el suplemento literario de El País y que, por razones obvias, nos llenan de alegría y satisfacción.

CRÍTICA: LIBROS / Ensayo

Los lenguajes de la imagen

IURY LECH 20/03/2010

El poder de las imágenes ha suscitado en todas las civilizaciones un sentimiento antagónico de admiración y rechazo, de placer y censura, tanto como si retratasen lo bello, deformasen la naturaleza, preservasen la realidad o manipulasen las certezas utilizando la reflexión y la propaganda. En una sociedad rendida a «las simulaciones visuales, los estereotipos, las ilusiones, las copias, las reproducciones, las imitaciones y las fantasías», tal como sugiere Mitchell en su polémico y formativo libro Teoría de la imagen, la cultura de la imagen ha desplazado a la humanidad de las palabras hacia una representación visual que nos sitúa en un medio infrahumano, despojado de jerarquías pero también de capacidad crítica. El autor no intenta construir una teoría, sino establecer las diferencias entre imagen y lenguaje, y desvelar las consecuencias del enfrentamiento pasivo entre espectador y lector, reasentar la iconología en su perspectiva de ciencia de las imágenes.
La imagen se ha convertido en constructora de la realidad y en emisora de la comunicación, aunque a menudo no se sabe si lo que se ve en las pantallas reproduce la realidad o son meros atisbos para poder comprenderla. La mirada, sostiene Arlindo Machado en El sujeto en la pantalla, es un quiasma, el entrecruzamiento entre uno y la alteridad, donde «el vidente y lo visible funcionan, en relación con la mirada, como el derecho y el revés», y uno no existe sin el otro, ambas partes son partes del otro. Todo forma parte de un montaje que apunta a privilegiar los contenidos que satisfagan las ansias de comodidad del receptor, que con la llegada de lo digital incluso ha sustituido al tradicional narrador por los programas de ordenador.

El cine, como exploración de realidades paralelas, provoca en el espectador la necesidad de salirse de sí mismo y propone un nomadismo interior, desplazamientos mentales entre las fantasías personales menos reconocibles y las imágenes más heterodoxas que provienen del exterior, alquimia que hasta el presente ha mantenido su exitoso secreto, tal como destaca Hasta donde el cine nos lleve, una sistematizada recopilación cinéfila que, tomando como modelo la literatura de viajes, propone la alternativa de un «cine de viajes», filmes que proyectan la mirada desde la oscuridad de las salas hacia un punto infinito que quizás en última instancia permita una transliteración del destino del homo itinerantis. El privilegiado protagonismo del imaginario del cine, que de atracción de feria ha pasado a convertirse en ventana abierta a sinfín de paisajes metafóricos, recibe un lúcido y sintético estudio en la ampliada y revisada edición de El discurso cinematográfico, de Ismail Xavier, un clásico entre los textos ensayísticos dedicados a este arte audiovisual, que delimita la historia del cine como la historia de las ideas cinematográficas, la cual se debate entre lo transparente y lo opaco, ofreciendo un discurso plural, desarrollado en torno a las relaciones entre cine, invención e ideología. Pero la imagen fílmica no sólo posee componentes de evasión o de interpelación conceptual con las tensiones, los traumas, las obsesiones o las visiones apocalípticas de cada época. También como la creación de mitos. La experiencia cinematográfica tiene mucho que aportar en el ámbito de la educación y del saber, tal como refleja Esther Gispert en su comprometido despliegue teórico contenido en Cine, ficción y educación, para quien «la introducción del cine de ficción en la educación plantea un doble reto: por un lado, aceptar la posibilidad de construir discursos de conocimiento a través de la ficción y, por otro lado, convertir el cine documental en un objeto de estudio y no reducirlo a un simple sustituto de la realidad».

No obstante, el problema no reside tanto en la propia imagen sino en la percepción de quien mira. Si se está de acuerdo en que la imagen en movimiento ha sido y es una de las formas más trascendentales para representar la realidad y contar sucesos ficticios nunca acaecidos pero que nos sirven como sistema de alerta, también se ha convertido en un sistema perverso, entregado a la creación de contextos fraudulentos, que parten principalmente del medio publicitario como creador de necesidades inútiles o de la tergiversación del devenir histórico. De este hecho deja constancia el demoledor texto De la miseria humana en el medio publicitario, que ataca con virulencia los abusos y excesos de la industria de la publicidad y del consumismo ciego, cáncer enquistado en nuestro modo de vida infantil y responsable último de los peligros a los que se debe enfrentar la humanidad ante una anunciada devastación del mundo, curiosamente escenario repetido hasta la saciedad en decenas de películas del llamado género catastrofista. –

Teoría de la imagen. W. J. T. Mitchell. Traducción de Y. Hernández Velázquez. Akal. Madrid, 2009. 377 páginas. 38 euros. La imagen. Análisis y representación de la realidad. R. Aparici, J. Fernández Baena, A. García Matilla, S. Osuna Acedo. Gedisa. Barcelona, 2009. 329 páginas. 34 euros. Hasta donde el cine nos lleve. Viajes y escenarios de películas. Jesús Lens, Francisco J. Ortiz. Almed. Granada, 2009. 266 páginas. 19 euros. El sujeto en la pantalla. Arlindo Machado. Gedisa. Barcelona, 2009. 222 páginas. 18 euros. El discurso cinematográfico. La opacidad y la transparencia. Ismail Xavier. Manantial. Buenos Aires, 2009. 288 páginas. 22,90 euros. Cine, ficción y educación. Esther Gispert. Laertes. Barcelona, 2009. 217 páginas. 15 euros. De la miseria en el medio publicitario. Grupo Marcuse. Traducción de J. Rodríguez Hidalgo. Melusina. Barcelona, 2009. 206 páginas. 10 euros.

¿EXISTE PANDORA?

Pronto volveremos sobre ello. Pero esta imagen nos hace pensar que Pandora puede existir. De hecho, el gobierno de Zhangjiajie (provincia china de Hunan) ha cambiado el nombre de esta cordillera, llamada Qiankunzhu por el más prosaico de «Aleluya», ya que fueron la inspiración de las famosas Montañas Flotantes de la película «Avatar».

Si ayer hablábamos de ese nuevo proyecto «Café-Bar Cinema», en el que os espero, no podemos olvidar éste otro grupo: «Hasta donde el cine nos lleve», en el que igualmente os seguimos aguardando. Que el libro lo podéis tener en casa, por 19 € y con gastos de envío gratis si lo pedís a través de www.almed.net

¿Queréis viajar a Pandora?

Pues está a dos horas de vuelo de Pekín…

Jesús Lens, convencido de que el cine puede llevarnos muy, muy lejos 😀

DE AMIGOS, GRUPOS Y FANS

En la última presentación que hicimos de «Hasta donde el cine nos lleve», en Salobreña, hace unas semanas, decía que una de las mejores cosas de haber publicado el libro era tener la ocasión de presentarlo por sitios distintos, aprovechando para rodearnos de amigos y para conocer a gente nueva, a cuenta de viajes, películas y palabras.

Un perro con buen gusto literario
Un perro con buen gusto literario

Toda esta actividad, de Canarias a Gijón, pasando por Villena (Alicante), Granada, Barcelona, Salobreña o la próxima de Madrid (día 13 de marzo, id apuntando) es muy reconfortante, aunque un pelín cara, eso sí. Porque todo ello, obviamente, corre de nuestra cuenta: viajes, desplazamientos, hoteles, las birras, las tapas, las raciones o las copas. En fin. Menos mal que los amigos nos ayudan con la organización y librerías y centros culturales nos ceden sus instalaciones…

Pero lo hacemos con sumo gusto, ni que decir tiene.

A lo que venía dándole vueltas, todo este tiempo, era a cómo alargar este contacto con amigos y lectores, para recibir comentarios, críticas, sugerencias, etcétera, más allá del tú a tú de esas presentaciones.

Y la respuesta está, posiblemente, en esos espacios virtuales que tanto nos gustan. Como por ejemplo, en Facebook.

Aprovechando el mogollón de Amigos que tenemos en el FB, creamos un grupo para «Hasta donde el cine nos lleve», que ya tiene casi doscientos amigos. A ver si entre todos preparamos un buen listado de películas imprescindibles que podrían, deberían haber estado en el libro y, por razones diversas, no están. El Grupo, para que os apuntéis, AQUÍ.

Pero es que unos días después me planteé que hablar de un trabajo hecho y publicado está muy bien, sobre todo de cara a una posible y deseable reedición futura, ampliada y corregida. Pero que lo realmente chulo sería poder ir hablando del trabajo nuevo, inédito y desconocido en que estoy embarcado desde hace unos meses.

Y así ha nacido la página de «Café-Bar Cinema», que tenéis AQUÍ y a la que os invito a uniros y en la que espero encontrar un montón de ayuda, diversión, colaboración y buen rollo. De momento, en apenas un día de vida, ya somos casi 100 fans.

A ver si mucha más gente se apunta y, entre todos, vemos cómo crece un proyecto que, ojalá, podamos ver publicado e impreso en una fecha no muy lejana…

Jesús Lens, de la letra impresa a la virtual.

LA PERRA VIDA DE LOS AUTORES

Mientras estaba en la cena previa a la entrega del Premio CajaGRANADA de Novela Histórica, recibí un mensaje multimedia en mi BlackBerry.

 

Era de mi editor.

 

Y decía lo siguiente:

 

«Lens, o Fran y tú vendéis otro buen puñado de ejemplares de «Hasta donde el cine nos lleve» en los próximos días o me los llevo de oferta a la Marcha Verde y otros mercadillos de igual tronío».

 

Y me adjuntaba la foto con la oferta que, piensa, puede terminar de convertir a nuestro libro en un serio competidor de Dan Brown…

 ¡Que me los quitan de las manos, niñaaaaa!

Así las cosas, mis muy queridos amigos, ¿no os animáis a comprar vuestro ejemplar de «Hasta donde el cine nos lleve»?

 

Son sólo 19 eurillos de nada, gastos de envío incluidos…

 

Razón: AQUÍ.

 

Jesús Lens. Eternamente… ¡Yo-rando! (leer con tonillo de cancioncilla progre-testa cubana.)

DULCE NOCHE SALOBRE

  • ¿Hasta dónde puede llevarnos el cine? -me preguntaban el pasado viernes en una entrevista radiofónica.

 

  • Pues, de la mano de amigos como Encarni, Colin, Mariano, Gonzalo, Pepe, Panchi o Josefina; el cine puede llevarnos… hasta donde nosotros queramos y estemos dispuestos a ir. Lejos. Muy lejos. Hasta Salobreña, por ejemplo -hubiera podido contestar, sin temor a equivocarme, tras la estupenda velada del 15 de enero…

 

Gonzalo, un servidor y Mariano, paradójicamente, de izq. a dcha.
Gonzalo, un servidor y Mariano, paradójicamente, de izq. a dcha.

Porque Salobreña está ahí al lado pero, desde que este verano se planteó la posibilidad de presentar allí nuestro querido libro «Hasta donde el cine nos lleve», han pasado un puñado de meses. Y, sin embargo, por cómo salió todo, debemos convenir en que la espera ha merecido la pena.

 

Porque la presentación salió, claro, de cine. De dulce. De maravilla. De lujo.

 

Pero empecemos por el principio. Que bajar con mi Cuate Pepe y con Panchi en su coche, iniciando un nuevo mini On the road a cuenta del libro, ya fue un placer, con ese «A kind of blue» de Miles Davis sonando en el equipo de música.

 

Cuando quedaban quince minutos para el inicio de la presentación, aún no había mucha gente en la Biblioteca de Salobreña. De hecho, excepto los organizadores, no había nadie. Por eso, mi querido Colin estaba tan nervioso. Encarni y él se habían tomado tantas molestias… pero Gonzalo, el concejal de cultura, estaba tranquilo. Con mucha o poca gente, la cosa saldría a pedir de boca. Es lo que tiene hacer las cosas bien, como está claro que hacen los regidores de esa fantástica localidad costera.

 

Cuate-foto
Cuate-foto

Y llegó Mariano Navas, mi presentador. Filólogo, lector, cinéfilo y cubano de adopción. Abrazo, charla y… buen rollo. Y empezó a llegar gente. Y más gente. Y una poca más. Colin sonreía satisfecho. Y tranquilo. Lo estaba viviendo con tanta o más intensidad que yo. Por eso, cuando Juan Madrid, uno de los padres de la novela negra española entró por las puertas, Colin y yo sonreímos a lo bestia. Privilegio y honor el que nos hacía Juan, con su presencia allí, la mágica noche del viernes 15. Y llegaron Javi, Rosario, Concha… ¡Ay!

 

Y entonces apareció, con su melena rubia de guerrera vikinga. De verdad que no me la esperaba, pero Josefina se ganó su carné de Cuatrera (*), a pulso, bajando inesperada y sorpresivamente a Salobreña para acompañarnos en la presentación costera de «Hasta donde el cine nos lleve». ¡Detalle de los que no se olvidan!

 

Y, al final, la sala se quedó pequeña. Más de cincuenta personas, algunas de pie, nos escucharon, impávidos, a Mariano y a mí.

 

Lo de Mariano… un lujo de presentación. Vamos, que me sacó los colores por todo lo mucho y bueno que dijo de un servidor y de nuestro libro. Y de Fran, el coautor, cuya trayectoria se puede seguir por Internet y al que mandamos un fuerte abrazo desde Salobreña. Y todo ello, en unos folios primorosamente manuscritos, una joya bibliográfica de la que tengo que conseguir una copia, sí o también.

 

Birreando en El Puentecillo
Birreando en El Puentecillo

Entonces empecé yo a largar. No había preparado nada, para esta presentación. Había repasado las notas de otras anteriores y, prometiendo ser breve, me lancé a hablar a tumba abierta. Y lo siento por los presentes, pero estaba disfrutando tanto que fui enlazando unos temas con otros y, al final, me enrollé como una persiana, cascando media hora sin parar ni a respirar.

 

Pero no fue mi culpa. Creo. Porque miraba a la gente, allí enfrente, y nadie parecía aburrirse. Sin bostezos, sin mirar el reloj, sin mandar SMS… el buen público de Salobreña parecía seguir la plática con atención e interés. Así que, como ya me conocéis… no encontraba momento para callar y meter lengua en paladar.

 

Vamos, que estuve en la gloria y que la de Salobreña ha sido la presentación de «Hasta donde el cine nos lleve» más relajada, disfrutona, amistosa y agradable de las que hemos hecho hasta el momento. Todas han sido únicas y especiales, pero, por alguna razón, en ésta ha sido en la que más cómodo me he encontrado, al igual que me pasó la víspera, hablando de financiación privada para montar una empresa, en la ESNA. Vamos, ¡que el 2010 trae buenos presagios!

 

Y, después, ese momento tan especial que siempre es el de la firma de libros. Un goteo constante y, al final, unos veinte libros vendidos, todos ellos cariñosamente dedicados a esa gente que venía, saludaba, comentaba, preguntaba, sugería… ¿he dicho ya que estaba en la gloria? Y, por cierto, un saludo muy especial a la gente de la librería motrileña «La evasión», sita en C/ Ramón y Cajal 9 y que ya ardo por visitar, dado que sus dueños son auténticos amantes de los libros.

 

El siguiente paso en nuestra noche de libros, birras y amigos nos condujo a La Caleta, a la taberna «El Puentecillo», uno de esos lugares que, si no existieran, habría que inventarlos. Uno de esos bares pequeños en los que, nada más entrar, ya te sientes como en casa, decorados con fotos de músicos y con todo el sabor de lo auténtico. Tras la barra, El Gato, un tipo, además de encantador, dotado con un inmejorable gusto musical. 

 

Ya completamente relajados, llegaron los brindis, el recuerdo para la gente que quería estar allí pero no podía, las felicitaciones y los parabienes. Y los agradecimientos. Y esas tapas de tortilla con salsa de ajo o el bacalao con una salsa de tomate y carne que, sorprendentemente, estaba para chuparse los dedos. La música, jazzera, con Miles Davis de protagonista y una curiosa coincidencia acerca del genio de la trompeta y el mismísimo Michael Jackson, a cuenta de ese excepcional «Human Nature». Que Colin y Pepe tienen el mejor de los oídos.

 

Y de allí al corazón de Salobreña, al Pub Studio J.A. del que es dueño Mariano y donde pasamos una extraordinaria madrugada de charla, copas, música y disfrute, con esos momentos en que nos parábamos a hablar de las cosas realmente importantes de la vida: Miles Davis y «A kind of blue», las mujeres, los hombres, Guardiola, los cóckteles, los viajes, los restaurantes y el ceremonial de una buena comida… la vida, en una palabra.

 

Y así, no es de extrañar que al volver al hotel, cansados pero felices por haber disfrutado de una noche extraordinaria, cuando le deseamos buenas noches al portero de turno, el hombre, con toda la acidez y carga de profundidad de que era atesorador, nos respondiera con un lacónico, ilustrativo y preclaro:

 

  • Buenos días, querrán decir…

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

(*) Cuatreros. Dícese de los amigos que se embarcan en salidas On the road, más largas o más cortas, para acompañarnos a mi Cuate Pepe y a mí en esta vorágine de charlas, presentaciones librescas y encuentros que llevamos felizmente a cuestas…

 

PD.- Posiblemente, pronto prepararemos Fran y yo otra presentación, esta vez en Madrid… ¿os animaréis a montar un On the road capitalino?