Ea. AQUÍ, nuestra venganza literaria contra los controladores descontrolados. A ver si os divierte.
Desde que ayer empezaron a llegarme mensajes al móvil, comentando la locura desatada en los aeropuertos españoles, no podía dar crédito. Por la noche, sentados en ese exquisito local que es “El gato montés” de Monachil, estábamos escuchando a Martín Favelis tocar al piano un montón de canciones distintas y espectaculares, de «El Padrino» a clásicos del western como “El bueno, el feo y el malo” o “Los siete magníficos” (qué torrente de emociones, escuchar este temazo). Mientras, el caos se extendía por toda España. ¡Qué sensación tan extraña! Era como estar en una nube, en un limbo, refugiados del intenso frío exterior, a salvo de la mafia aérea, bebiendo vino y margaritas, escuchando música, después de haber estado por la tarde paseando por el Albaycín y fumando una cachimba.
Y llegó el mensaje definitivo: el ejército tomaba el control de los aeropuertos.
– “¿Cómo hemos llegado a esta situación?” –se preguntaba Don Corleone, precisamente en “El Padrino”, cuando una guerra de bandas se había llevado por delante a su hijo Santino, Sonny.
Esta mañana, pegado a la tele, se me descuelga la mandíbula al escuchar que se ha declarado el Estado de Alarma en nuestro país, por primera vez en la historia de la democracia.
Cientos de miles de personas están secuestrados en los aeropuertos españoles. ¿Qué os voy a decir sobre la impotencia que siento, aunque esta vez no hubiera tenido previsto viajar y, directamente, no me afecta la salvaje huelga de los Controladores?
Escucho a un representante del PP, que aprovecha para zarandear al gobierno y a ZP, claro. Y alaba la “actitud cívica” de los ciudadanos. Y es verdad. Hay que mantenerse firmes y serenos. Aunque, por dentro, una palabra es la que se abre paso en las tripas: Vendetta!
VENDETTA!
No sé.
No sé en qué terminará todo esto. Pero hoy, España está en vilo. Otra vez. Cuando no es el acoso de los mercados y los especuladores, son los controladores de AENA.
Chantaje, latrocinio, vergüenza, corrupción…
¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Qué sucede?
Jesús Perplejo Lens
PD.- Parece que, una vez militarizados, los Controladores ya no son tan gallitos y valientes y vuelven al tajo. ¡Qué asco! ¡Qué vergüenza!
PD II.- PSOE y PP, machacándose mutuamente, por cuenta de la Mafia de los Controladores. ¡Qué pena! ¡Qué tristeza!