No puedo. Es que no puedo. No puedo soportarlo. Ni en Irán, ni en Yemen, ni en Siria ni en Madrid. Este fin de semana, hemos visto, al menos, a tres mujeres cubiertas con burka, en el corazón de la capital de España. Que estuviéramos a 40 grados no hacía sino darle un toque más siniestro, más surrealista, absurdo e insensato a algo que ni tiene lógica ni tiene explicación.
Por eso, me gusta tanto como me incomoda esta viñeta de El Roto, cuyo humor sigue arañando, como el papel de lija, en nuestras conciencias.
Y me acuerdo de mi profesor de Filosofía del Derecho, Nicolás López Calera, cuando nos decía que hay que ser intolerantes con la intolerancia…
Buenos e intolerantes días.
Si caben.
En Twitter, soy @Jesus_Lens