La noche más Noir

El jueves 16 de junio se celebra el doscientos aniversario de una de las noches más oscuras y terroríficas de la historia de la literatura. Una noche tétrica que, en realidad, duró tres días. Una noche que, paradójicamente, alumbró a algunas de las criaturas más fascinantes y misteriosas del género de terror.

Porque en la noche del 16 de junio de 1816, un variopinto grupo de personas se encerraron en Villa Diodati, a orillas del Lago Leman. Entre ellas, el poeta Lord Byron, que había alquilado la monumental residencia para pasar el verano haciendo excursiones por la montaña, nadando y navegando en las aguas suizas y disfrutando de una naturaleza exuberante. También participó en aquella velada J.W. Polidori, el médico personal de Byron. Y otro gran poeta: Percy Bysshe Shelley. Junto a ellos, dos mujeres. Dos hermanas: las jóvenes, impetuosas y aguerridas hijas del también poeta William Godwin: Claire y Mary.

Hijos de Mary Shelley diodati

Todos ellos habían huido de una Inglaterra encorsetada, puritana, pacata y muy cerrada sobre sí misma, en la que se asfixiaban tanto su voluptuosa juventud, su romanticismo y sus ansias de aventuras como su amor por los espacios abiertos y sus ansias de disfrutar de una naturaleza violenta y salvaje.

Hijos de Mary Shelley Byron

Pero, aunque la primavera debería haber dejado paso al verano, el 16 de junio fue un día gélido que obligó a los exiliados ingleses a refugiarse entre los muros de Villa Diodati y a encender un gran fuego que les hiciera entrar en calor. Y llegó la noche. Y, por la mañana, no salió el sol. Porque  1816 pasó a la historia como “El año del verano que nunca llegó”, en feliz expresión del escritor colombiano William Ospina.

Hijos de Mary Shelley Ospina

Lean, lean el libro que, con dicho título, publicó Ospina el pasado año, en la editorial Random House. Lean una fascinante investigación que cabalga entre lo histórico y lo literario y que da varias vueltas al mundo. Hasta llegar a aquel memorable 16 de junio de 1816.

Busquen, también, los cuadros que Turner pintó durante esos meses, con aquellos atardeceres incendiados en rojo sangre o en violentos morados. Porque en 1815, llovió sangre. Y llovió barro. Y el cielo fue un espectáculo multicolor. Y es que durante meses y meses estuvo lloviendo la ceniza del volcán Tambora, cuya salvaje erupción, el 5 de abril de 1815, provocó un tsunami que mató a muchos miles de personas. Además, la cantidad de azufre que el Tambora expulsó a la atmósfera produjo un cataclismo climático que se alargó durante meses y meses, volviendo loco al tiempo, literal, cromática y metafóricamente.

Hijos de Mary Shelley Tambora

Por eso, la noche del 16 de junio de 1816 abrió las puertas del invierno, en Suiza. Y las del infierno, en Villa Diodati. Una noche que duraría tres largos días y que el grupo de románticos literatos que se habían dado cita en la casa decidió ocupar y enriquecer a base de fantasía e imaginación.

¿Quién sería capaz de inventar la historia más terrorífica y misteriosa, de entre todos ellos? ¿Sería el Lord Byron del que media Europa hablaba, escandalizada? ¿El Shelley cuya poesía conmovía… a la poca gente que le había leído?

La respuesta es no.

Porque las historias más impactantes, las que parieron a las criaturas más salvajes y llegaron a aterrorizar a los residentes en Villa Diodati, las narraciones que trascendieron y se convirtieron en clásicos de la literatura universal fueron la del doctor Polidori y la de una insultantemente joven Mary, casada por aquellos entonces con el propio Shelley, del que había adoptado el apellido. Y es que, aquella noche, el médico sacó a la luz a la figura del vampiro y Mary, a la del hombre resucitado de entre los muertos, al que bautizó como Frankenstein. O el moderno Prometeo.

Hijos de Mary Shelley Vampiro

Pocas veces en la historia de la literatura, una noche fue tan fructífera. Muchas fueron las causas que desembocaron en aquella velada mítica, la del 16 de junio de 1816 que, doscientos años después, todos los que somos Hijos de Mary Shelley nos aprestamos a celebrar.

Porque, desde hace un tiempo, el escritor Fernando Marías ha ido reuniendo a una nutrida pléyade de narradores, escritores y creadores en torno a la figura de Mary Shelley. Antologías de cuentos y relatos, monólogos, obras de teatro, poesía, cómics, dibujos, ilustraciones y un largo etcétera de las más variadas manifestaciones artísticas conforman un proyecto, en continuo crecimiento y expansión, que confluye en esta página web: http://www.hijosdemaryshelley.com/

Obra original de Jesús Conde
Obra original de Jesús Conde

Una página web que está en pleno proceso de transformación y cuyo rostro definitivo se alumbrará mañana jueves, 16 de junio, en Madrid. Porque los Hijos de Mary Shelley tenemos una cita a la que no podemos faltar. En Espacio Fundación Telefónica. A partir de las 12 de la mañana. Con la etiqueta #200Diodati  Y hasta que el cuerpo aguante. Porque el programa confeccionado en torno a los “200 años de Diodati” comienza a mediodía. Y sus actividades se alargarán, oficialmente, hasta las nueve de la noche. Oficialmente, insisto. Porque bien sabemos que la noche es oscura y alberga horrores, ¿verdad?

Hijos de Mary Shelley

Volveré para contarlo. Espero.

Jesús Lens

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Un Jesús Conde de antología

Mi Columna de hoy en IDEAL invita a fantasear sobre uno de los cuadros que componen la excepcional exposición de Jesús Conde en el Palacio de los Condes de Gabia, que no debes perderte bajo ningún concepto. Porque es un deleite para los sentidos y un estímulo constante de la fabulación…

De los muchos y muy variados cuadros que componen la más reciente exposición de Jesús Conde, el que más me impresiona es uno, extraño, enigmático y con un toque surrealista, que representa los restos de un avión accidentado en mitad del desierto. Es un cuadro con tintes apocalípticos y milenaristas, muy de fin del mundo. Un cuadro de tamaño pequeño, pero que contiene un buen número de historias.

Jesús Conde restos de avión

Está, por un lado, la historia del Tupolev 154B1 que, el 7 de Agosto de 1980, se estrelló durante la maniobra de aproximación al aeropuerto de Nuadibú, en Mauritania. Provenía de Bucarest y la tripulación no tenía contacto visual con la pista. Tras un primer aterrizaje abortado, el piloto erró en el segundo intento y el avión se fue unos 300 metros fuera de la pista, muriendo uno de los ciento sesenta y ocho pasajeros a bordo.

¿Quién fue el pasajero fallecido? ¿Por qué le tocó a él y sólo a él? ¿Por qué insistió el piloto en aterrizar en aquellas condiciones? ¿No tuvo la posibilidad de buscar otro aeropuerto con mejores condiciones de visibilidad?

Jesús Conde Cuaderno de Viajes

Los restos del avión quedaron abandonados y, poco a poco, el sol y las tormentas de arena lo han ido deformando, hasta convertirlo en una extraña y posmoderna ruina de metal.

Años después, un español creyó ver algo singular desde la habitación de su hotel. Algo grande que brillaba bajo el sol. Decidió ir a echarle un vistazo, dado que estaba cerca. O eso pensaba él. Porque el desierto es muy engañoso y lo mismo que provoca espejismos, hace que se confundan las distancias y las proporciones. Eso le pasó a nuestro viajero, Jesús Conde, que llegó a los restos del avión al borde de la deshidratación. Un avión que, mucho tiempo después de estrellarse, bien pudo cobrarse una segunda víctima. Así las cosas, ¿contribuirían la sed y el agotamiento extremo al impacto visual provocado por aquellas ruinas metálicas? Un impacto lo suficientemente grande como para que Jesús haya decidido pintarlas, tantos años después…

Jesús Conde cartel Antología

Historias. Recuerdos. Memoria. Y su relato. El material del que están hechos los sueños se convierte en inspiración para un artista total que, efectivamente, nos presenta una exposición muy literaria en “Prólogo para una antología”. Que no lo digo yo. Lo dice Jesús. Un Jesús Conde que ha querido hacer un repaso a toda su carrera como artista, volviendo a pintar sobre algunos de los temas que le han servido como leit motiv para algunas de sus anteriores muestras.

Jesús Conde Postal de viaje

Las armas. ¡Ay, esas armas tan cinematográficas, como la pistola de “El Padrino” o el peacemaker del western fordiano! Las espadas, los cascos, las armaduras. Y el río de la infancia. O las calles de una Archidona que ya no son. Y las postales viajeras. Y las estampas africanas. Y las vistas habaneras a través del ojo buey de un barco. Y ese Oriente que ahora se desangra. Y la fantasmal Detroit. Y Granada, claro. Granada eterna.

Jesús Conde silla cubana

Vayan. Vayan al Palacio de los Condes de Gabia, vean la exposición de Jesús Conde y dejen que los cuadros les cuenten las mil y una historias que atesoran en su interior. Se lo van a pasar de fábula.

Jesús Lens

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Gente interesante

Hoy, en el artículo que publico en IDEAL, barajo un concepto que, para mí, resulta especialmente interesante. A ver si lo compartís. O qué.

La gente. Me gusta ese concepto. Gente. En la España pija, burbujeante y sobrecogedora no había tanto gente como people, en su versión VIP o en su versión beatutiful. Pero a mí me gusta la gente, a secas, por ser un concepto amplio, integrador, mestizo y genérico.

Una de las personas que más utilizan dicho concepto es el artista Jesús Conde, pero seguido del adjetivo “interesante”. Siempre que nos juntamos, hablamos de viajes. Uno viaja para descubrir hermosos monumentos o ver pinturas famosas, para disfrutar de paisajes impresionantes o para tener excitantes experiencias de vida. Jesús viaja, además, para conocer gente. Gente interesante.

 Jesús Conde

Por eso, a la hora de elegir destino, compañeros de viaje y lugares en los que hospedarse, Jesús y Lola se imponen como uno de los objetivos primordiales la posibilidad de encontrar a ese tipo de personas que enriquecen y que te hacen disfrutar, más aún, del lugar en que te encuentras. Gente con alma. Gente que te descubre cosas nuevas, que te orienta, te guía y te conduce. O que te hace evocar y revivir momentos que creías olvidados. Gente que te deja huella, poso, recuerdo y, quizá, hasta cicatriz.

Gente, en una palabra, que te inspira.

El de inspiración es un concepto muy peligroso que, en España, viene a ser equivalente a estar tumbado a la bartola, papando moscas, esperando a que las musas te penetren, se hagan fuertes dentro de ti y casi, casi te obliguen a parir alguna maestra. Y la inspiración puede ser cualquier cosa… ¡menos precisamente eso!

 Hacer

En inglés, el concepto tiene otro sentido. Me gusta escucharlo en las series y en las películas, cuando algún personaje habla de personas, discursos o actitudes inspiradoras. De hecho, el lema de los Juegos Olímpicos de Londres era “Inspire a Generation”.

Ese lema, en los Juegos de Madrid 2098, causaría hilaridad y tendríamos cachondeo asegurado durante meses y meses. Seguramente, porque es difícil encontrar nada inspirador en buena parte de las personas que, en nuestro entorno, deberían serlo.

Para mí, ejemplares son las personas que no solo hacen cosas productivas ellas mismas, sino que consiguen que pasen cosas a su alrededor. Gente con magia, con arte y creatividad, con capacidad para generar, crear y construir pero, además y sobre todo, gente generosa y talentosa que consigue que germinen brotes en su entorno, sean éstos verdes, azules, negros o fucsia.

 Interesting people

Personas como Jesús Conde, por ejemplo. O como Manuel Villar, que una vez me preguntó si me iba de viaje con él y, antes siquiera de conocer el destino, ya le había dicho que sí. Personas como el Jefe Taibo, artífice de la Semana Negra de Gijón, de la que me declaro a la vez hijo, criatura y amante; como Antonio Lozano, Pedro Melguizo, Fernando Marías o Juan Madrid, que está levantando, junto a un grupo de entusiastas salobreñeros, el encuentro de cine negro más importante del sur de España. Personas que crean. Que creen. Y que crían.

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Y a ver, anteriores días de Andalucía, qué blogueábamos: 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012

Feria del Libro 2012

¡Ya está aquí! ¡Ya llegó la Feria del libro 2012! Aunque el frío, la lluvia y el viento traten de engañarnos, estamos en primavera. Y la primavera es temporada de hojas. De hojas de papel.

Llega la Feria del Libro, salimos del aletargamiento invernal y hay que activarse.

Por eso vamos a darle un nuevo impulso a este tema que tanto nos gusta, de bares y películas, de cafés y cine.

¡Presentamos “Café-Bar Cinema”, en la Feria del Libro! Y lo hacemos de la mano de dos buenos amigos: el pintor Jesús Conde y el novelista Manuel Villar.

Será el viernes 27, a las 18 horas, en la Sala de Exposiciones de CajaGRANADA en Puerta Real.

Pero es que, después, ese mismo viernes, coordino un monumental Encuentro-Charla-Presentación sobre ese fenómeno llamado “Juego de Tronos”.

Un fenómeno que va más allá de la saga literaria que nos ha llegado de manos de Alejo Cuervo y Gigamesh y de Canal +, dos de cuyos responsables (Berni Melero y Quique Muñoz) traerán material inédito del que podremos disfrutar en la Biblioteca de Andalucía. Tenéis más información sobre este evento en este reportaje que preparó Manuela de la Corte en Granada Hoy: «El invierno llega a la Feria del Libro». ¡Veréis que no pude reprimir el impacto que me causó este final de la primera temporada de “Juego de Tronos” y el mono que tenemos de serie, como proclamábamos en esta galería de imágenes!

El mismo viernes 27, a las 21 horas.

¡Ni que decir tiene que os espero para ese programa doble, que después regaremos convenientemente por esos bares que tanto nos gustan!

Además, el miércoles 25 estaré con mi querida Pilar Ortiz, en Puerta Real, presentando su estupendo libro-catálogo “Ventanas Veredas”, en el que tuve el honor de participar con un texto muy sentido. ¡A las 18 horas!

Pero la cosa no queda aquí. Porque queremos hacer una Ronda de Librerías para acercar “Café-Bar Cinema” a los lectores. Empezaremos por nuestra querida Salobreña y su 1616 (de la que hablábamos en este artículo de IDEAL), el día 5 de mayo, sábado, a las 11.30 de la mañana, aprovechando que el domingo tenemos carrera del Gran Premio de Fondo de Diputación. ¡Deporte, cultura y amigos; tres en uno!

Vamos a participar en el Club de Lectura que coordina Cecilia, mi querida Señorita y maestra de EGB, en el Colegio CajaGRANADA. Y, por fin, el jueves 7 de junio, ¡vamos a tomar Madrid! Apunten, apunten.

Porque Mahoma y la montaña están felizmente condenados a encontrarse, aquí y en la China, si fuera menester.

Ni que decir tiene que os espero a todas y a todos en todos y cada uno de los eventos. ¿¿¿¿EHHHHH????

Jesús activándose Lens

A ver, los 20 de abril de 2008, 2009, 2010 y 2011.

Jesús Conde: de recuerdos y sueños

La primera vez que lo vi, pensé que podía ser Granada. Pero no. No lo es. Aunque podría serlo. ¿Por qué no?

Jesús Conde, autor del cuadro, me dice que es el Funduq de los Andaluces y que se encuentra en Marruecos, concretamente, en la ciudad de Fez.

Entro en Internet, buceo, busco, comparo… Y sí. Claro que es. O que puede ser. El Funduq de los Andaluces. Aunque también puede que no lo sea. Al menos, que no sea exactamente así como es.

Porque las cosas, los lugares, los objetos; ya no son lo que eran. Excepto en nuestra cabeza, en nuestra imaginación, en nuestros sueños, en nuestros deseos.

Cuando contemplo, admirándolo, el cuadro de Jesús me dan ganas de volver a Fez y buscar el lugar en que se encuentra el Funduq. O lo que queda de él.

Hace unos años, en la Medina de Fez, viví uno de los momentos más intensos en mi existencia viajera, recorriendo durante horas y horas sus callejones, recovecos, cafetines, mezquitas, baños y comercios; perdido en el fragor casi medieval de un barrio que es un mundo en sí mismo, un universo completo, suspendido en el tiempo, en el que las mercaderías se transportan en burro y el paso se pide a voces. O a golpes y encontronazos.

Pocas veces como en la Medina de Fez he estado menos en un lugar físico y concreto que en una pura abstracción, en un universo onírico, metafísico.

Entonces recuerdo el discurso que Jesús Conde pronunció con motivo de su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Granada, titulado “Los objetos melancólicos”, y que incluye el siguiente párrafo:

“La melancolía, “esta forma placentera de estar triste” decía Víctor Hugo, es un sofoco del espíritu que afectará a generación tras generación, y Occidente persigue desde hace veinticinco años. Los viajes y cuadernos de apuntes que dibujaron las ciudades perdidas, las cajas que guardamos de niños, los tesoros de los piratas, las tiendas de antigüedades, los mercadillos de viejo, escuchar boleros, buscar en la madrugada el duende del flamenco es a fin de cuentas un estado de ánimo entre “el ombligo y la lágrima” ya que no hay melancolía sin memoria, ni memoria sin melancolía. Ella crea el sentimiento habitual de nuestra imperfección, esa enfermedad de los héroes, la tristeza sin causa. ES LA LUZ DE LA SANGRE.”

Se puede viajar de muchas formas y de muchas maneras y cada persona, en cada viaje, busca cosas distintas. Y, si el viaje es bueno, encontrará cosas diferentes, también, a las que buscaba.

Una de las formas posibles de hacer un viaje, inmóvil, es a través de la ensoñación.

“El Funduq de los Andaluces” es precisamente eso: una invitación al viaje, una ensoñación, una metáfora pictórica de lo que es, de lo fue y de lo pudo llegar a ser.

Me gusta tumbarme en el sofá, cuán largo soy, y contemplar el Funduq. Cerrar los ojos y dejarme llevar por los recuerdos que no sabes si son sueños.

Por los sueños que te gustaría que fueran recuerdos.

Para eso es el arte, ¿no?

Jesús soñador Lens

¿Qué soñábamos, anteriores 13 de enero en los que no era viernes? 2009, 2010 y 2011