A ver si nos centramos

Qué extraño tiene que ser acostarte un día siendo de derechas y levantarte al siguiente conminado a ser de centro, tal y como les ha ocurrido a los dirigentes del PP en el Comité Ejecutivo Nacional.

—¡A ver si nos centramos!— fue la consigna más escuchada entre barones y cuadros; militantes y simpatizantes.

Ni a izquierdas ni a derechas: ¡centraos!

Un día eres de derechas y muy derechas y al día siguiente tienes que ser de centro, moderado y transversal. Un día le ofreces a VOX un pacto de gobierno firmado en blanco y al día siguiente te distancias de ellos, tildándoles de ‘ultraderecha’.

Un día te consideras un ‘valor seguro’ y al siguiente, en fin, te descubres ‘centrado en tu futuro’, el lema de campaña para las próximas elecciones. A todo esto, ¿le habrán dado las gracias a Juan García Montero desde Génova, aunque dejara el PP hace unas semanas, por ponerles en bandeja de plata la elección del lema de marras?

La coalición por la que el ex-edil de Cultura del gobierno de Torres Hurtado se presenta a las próximas municipales se llama, precisamente, ‘Centrados en Granada’. Verás tú el follón en los colegios electorales al elegir las papeletas, con la mezcla de candidatos, siglas y lemas.

¡Lo que nos queda por ver, hasta que pasen las elecciones municipales, europeas y, en algunas comunidades, autonómicas! Vamos a ver cosas que no creeríais ni tirando tó tieso para las Puertas de Tannhäuser y girando a la derecha más allá de Orión.

Por ejemplo, a Juanma Moreno nombrando al ex diputado del Parlament de Catalunya, Enric Millo, como secretario general de Acción Exterior de la Junta de Andalucía. ¡El ex delegado del Gobierno de Rajoy al que tocó aplicar el 155 será el encargado de la coordinación de las actuaciones de la Junta de Andalucía en la Unión Europea y la relación con otras comunidades autónomas! Un fichaje de campanillas, ciertamente.

Un nombramiento que ha escocido, y mucho. Miedo da que, una vez laminado el PP en Cataluña y el País Vasco y sin posibilidades de gobernar España durante los próximos años, el Partido Popular vaya a utilizar a las comunidades en las que todavía tiene mayoría como agencia de colocación para pago de favores.

Jesús Lens

El efecto Salomé

Comparto con Fernando Marías y otros miembros de nuestro particular y cinéfilo Grupo Salvaje pasión desaforada por una de las películas menos reivindicadas del director Sam Peckinpah: “Quiero la cabeza de Alfredo García”.

Me acordaba de ella ayer, al leer las contundentes declaraciones de Juan García Montero exigiendo la inmediata expulsión de Sebastián Pérez del PP por “hacer trampas” en el pasado Congreso Provincial del mes de mayo.

¿No les decía yo que íbamos a tener una rentrée política de lo más entretenida? Pues la primera en la frente: el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Granada ha dejado sin efecto la convocatoria del XIV Congreso Provincial del PP, así como todo el proceso congresual celebrado posteriormente. Además, aunque la resolución es recurrible, si el demandante -Juan García Montero- exige su ejecución, resulta obligatorio hacerlo.

En cuanto se hizo pública la sentencia, que corrió como la pólvora de móvil en móvil, el antiguo concejal de cultura del PP parafraseó el título de la película del maestro Peckinpah y se puso en la piel de la bíblica Salomé, exigiendo la cabeza de su archienemigo en bandeja de plata.

Una de las tesis del marxismo, no recuerdo ahora si del histórico o del dialéctico, señala que la historia se repite dos veces, primero como tragedia  y después como farsa. El PP granadino acaba de hacer buena dicha máxima.

Hace ya algo más de dos años, como condición para dimitir, Torres Hurtado exigió a su partido la cabeza de Sebastián Pérez. La obtuvo. A corto plazo, que el susodicho se rehizo y arrasó en el Congreso Provincial. Ahora, uno de los hombres de confianza del ex regidor vuelve situar en la picota al presidente del PP granadino y candidato a la alcaldía de la capital, lo que obligará a Moreno Bonilla y a Pablo Casado a tomar decisiones. Ninguna de ellas buena para su partido, políticamente hablando.

Me ha sorprendido, eso sí, la virulenta reacción del secretario general del PP granadino: al anunciar el recurso, Pablo García se ha despachado a gusto hablando de la cacería judicial a la que se está sometiendo al Partido Popular en los últimos tiempos, intolerable en un Estado de Derecho. Menos mal que ha insistido en que los azules tienen confianza en la Justicia, que si no… ¿Será el efecto de verse con el agua al cuello?

Jesús Lens

Juan García Montero: el spin-off

Para quienes nos tomamos la Vida en Serie, el anuncio del spin-off de alguna de nuestras series favoritas de televisión se convierte, a la vez, en una ventana abierta a la esperanza… y en una terrible amenaza. Y así comienza mi columna de hoy, en IDEAL.

En televisión, un spin-off es una serie derivada de otra anterior que eleva al papel de protagonista a un personaje secundario. Ahora mismo hay dos de ellas, muy conocidas: “The Good Fight”, derivada de “The Good Wife”, con Diane Lockhart como personaje principal, sustituyendo a Alicia; y “Better call Saul”, proveniente de la extraordinaria y mítica “Breaking Bad”.

 

Para que una serie funcione bien, el elenco de secundarios es básico. Una película puede sustentarse sobre un personaje principal potente, pero una serie de televisión necesita de secundarios de lujo con los que el espectador se sienta cómodo, dando cancha, juego y respaldo a los protagonistas. En ocasiones, esos secundarios son tan potentes y calan de tal manera en el espectador que aspiran a convertirse en los líderes de su propia serie, una vez finalizada la original.

Lo bueno del spin-off es que permite a los espectadores seguir disfrutando de personajes, situaciones, paisajes, escenarios y diálogos reconocibles, a los que tiene cariño, fidelidad y respeto. El riesgo es que el spin-off no sea capaz de volar solo ni de alcanzar la altura suficiente. Si carece de fuerza y empaque, decepcionará a unos espectadores que no tardarán en desengancharse.

 

El mundo de la política se parece, mucho, al de las series de televisión. Y ahí está Juan García Montero, anterior concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, convertido en un spin-off de Torres Hurtado, tratando de hacerle competencia a Sebastián Pérez por el liderazgo del PP.

 

El problema para Juan García Montero es que la serie protagonizada por Torres Hurtado todavía no ha finalizado. Terminó una temporada, con su tumultuosa salida del Ayuntamiento tras ser detenido por la UDEF, pero ese final solo fue el comienzo de una nueva tanda de episodios, escritos por guionistas muy diferentes y cuya trama se desarrolla entre juzgados, denuncias e imputaciones.

Muy complicado lo tiene, Juan García Montero: en los spin-off, el espíritu original siempre está muy presente. Y, en este caso, ese espíritu es más una presencia amenazadora y un lastre que una ayuda o apoyo sobre el que alzarse e impulsarse para salir airoso del empeño.

 

Jesús Lens