Uno de mis trayectos diarios y habituales está conformado por los 500 metros que separan mi casa del kiosco de Paco, en la Avenida de Cádiz. Es el último del Zaidín. Al menos, del corazón del Zaidín.
A la altura del ambulatorio sí queda uno abierto. Además, en el hospital del PTS y en la librería del Carrefour también venden prensa, pero kiosco como tal, vivito y coleando… el de Paquito y pocos más.
La otra gran arteria del Zaidín, la Avenida de Dílar, está repleta de cadáveres de kioscos, más cerrados que la defensa de un equipo de Javier Clemente. Convertidos en soporte para cartelería, son mudos testigos de un tiempo pasado que no volverá. De ahí que la iniciativa del Ayuntamiento de reabrir 20 de ellos sea feliz y afortunada.
La nueva ordenanza que posibilitará la reapertura de esos kioscos les autoriza a vender un montón de cosas, de planos y souvenirs a entradas para espectáculos, tarjetas para móviles, agua, chuches y otra amplia variedad de objetos y servicios. La idea es que terminen convirtiéndose en puntos informativos y de referencia, que le den vida a las calles y a los barrios y, de paso, que generen empleo y reporten beneficios.
Románticamente, me gustaría que los kioscos se pudieran mantener vendiendo periódicos y revistas, libros y coleccionables, álbumes y cromos. Pero eso es más un deseo nostálgico que una realidad probable, por lo que bienvenida sea la nueva normativa que facilitará la reapertura de 20 de ellos, a los que duele ver herméticamente cerrados, como la ‘tortuga’ de las legiones romanas.
Ha ocurrido con muchas librerías de barrio: para sobrevivir, se han convertido en prestadoras de mil y un servicios que van mucho más allá de la venta de libros. Desde puntos de impresión para quienes no queremos tener impresora a proveedores de material escolar para colegios e institutos.
En el caso de los kioscos, ni siquiera aplica lo de renovarse o morir. Se trata de devolver a la vida a decenas de establecimientos que llevan mucho tiempo muertos. Esperemos que la iniciativa sea venturosa.
Jesús Lens