Hoy toca Lagartija

Si ayer fue un jueves literario por antonomasia, hoy va a ser un viernes muy musical, que tenemos en el Paseo del Salón con Lagartija Nick, precedidos de Red Passenger, en el primer concierto del ciclo Distrito Sonoro patrocinado por Cervezas Alhambra.

No podía haber una mejor manera de arrancar este ciclo, ya felizmente consolidado en la escena musical granadina, que con Lagartija Nick, el grupo más interesante, versátil y abierto de mente de los muchos que hay en Granada.

He aprovechado toda esta semana para repasar algunos de sus discos. Sobre todo, dos de ellos: el más reciente, ‘Crimen, sabotaje y creación’ y, en especial, ese auténtico muro de sonido, esa barbaridad sónica que es ‘Val del Omar’.

¡Qué grandes visionarios son los hermanos Arias! Nada de lo humano les resulta ajeno y sus pulsiones creativas han estado abiertas igual a la ciencia y a la tecnología, a la vanguardia más radical, a los Multiversos y a la energía ilimitada que a las músicas más apegadas a la tierra, como tuvimos ocasión de comprobar el pasado año, en el mágico Sulayr de Pampaneira. (Lo contamos AQUÍ)

Los Arias están en la base, también, de algunos de los proyectos musicales más excitantes escuchados en los últimos años en Granada. Del famoso ‘Omega’, del que tanto hemos escrito, a los más recientes ‘Mater Lux’ y ‘Los cielos cabizbajos’, de los que todavía tenemos mucho que hablar y escuchar y en los que también está involucrado Jorge Rodríguez Morata.

Échenle un vistazo a los ‘Diario(s) de artista’ de Jesús Arias, publicado por el Centro de Cultura Contemporánea de la UGR. Se trata de un libro prodigioso repleto de información, datos, notas y fotografías que documentan el proceso creativo de las tres obras anteriormente citadas. Un lujazo.

Y, por supuesto, pásense hoy por el Salón. Qué placer, poder disfrutar de la mejor música de forma gratuita en las calles y plazas de Granada. Con Distrito Sonoro, el Ayuntamiento ha acertado de pleno: una inmejorable muestra de las bondades de la colaboración público-privada.

Ojalá más empresas se involucraran tanto y tan bien con el sector cultural de nuestra tierra como Cervezas Alhambra, presente en buena parte de las iniciativas culturales con más enjundia de Granada, tal y como contamos AQUÍ.

Jesús Lens

¿Y si fuese la cerveza?

Lo dijo el alcalde de Granada, a modo de broma, en la presentación de una nueva edición de Distrito Sonoro, la renovada propuesta musical de Cervezas Alhambra para las calles y plazas de Granada que abren los imprescindibles Lagartija Nick el próximo sábado 6 de abril.

No les voy a contar el programa, que encontrarán toda la información en las páginas de Cultura, bien detallado por esa Musipedia con patas -y con gorra- que es nuestro querido Juan Jesús García.

Quiero volver a las palabras de Paco Cuenca: ¿y si fuera cosa de la cerveza, Alhambra, por supuesto; el altísimo nivel musical de Granada, la impresionante nómina de excelentes músicos que atesora?

Y quien dice músicos, dice dibujantes. ¿Han visto ustedes la que se montó el pasado miércoles en La Madraza, para la presentación del libro ‘Rueda de reconocimiento. La huella del noir en el cómic granadino’, producido por la UGR y el festival Granada Noir? Fuimos la envidia de toda la España amante de los tebeos, créanme.

Pero es que, si hablamos de escritores, lo petamos de la misma forma. No hay más que mirar la propuesta para la celebración del próximo Día Mundial de la Poesía, el 21 de marzo, cuando las librerías de toda la ciudad serán tomadas por decenas de poetas granadinos de diferentes estilos, escuelas y corrientes.

Cuando hablamos de escritores, dibujantes, músicos o artistas granadinos no nos referimos a su DNI, ADN o RH. Eso se lo dejamos a los nacionalistas más rancios, casposos y provincianos. ¡Ni siquiera analizamos su nivel de mala follá en sangre, una propiedad tan mensurable como el colesterol o los triglicéridos!

Uno no es de donde nace. Es de donde pace. Para Antonio Arias, la vena creativa de Granada es cosa del agua. El agua que brota en la Sierra de Huétor, que fluye de la fuente de Aynadamar, que baja de las blancas cumbres de Sierra Nevada.

El agua con la que se fabrica esa cerveza que, dorada, verde o roja, está en el centro de mil y un proyectos que surgen, se afinan, se discuten y se rematan en los bares de nuestra tierra, auténticos laboratorios de ideas en los que fermenta nuestra creatividad artística.

Jesús Lens

Omega no se acaba nunca

Cada vez que escucho el Omega me pasa una cosa maravillosa: lloro incansable, interminable e inconsolablemente. Cuando Enrique Morente se arranca con lo de cortarse la mano derecha, ya tengo los ojos empañados. Y cuando entona “se cayeron las estatuas, al abrirse la gran puerta”, la pechera de mi camiseta ya está empapada. Y eso que hablamos de la primera canción del disco… Y partiendo de ahí, en IDEAL hago un poco de strip tease sentimental…

Omega Largatija Nick

Para mí, escuchar el Omega es transitar por un caudal de emociones que me sacuden con la fuerza de un electroshock. Y ha sido viendo el maravilloso documental dirigido por José Sánchez-Montes que he conseguido racionalizar el porqué.

Omega

Omega es la última letra del alfabeto griego, el final de todo, de acuerdo con el libro del Apocalipsis. Omega. Fin de ciclo. Estación Términi. Omega, donde todo lo que soy termina confluyendo y dándose la mano.

Porque en el Omega está mi padre, el catedrático de Griego y apasionado melómano que, al abrupto final de su vida, había abrazado el flamenco, el gospel y el mestizaje musical más luminoso.

Jesús Lens Tuero

En el Omega está, por supuesto, la poesía de García Lorca. El clasicismo y la vanguardia. Y el dolor de sus tragedias. Aquellas poderosas imágenes que mi madre, profesora de lengua y literatura, tanto disfrutaba y cuya fuerza consiguió transmitir a decenas de generaciones de estudiantes.

Y está, en Omega, el encuentro y la fusión de artes y géneros, con Leonard Cohen acercándose al flamenco para ponerle música al poeta, eliminando fronteras, abriendo nuevos caminos, bajando barreras.

Omega Morente Cohen

En el Omega está, en fin, el punk rock más transgresor de Lagartija Nick, una actitud de enfrentar la música, el arte y la vida con la que yo tanto me identificaba, para pasmo de mis padres, primero; comprensivos, después. ¿Orgullosos, por fin? Quiero creer que sí. Porque Omega es el territorio mítico en el que todos habríamos terminado por coincidir, conviviendo en una compleja, contradictoria y dialogante armonía.

Gracias, José Sánchez-Montes por un documental que, contando el proceso de creación de Omega, me ha servido para entender tantas cosas. Pocas veces he salido tan conmovido de un cine. Y es que las obras maestras lo son porque parecen haber sido hechas, ex profeso, para cada uno de los espectadores, oyentes o lectores. Y Omega lo es.

Omega Largatija Nick

Una obra maestra total que, como dice Antonio Arias, no se acaba nunca…

Jesús Lens

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