La (otra) Dama del Lago

“A ti no te importaba mi vida, 

solo mi muerte. 

No son lo mismo, ¿sabes?”

Cleo

Desde que Billy Wilder le dio voz al cadáver de William Holden, que flotaba en la piscina de una mansión de Hollywood, las historias contadas por un cadáver excitan nuestros sentidos. Que el acento de la narración se ponga en la víctima de una forma tan rotunda es toda una declaración de intenciones. 

“Te vi una vez. Te vi y te fijaste en mí porque notaste que te miraba, que te observaba. Me miraste y te miré, te miré y me miraste. Las mujeres atractivas suelen hacerlo. Se miran a los ojos y luego se examinan de arriba abajo”. Así comienza ‘La dama del lago’, la novela más reciente de Laura Lippman, publicada en España por Salamandra Black. 

Cleo estaba muerta. Desde el principio. Nos lo cuenta ella misma: “Cuando estaba viva, me llamaba Cleo Sherwood. Una vez muerta, me convertí en la Dama del Lago”. La culpable de dicha transformación fue esa otra mujer a la que Cleo se dirige en el párrafo anterior. Se llama Madeline, tiene 37 años y es una ama de casa de Baltimore cuya convencional existencia está a punto de cambiar.

Hace un par de años disfrutábamos de ‘Piel quemada’, la anterior novela de Laura Lippman. Comenzaba con una mujer joven que abandonaba a su familia, críos incluidos, y huía lejos para iniciar una nueva vida. En ‘La Dama del Lago’, Maddie también planta a su marido. Pero esa separación no es tan traumática. Su hijo es adolescente y se queda en la misma ciudad, Baltimore. Aunque se muda a uno de esos barrios que eufemísticamente se podría describir como ‘poco recomendables’. De mayoría negra, o sea.


 Una emancipación familiar, social y también laboral, dado que Maddie comienza a trabajar en un periódico local, el Star. Estamos a mediados de los años 60 y, mientras que la desaparición de una niña judía de raza blanca provoca un terremoto, la aparición del cadáver de una joven afroamericana apenas levanta una suave brisa. Hasta que Madeline comienza a hacer preguntas.        

Como buenos aficionados al noir, al leer ‘Baltimore’ habrán pensado en una serie, ‘The Wire’, y en su creador, David Simon. No es casualidad. Tanto el famoso showrunner televisivo como Laura Lippman fueron periodistas y coincidieron en ‘The Baltimore Sun’. Se casaron, dejaron el periodismo y emprendieron carreras creativas paralelas: Lippman es autora de más de 20 novelas policíacas y ha ganado premios tan prestigiosos como el Egdar.

En el Club de Lectura y Cine de Granada Noir y Librerías Picasso hablamos hoy de ‘La Dama del lago’, cuya adaptación televisiva veremos en Apple TV, con Lupita Nyong’o y Natalie Portman como protagonistas. Comentaremos la polifonía de voces y los múltiples puntos de vista con los que trabaja la autora. Hablaremos de la descripción de ambientes y de cuestiones como el racismo, el clasismo y el machismo. Cosas de leer género negro.

Adoro a Laura Lippman. La tuvimos en Granada Noir gracias a Zoom y a Cervezas Alhambra en conversación con Marta Marne —la pueden ver en la web www.granadanoir.com — y la volveremos a escuchar dentro de poco en un nuevo proyecto relacionado con el género negro del que no tardaremos en hablar.

Terminemos como empezamos, dándole la palabra a Cleo, que está muy cabreada con todo el circo montado en torno a su (des)aparición. “Y todo por tu culpa, Maddie Schwartz. Yo gocé de la dignidad del silencio. Yo era toda una dama, en vida y una vez muerta”.

Jesús Lens

Lo más singular del 2021 negro y criminal

Vaya por delante que esta selección de tres títulos no tiene viso alguno de entenderse como ‘Lo mejor del año’. Ni por asomo. En Granada Noir hacemos un notable esfuerzo por leer mucho y leer bien, pero nuestra capacidad de alcance es limitada y nos perdemos tantos títulos que la pretensión de determinar qué ha sido lo mejor del 2021 resultaría vana y fallida.

De ahí que en el festival patrocinado por Cervezas Alhambra hayamos elegido tres títulos por su singularidad, además de atesorar una calidad contrastada, por supuesto. ‘Piel quemada’, de Laura Lippman, publicada por la editorial Salamandra en su colección Black, ha sido la novela escrita por autor extranjero que más nos ha sorprendido este año.

Se trata de un libro que rompe con los moldes habituales en el género y les da la vuelta a muchos clichés, sorprendiendo al lector con excelentes vueltas de tuerca argumentales. Partiendo del clasicismo de títulos como ‘El cartero siempre llama dos veces’, Laura Lippman presenta a una protagonista que, de forma enigmática, se establece en un pequeño pueblo, habiendo dejado atrás a su familia. 

Que sea una mujer la que abandone a su hija, sin aparentes remordimientos, desconcierta. Y que sea ella la que mueva los hilos de la acción, anticipándose a las teorías que el lector se va haciendo en su cabeza, más aún. Lippman es una autora con una notable carrera literaria a sus espaldas que, antes de novelista, fue periodista de sucesos en el mítico The Baltimore Sun. Pertenece a la cuadrilla de los David Simon, George Pelecanos, Dennis Lehane o Richard Price; lo más granado del género negro norteamericano contemporáneo y ‘Piel quemada’ es una novela excelente. En la www.granadanoir.com tienen una larga y completa entrevista con la autora, por si quieren profundizar más.

‘El pozo’, de Berna González Harbour, publicada por Destino, ha sido la novela más singular de las escritas en español. Su defensa aguerrida de un periodismo de calidad que huya del sensacionalismo barato y morboso es imprescindible en estos tiempos. Para ello, construye a unos personajes muy sólidos que representan diferentes maneras de acercarse a la información de Sucesos, partiendo de la desaparición de un niño en un pozo.

 

Berna González, periodista de raza con una consolidada trayectoria a sus espaldas, además de haber escrito una novela de fuste que se lee a una velocidad de vértigo, hace reflexionar al lector sobre los peligros de convertir el periodismo en show y espectáculo, algo a lo que cada vez estamos más acostumbrados. De lectura obligatoria para cualquier persona interesada en la sociedad de la (des)información.

Y, por supuesto, ‘Contrapaso’, la obra maestra de Teresa Valero, el tebeo publicado por Norma que nos sacudió como a una estera a principios de año y cuya alargada huella se ha dejado sentir a lo largo de los meses, creciendo sin parar. 

No conozco a una sola persona que, habiendo leído ‘Contrapaso’, no haya caído rendida a sus pies. Es un trabajo totémico en el que un guion portentoso va de la mano de un extraordinario dibujo. El exhaustivo trabajo de documentación de la autora, su arte y su talento, nos conducen a la oscura España de los años 50 en la que sus protagonistas, periodistas, tratan de sobrevivir y trabajar con dignidad y profesionalidad a pesar de todos los pesares.

Teresa Valero ya está trabajando en la segunda entrega de ‘Contrapaso’. No sabemos cuándo tendremos en nuestras manos ese nuevo álbum. Mientras, volveremos a leer el primero, subtitulado como ‘Los hijos de los otros’, una prodigiosa máquina del tiempo que nos muestra cómo era aquel Madrid, aquella España de entonces, a través de unos personajes deslumbrantes que, con sus fogonazos de luz, le daban color a la grisura ambiente. 

Jesús Lens

Granada Noir se abre al mundo

Este año, Granada Noir va a tender puentes literarios con Inglaterra y California gracias a dos conversaciones cibernéticas on line. En una actividad inédita hasta la fecha y de la mano del sello editorial Salamandra Black, el festival patrocinado por Cervezas Alhambra aprovechará las tecnologías popularizadas por el parón de la pandemia para conectar Granada con todo el mundo.

Por un lado, Carlos Zanón, ganador este año del Premio Granada Noir, conversará con Mike Herron, popular autor de thrillers superventas en el Reino Unido, siempre teñidos por un descacharrante humor negro aplicado al mundo de los espías.

Ya les he hablado en otras ocasiones de los ‘caballos lentos’, los miembros del MI5 caídos en desgracia tras alguna cagada monumental, de esas que no se olvidan. Se acaba de publicar ‘Tigres de verdad’, en la que uno de los agentes de la despectivamente llamada Casa de la Ciénaga es secuestrado, lo que obligará a sus compañeros a dar lo mejor de sí mismos para desfacer en entuerto. Sobre todo porque se enfrentan a una situación que podría comprometer su futuro… y el del propio MI5 al completo. ¡Ahí es nada!

La segunda de esas conversaciones cibernéticas tendrá como protagonista a la escritora Laura Lippman, cuya novela ‘Piel quemada’ me ha parecido la más sorprendente y original de las que llevo leídas este año. Ardo por escucharla en conversación con Marta Marne, una de las mejoras lectora negro-criminales de este país. Como les decía, ‘Piel quemada’ es un soplo de aire fresco en ese universo negro y criminal donde tantas veces nos topamos con tramas, ambientes, clichés y personajes clónicos e intercambiables entre sí.

El encuentro ¿casual? de Polly y Adam en un bar de Belleville, una diminuta e ignota población de Delaware, será el desencadenante de la acción. Ambos están más o menos de paso, pero los dos terminan por quedarse. Lo que es bien raro: de Belleville, cualquier persona con una mínima inquietud vital trata de salir por patas. ¿Por qué permanecen allí esa pelirroja fría como el hielo y ese tipo desubicado al que nada retiene en semejante villorrio?

Secretos y mentiras, encuentros y desencuentros, huidas y persecuciones —no en el sentido hollywoodiense de la palabra, precisamente— están en la base de una novela en la que Polly Costello se convierte en uno de los personajes más interesantes del noir reciente.

Polly podría ser una enigmática heroína del siglo pasado con los rasgos de Barbara Stanwyck o Gloria Grahame. Adam podría ser el Robert Mitchum de ‘Retorno al pasado’ y Belleville, el poblacho en cuya gasolinera trabajaba el Burt Lancaster de ‘Forajidos’.

Laura Lippman
Credit: Lesley Unruh

Pero como les decía, partiendo de los grandes clásicos, Laura Lippman ha escrito una novela radicalmente contemporánea que se sale de los cánones al uso, que desborda los límites habituales del género. Su experiencia como periodista en Baltimore y su saga protagonizada por una reportera metida a detective desembocan en esta ‘Piel quemada’, una obra de madurez en la que el factor humano está muy por encima de cualquier otro elemento. Y eso que la trama tiene varios giros de guion de los que descolocan al lector.

La semana que viene llega la séptima edición de Granada Noir, que será presencial. Pero también aprovecha las ventajas de esa tecnología con la que nos hemos familiarizado estos meses y para conversar con algunos de los autores extranjeros más importantes del momento de una forma sencilla, asequible y sostenible.

Escuchar el resultado de las conversaciones entre Mike Herron con Carlos Zanón y Laura Lippman con Marta Marne será un lujazo para Granada Noir y sus seguidores, allá donde se encuentren.

Jesús Lens