Al principio fueron seis las preguntas. Después, otras seis. O así. Y el interrogatorio al que me sometió Laurentino Vélez-Pelligrini demuestra que, con buenas preguntas, salen buenas entrevistas. Porque te obligan a pensar y a conectar ideas, a ir más allá de los tópicos y a replantearte cosas sobre las que, hasta que te preguntan por ellas, no habías reflexionado.
Con ocasión de Granada Noir, me someto a un interesante interrogatorio que puedes seguir a través de este enlace.
¿Qué te parece?
Jesús Lens