Asesinar con ‘buscas’ y ‘walkies’

Impensable. Inaudito. Increíble. Terrorífico. Brutal. Salvaje. Despiadado. ¿Qué sintió usted al conocer la presunta operación de Israel y el Mossad que ha matado a cerca de 40 personas y herido a casi 3.000 en Líbano? Les confieso que lo mío fue un cóctel de emociones difícil de gestionar. Por un lado, indignación, por mucho que los objetivos de los ataques a través de ‘buscas’ y ‘walkie talkies’ fueran supuestos terroristas de Hezbolá. Por otro, incredulidad, sorpresa y alucinación casi estupefaciente. ¡Qué barbaridad, en todos los sentidos de la expresión!

El domingo, leyendo en IDEAL esta magistral pieza de Óscar Beltrán de Otálora sobre el Mossad, encontramos unas declaraciones de Gideon Levy, periodista y escritor: “Es una operación para Hollywood, no para la realidad de la región”, incidiendo en lo catastrófico de la situación a la que la homicida política de Netanyahu está conduciendo a Oriente Medio.

Además, estos días ha habido bombardeos ‘selectivos’ en Líbano que han acabado con importantes líderes militares de Hezbolá. Según todo lo leído, para disponer de una información tan precisa, los israelíes han de contar con al menos una persona infiltrada en los niveles más altos de la milicia proiraní.         

Si son seguidores habituales de esta sección sabrán que tenemos predilección por las historias de espías y, sobre todo, de gente infiltrada, epítome de quienes se ven en la obligación de vivir una doble vida y bordar su papel. Básicamente porque no pueden cometer errores. En su caso no hay tomas falsas ni posibilidad de repetir una escena. No existen el “¡luces, cámaras, acción!” ni el “¡corten!”. Un error y game over. Final de partida.  

Ha querido la casualidad que esta operación en Líbano nos haya pillado justo antes de la reunión de nuestro Club de lectura y cine de Granada Noir en la Librería Picasso. Comentamos ‘Estación Damasco’, de David McCloskey, publicada por la editorial Salamandra, de la que ya les hablé a comienzos de verano AQUÍ, destacando que su autor es un antiguo analista de la CIA y que, por tanto, sabe bien de lo que habla.

Hoy sí les cuento algo más sobre la trama para que vean lo muy apegada a la realidad que está. En la novela se plantea la ejecución ‘a distancia’ de un sujeto en Damasco. La CIA cuenta con la autorización gubernamental siempre que se garantice que ninguna otra persona se verá afectada. Gracias a un intenso trabajo de inteligencia, el equipo encargado de cumplir la orden ejecutiva cuenta con la información precisa. Pero la realidad de las caóticas calles de la capital siria se impone a los planes minuciosamente trazados por los estrategas.

“Los rebeldes han empezado a organizar operaciones en esta carretera, pese a la presencia del ejército y las milicias del régimen. Tan pronto pueden llevar a cabo un secuestro como dispararle a tu coche con un lanzagranadas así como así. Para moverte por esta ciudad tienes que haber hecho las paces con tu dios”.  

 En ‘Estación Damasco’ hay gente infiltrada y por infiltrar. Captación de agentes dobles, seguimientos, vigilancia y contravigilancia. Hay asesinatos más o menos selectivos, interrogatorios, torturas y cierta francotiradora… Hay geopolítica, ideología y estrategia. Y una ciudad “tan irrecuperablemente destrozada que los extranjeros pasaban el tiempo en cualquier barra y recibían a sus informadores y corresponsales en la piscina (del hotel Four Seasons) no por amor al lujo, sino porque cualquier otro sitio era demasiado peligroso”. 

Terminamos con una frase que es toda una declaración de intenciones en el mundo del espionaje y que uno de los protagonistas de ‘Estación Damasco’ se empeñará en cumplir a rajatabla: “obtén la inteligencia y protege a tu agente”. Lean la novela para saber si lo consigue.

Jesús Lens

ME ACUERDO

Tras ESTA reseña de tebeos, vamos con esta reseña de tebeos:

Me acuerdo de que las únicas tardes que abría la carnicería de mi barrio eran las de los viernes, la tarde más feliz de la semana, cuando éramos niños.

Ver sus luces encendidas, mientras jugábamos al fútbol, era signo inequívoco de felicidad sin tregua. Y sin fin. Porque, cuando eres niño, dos días por delante para jugar son casi tan largos como la eternidad.

También me acuerdo de leer las “Famosas novelas” en viñetas que me regalaba mi abuela, en el autobús de Madrid a Granada.

¿A santo de qué, este canto a la nostalgia? A santo de George Perec, uno de esos revolucionarios de la literatura que escribió un libro titulado “Me acuerdo” que, al final, dejaba unas páginas en blanco para que los lectores pudieran seguir componiendo sus propios recuerdos. Los ejemplares de “Me acuerdo”, en las librerías de viejo, suelen estar mejor considerados cuántas más referencias manuscritas atesoren en las referidas páginas finales de cada ejemplar.

Pero esta reseña no va sobre Perec. He querido comenzar por esa referencia dado que Zeina Abirached, autora del tebeo “Me acuerdo”, subtitulado sencillamente como “Beirut”, termina su libro de viñetas con un dibujo dedicado, precisamente, al maestro francés. Pero comencemos por el principio. Y el principio es una cita extraordinaria de Chris Marker:

“No hay nada que distinga a los recuerdos de los demás momentos. Sólo los reconocemos después por las cicatrices que dejan”.

Una cita que me lleva a enlazar con ESTA pregunta acerca de los momentos más memorables de nuestra vida. Que, por fortuna, en la mayoría de nosotros no serán ni remotamente parecidos a los de Zeina, una chica libanesa a la que, siendo niña, le tocó vivir una guerra.

Y eso es lo que cuenta en este libro de viñetas: una guerra. Una guerra narrada a partir de los recuerdos que la misma dejó en una niña que quizá no comprendía lo que pasaba o por qué pasaba, pero que experimentaba en carne propia la sinrazón que acompaña a cualquier conflicto armado. Y sus tragedias. Y sus incomodidades. Y sus absurdos y sinsentidos. Y sus contradicciones.

Dibujado en un áspero blanco y negro, “Me acuerdo” bebe del estilo naif de Marjane Satrapi en su alabada, comentada y respetada “Persépolis”. Hay quién no comparte el gusto estético de dicho estilo, pero a mí me resulta especialmente conmovedor mirar la guerra con los ojos de una niña, a lo que un dibujo de estas características ayuda enormemente.

Pequeñas historias de hermanos, de padres e hijos y de vecinos. Historias de resistencia y orgullo que alcanzan toda su dimensión en las últimas viñetas. Porque tras años de paz, en julio de 2006, la guerra volvió a asolar Beirut. Por entonces, la autora de este libro vivía en París y recuerda el miedo a perder a cualquiera de las personas que estaban en la capital del Líbano. Y escribe:

– “Me acuerdo de que mi madre me enviaba varios SMS al día para que yo estuviera tranquila” (aparecen dibujos con comidas, los libros que lee la familia u otras escenas consuetudinarias) “Pero sé que lo que vivieron está en todos los SMS que no me mandó”.

“Me acuerdo”, un precioso libro de viñetas que son el mejor testimonio de la intrahistoria de un conflicto armado, a través de los ojos inocentes de una niña y de los recuerdos que, como cicatrices, le quedaron marcados. Y que quiere compartir con sus afortunados lectores.

 

Un tebeo que me ha servido, por ejemplo, para hacerme recordar que me acuerdo de cuando estuve de viaje en Beirut, de sus calles coloristas y vivas, que aún conservaban el recuerdo de la muerte…

Me acuerdo de Lillian, Talía, Daniel y el resto de mis compañeros de viaje por Líbano.

Me acuerdo de la nieve sobre los cedros.

Me acuerdo de… ¡tantas y tantas cosas!

Y tú, ¿de qué te acuerdas?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

TAILANDIA EN FOTOS

Han pasado unas semanas desde nuestra vuelta de Tailandia. La verdad que, como ya contamos en ESTA entrada, no fue un buen viaje. Pero José Guerrero me invitó a reflexionar sobre el viaje con más tranquilidad y hemos preparado un reportaje para IDEAL, como hicimos con ESTE sobre el Líbano, que publicaremos en los próximos días.

Hoy les dejo ESTA selección de 25 fotos. A ver qué les parece.

Y, ahora, vuelvo atrás en el tiempo y me concentro en ese otro viaje del que apenas hemos escrito nada, por cuestiones de tiempo, trabajo y agobio. Cuba. Esta semana estará dedicada a Cuba. Y la primera foto… un servidor con Lorenzo y Rebeca, los Príncipes de Santa Clara.

Jesús Lens, recuperando sensaciones viajeras.

LÍBANO, UN VIAJE EN EL TIEMPO

Hoy salió en IDEAL el reportaje del Líbano. Una doble página muy sugerente, con sus fotos y extraordinariamente maquetada.

 

Es un puro reportaje de viajes. Espero haber conseguido transmitir la esencia de un país tan pequeño como rico en historia y cultura. También lo pueden leer, todo ello, en la edición digital del periódico, viendo la galería de fotos. A golpe de click: «Líbano, un viaje en el tiempo».

 

Ojalá les guste.

 

Jesús Lens.

OBAMA ¿EL PRESIDENTE DEL SIGLO XXI?

Obama aspira a ser el Presidente del siglo XXI. Hablamos de ello hace unas semanas, comentando el tema de la soledad del líder. De momento, ha cumplido con el primero de los requisitos: convertir su imagen en la de un tipo popular, cercano y afable. De hecho ¿no tenéis la sensación de que un día cualquiera pueden llamar a tu puerta y, al abrir, puedes darte de bruces con el Barck Hussein, con total naturalidad, armado con una pizza y unas birras, dispuesto a ver en la tele un partido de baloncesto contigo?

 

Sí.

 

Obama está llamado a ser el Presidente del siglo XXI. Y para saber cómo ha llegado aquí y cómo se ha labrado esa imagen tan cálida y asequible, no dejen de leer el ilustrativo artículo que José Manuel Navarro Llena publica hoy en IDEAL sobre el tema.

 

Y, sin embargo, si Obama quiere pasar a la historia, su gran reto no será tanto salvar al Capitalismo del colapso en que supuestamente se encuentra (ya se salvará solito, que buenas muestras de sus habilidades para la supervivencia ha dado a lo largo de la historia) cuanto resolver el conflicto de Oriente Medio, si tal es posible.

 

Se lo decía hoy a Jerónimo Páez, después de leer el lúcido, recomendable, valiente y comprometido artículo que publica hoy en El País. Si Obama quiere responder a las expectativas creadas en torno a su mesiánica figura, el reto lo tiene en Irán, Siria, Líbano, Palestina e Israel.

 

¿Estará a la altura?

 

El tiempo lo dirá.

 

Jesús Lens.