Siempre he defendido que el columnista que escribe sobre el Día Internacional de cualquier cosa que se celebre ese día, o es flojo, o estaba en blanco y recurrió a la inspiración inducida, convirtiendo en musa al calendario. Dicho lo cuál, procuro no fallar ningún año a esta cita con el Día de las Librerías, aunque caiga en amenazador viernes 13.
Como todo lo que ocurre en 2020, este año también será rara y diferente la celebración del día dedicado a uno de mis establecimientos favoritos, junto a los bares. Mentiría si les dijera que hoy pasaré por mis librerías favoritas para pasar tiempo en su interior, bicheando entre los anaqueles. Aunque están abiertas por haber sido consideradas un servicio esencial, hoy me quedaré en casa y aprovecharé para leer.
Estas últimas semanas he ido varias veces a mis librerías de cabecera, sobre todo por las mañanas, aprovechando la libertad de horarios de esta vida entre seminómada y semiconfinada. Y me he hartado de comprar, claro. Mucha novela policíaca y varios títulos relacionados con la gastronomía, los viajes y la naturaleza. Y con el cine, por supuesto. Y algo de ciencia y filosofía, también.
La mayoría de esos libros siguen en sus bolsas, esperando ese confinamiento que, de facto, ya está aquí. Las iré abriendo poco a poco, sacando los libros para ojearlos y hojearlos despacio antes de colocarlos en su estantería correspondiente. O en mi mesa de trabajo. O en la mesilla de noche. ¡A saber dónde acaba cada uno de ellos!
También seguiré pidiendo nuevos títulos, claro. Pero a través de güasap o por correo electrónico. Ahora no toca pasar mucho rato en ningún sitio que no sea nuestra casa y a mí, en las librerías, me gusta demorarme y ‘perder’ mucho tiempo, charlar con los libreros, mirar, buscar, encontrar y seguir remirando.
Si la festividad de Halloween está enraizada en la tradición celta del Samhain, cuando se celebraba el final de las cosechas y la oscuridad de las largas noches; la terrible situación en que nos encontramos hace que la mejor manera de celebrar el Día de las Librerías sea permanecer en casa y leer el fruto de la cosecha libresca. Y hablar de libros de través de las redes sociales y el Zoom. Anoche, por ejemplo, en el Club de Lectura y Cine de Granada Noir nos entregamos a ‘Laura’, la novela de Vera Caspary y la versión fílmica de Otto Preminger. ¿Y usted, estimado lector, qué está leyendo?
Jesús Lens