Qué bueno, de vez en cuando, leer novelas diferentes, distintas y que desbordan los márgenes habituales. Novelas como “Los amigos”, de Kazumi Yumoto, publicada por Nocturna Ediciones y que se define a sí misma como “Una novela sobre la muerte que defiende la alegría de vivir”.
Una novela protagonizada por una pandilla de chavales japoneses que crecen felices y alocados hasta que un día, el fallecimiento de la abuela de uno de ellos, les enfrenta a algo nuevo, extraño, atemorizador y, a la vez, atractivo y subyugante: la muerte.
¿Qué hay después de la muerte? ¿Cómo llega? ¿Cómo se produce? ¿Qué efectos provoca en el finado su llegado? ¿Qué cara se le queda a una persona que muere?
Preguntas ingenuas, pero a la vez cargadas de sentido. Y trascendencia.
¿Y qué hacen Kiyama, Kawabe y Yamashita, los amigos protagonistas de esta novela? Aprovechando que ha terminado el colegio, deciden espiar a un vecino que vive solo y que es mayor. Muy mayor. Tanto que, presumiblemente, no tardará en morir.
Solo que, como suele pasar en la vida, una cosa es lo que uno planea y, otra muy distinta, cómo terminan saliendo las cosas. Y así, lo que al principio es la tediosa vigilancia a un hombre solo y aburrido que apenas sale de casa y lleva una existencia sosa y sin alicientes, poco a poco se va transformando en algo muy distinto. Y es que el solo acto de mirar lo que hace una persona ya cambia la realidad. La realidad de la persona vigilada y la de los propios observadores, por supuesto.
Partiendo de este curioso planteamiento, Kazumi Yumoto escribe una novela muy divertida y fantasiosa, en la que la ingenuidad de los niños choca con la poliédrica y compleja realidad que se esconde tras una ventana. Y es que las historias de pandillas, desde “Los Goonies” a “Cuenta conmigo”, están sustentadas por una serie de lugares comunes que las hacen universales, transcurra la acción en Japón, en un pueblecito norteamericano o en un barrio de esta nuestra España.
“Los amigos” se publicó originalmente en 1992 y tuvo un gran éxito en Japón, hasta el punto de ser trasladada al cine en 1994. Y permanecía inédita en España hasta que la visión de Nocturna Ediciones la ha recuperado para nosotros.
Una novela sobre la amistad y es respeto, sobre la necesidad de conocer al otro. Y sobre la importancia de la imaginación. Tal y como señala la propia autora: “En Japón, los niños tienen problemas para apreciar el valor de la vida porque no se plantean las infinitas posibilidades que ofrece cada vida. Y por eso la imaginación es tan importante: la ficción nutre la imaginación y da al lector una idea clara de las diversas posibilidades de la vida. Ese es el poder más grande de la ficción”.
“Los amigos”, una novela sobre el aprendizaje vital y lo que supone crecer y madurar a lo largo de uno de esos veranos mágicos y fundacionales en la vida de unos niños. Esos niños que, alguna vez, todos fuimos, aunque no nos llamemos Kiyama, Kawabe o Yamashita ni tengamos los ojos rasgados. Es lo bueno de la gran literatura: que no conoce fronteras.
Jesús Lens