Roading a Madrid

Teníamos una asignatura pendiente: presentar «Café-Bar Cinema» en Madrid. En Madrid tenemos muchos y buenos amigos y Fernando Marías, Javier Márquez y un servidor queríamos que la presentación del libro sirviera para reunirnos, charlar, brindar, reír y todas esas cosas que hacen los amigos cuando se encuentran.

 

Porque ése era el objetivo de «Café-Bar Cinema». Reivindicar el espíritu festivo, alegre, creativo y loco de los buenos garitos, bares, cafés y clubes por los que transcurre nuestra vida.

 

Y, para ello, nada mejor que presentar el libro en uno de esos locales con alma, con estilo y con carisma: el Ernie’s Station, a quiénes tengo que agradecer la complicidad y las facilidades que nos han dado para convertir la presentación madrileña de «Café-Bar Cinema» en un fiestón al que, por supuesto, estáis invitados.

Gracias, también, a los buenos amigos de Almed, que colaboran a que nos tomemos una buenas birras bien frías en Madrid. Y a José Manuel Vargas, autor del cartel y de otra de las sorpresillas que os podréis llevar el próximo día 7/6/12, si venís al Ernie’s… 

 

 ¿Nos vemos?

 

Jesús roading Lens

 

PD.- Por supuesto, habrá libros a la venta y serán firmados y dedicados con todo cariño. ¡Faltaría más! 😉

La sombra del minotauro

¡Canarias también existe! Desde un punto de vista negro y criminal, quiero decir. Las novelas de autores como Antonio Lozano, Alexis Ravelo o José Luis Correa nos demuestran que en las Islas Afortunadas hay una tensión narrativa policíaca muy potente.

Desde su atalaya en la privilegiada villa de Agüimes, Antonio Lozano baja a Las Palmas de Gran Canaria para mostrarnos, en “La sombra del minotauro”, la vida de uno de sus personajes paradigmáticos: José Luis García Gago, detective privado al que ya conocimos en “Preludio para una muerte”, la primera de sus aventuras.

Antonio Lozano es uno de los mejores exponentes de una corriente mediterránea del género negro y criminal: personajes muy callejeros, que beben más vino que whiskey, que disfrutan de una abundante comida y no se contentan con una hamburguesa asquerosa o una pizza recalentada. Personajes que tienen buenos amigos y están muy enraizados en la comunidad.

Como José Luis García Gago, por ejemplo. Un detective privado que cuenta con el apoyo de varios socios improvisados, más amigos que colaboradores. O, posiblemente, buenos colaboradores al ser grandes amigos. Como ese taxista que siempre aparece exactamente cuándo y dónde se le necesita. O el dueño del Valbanera, un restaurante que, los jueves, sirve las recetas compiladas por Montse Clavé en su imprescindible “Manual práctico de cocina negra y criminal”.

Y Margarita, claro. Esa buena amiga que necesita todo hombre solitario. La amiga que le aguanta sus tonterías, que le hace bajar de la ensoñación al mundo real, que le ayuda a ver las cosas de una forma más clara, gracias a su sentido común, y que ofrece el necesario refugio del guerrero a un tipo querido y entrañable como es García Gago.

Un detective que, en “La sombra del minotauro”, se alía con un policía, Márquez, en la resolución del crimen de una prostituta a la que unos clientes habían encargado seguir. Un crimen extraño que se complicará aún más cuando aparezca el cadáver de uno de los próceres de la sociedad canaria más rancia y aburguesada.

Una historia con muchas derivaciones y meandros a través de la que Antonio Lozano nos conduce con su prosa maestra, deslizando datos y mostrando detalles, aparentemente inconexos y carentes de importancia que, en un final tan sorprendente como inesperado, terminan encajando a la perfección.

“La sombra del minotauro”, publicada por la editorial Almuzara, es una novela de género que, me atrevería a asegurar, no defraudará a los buenos aficionados, a los sospechosos habituales; y resultará tan atractiva como adictiva a los lectores no tan fervorosamente negros y criminales.

Jesús Lens

¿Y los anteriores 14 de mayo? 2008, 2009, 2010 y 2011

La canción de los misioneros

– …y pensé que, dado que no había leído nada de John Le Carré hasta la fecha, no sería mala idea comenzar con una de sus últimas novelas, “La canción de los misioneros”…

– ¡Craso error, querido amigo!

– Lo sé. Ahora ya lo sé. Tras haber leído más de trescientas cincuenta páginas de una novela que…

– … que no. Pero que no, no.

– Efectivamente. Que no. Y mira que LeCarré es un peso pesado de las novelas de espionaje. Y que la historia del Congo se presta a escribir un pedazo de novela sobre las miserias del siglo XXI, el neocolonialismo y las conexiones entre las megacorporaciones transnacionales, los soldados de fortuna y esos conflictos de baja intensidad que, de repente, prenden en recónditos puntos del planeta; en remotos parajes de África, América o Asia.

– ¡Y que el personaje principal, un mestizo de origen congoleño, educado en Inglaterra y políglota, parecía de lo más interesante…!

– ¡Efectivamente! E intérprete, además. ¡Con lo que siempre me ha llamado la atención esa figura, la del intérprete que traduce lo que dicen personalidades de la política y los negocios, accediendo a un caudal de información que podría valer su peso en oro!

– ¡Ya te digo!

– Y, sin embargo…

– …sin embargo… ¡nada!

– A ti tampoco te ha gustado excesivamente, ¿verdad?

– Por decirlo suavemente…

– Y no es porque, en realidad, en la novela no pase nada de nada, ¿a que no?

– No. Bien sabes que la HBO me ha hecho más paciente y me ha curtido, de forma que le he cogido querencia a esas historias de lenta combustión y extrema morosidad. Pero es que en “La canción de los misioneros”, lo poco que ocurre, además, resulta inverosímil.

– Y la tensión narrativa es tan impactante como, como, como…

– ¡Como un episodio de Winnie The Pooh!

– Y la prosa tampoco es que impacte, aunque los primeros pasajes del libro, en que se describen los paisajes de Goma y el Kivu, sí llegan a provocar alguna sensación en el lector…

– …sensación que no tarda en desvanecerse…

– …como la nieve bajo el sol de primavera…

Jesús & Lens

Veamos, en 13 de mayo anteriores: 2008, 2009, 2010 y 2011

Esto es lo que hay

Publicábamos en IDEAL este artículo, «Con la que está cayendo»,  y hoy me he encontrado con esta viñeta de Forges…

Espero que mañana podamos acceder on line al reportaje entrevista que Jesús Vigorra ha hecho de «Café-Bar Cinema» en su programa «El público lee». ¡Menudo culmen para una semana intensa, de libros, charlas y presentaciones! La profesionalidad del equipo de Vigorra queda bien reflejada: iluminación, maquillaje, montaje, documentación… en dos palabras: GRA-CIAS. Y al Alfonso XIII y ese fantástico Bar Americano, con Antonio y sus Martinis. Un lujo.

Y gracias a la Feria del Libro de Granada. Unas 2.500 personas siguieron en directo, en streaming, la charla que mantuvimos con Alejo Cuervo, editor de Gigamesh y responsable de la publicación en España de «Canción de hielo y fuego» o, lo que es lo mismo, «Juego de tronos» y con Quique y Berni, de Canal +. Hablaremos más en extenso de ello, pero anticipamos una cosa que dijo Alejo que me gustó: todos los que de alguna manera entran en contacto con RR Martin y el universo de Juego de Tronos, no solo se enganchan sino que su trabajo se ve exponencialmente crecido y mejorado.

Y, sobre todo, gracias a quiénes me acompañáis siempre que podéis en todas estas locuras, sea de cuerpo presente o virtualmente. Sin vuestro apoyo, complicidad y amistad; nada de esto tendría sentido. Vosotros sois el acicate para seguir leyendo, escribiendo, blogueando, viendo cine, publicando artículos y, si la suerte nos sigue acompañando, otros libros.

En tres palabras: ¡MIL GRA-CIAS!

Esto es vida y… ¡seguimos!

Jesús Lens

¿Qué blogueábamos los 29-A anteriores? 2008, 2009, 2010 y 2011

Una Ventana para Pilar Ortiz

Hoy, a las 18 horas, en la Sala de Exposiciones de CajaGRANADA en Puerta Real, tengo el orgullo, la satisfacción y el placer de acompañar el libro “Ventanas Veredas”, de mi amiga Pilar Ortiz, en la Feria del Libro de Granada y en cuya página web podréis ver buena parte de su extraordinario trabajo pictórico. Un libro precioso y preciado, primorosamente editado por Dauro ediciones.

Os adelanto el texto que, con todo cariño, escribí para ese libro, precioso, que os recomiendo vivamente.

Una ventana, cerrada, preserva el calor y la intimidad. Abierta, la misma ventana permite ventilar y airear una estancia, posibilitando a sus moradores que se asomen a ver lo que hay fuera. Una ventana abierta deja que lleguen los olores transportados por la brisa, los ruidos y los sonidos de la calle, la luz del sol.

Y, desde luego, si hay una ventana que cumple con ese propósito es la que tienes delante. Una ventana diseñada y pensada para abrirse a tres continentes y permitir que, a su través, se comuniquen África, América y Europa.

Una ventana abierta en un pueblo canario, Agüimes, en el que durante diez días de julio se encuentran y conviven las artes, las músicas, la magia y el teatro de decenas de países cuyas fronteras se ven estrechadas gracias al Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes.

Esta ventana, pintada por Pilar para que sirviera como cartel de una de las ediciones más recientes del ya veterano Festival, tiene una simbología especial, trayendo ecos de libertad, interculturalidad y felicidad.

Una ventana que permite asomarse a la creatividad y descubrir la alquimia de la palabra, sea cantada, recitada o declamada. Una ventana a través de la que se comunican las distintas culturas que comparten el océano Atlántico y que nos permiten descubrir lo que ocurre ahí fuera. Fuera de nuestras confortables fronteras, aunque sea en estos tiempos de crisis.

Lo que más me gusta de esta ventana de Pilar es que no sólo invita a asomarse para ver la vida pasar, sino que te provoca para lanzarte al vacío, para involucrarte en lo que ocurre abajo, fuera de sus dominios, para sumergirte en las tempestuosas aguas de un Atlántico que terminará desembocando en la playa de Arinaga, en esas Canarias cálidas y acogedoras en las que nos sentimos como en casa, sea cual sea el pasaporte que hayamos utilizado para arribar a las Islas Afortunadas.

Una ventana que es una invitación a la ensoñación y al recuerdo, pero también al trazado de nuevos planes, a la imaginación más fantasiosa y a los pensamientos más peregrinos.

Porque Pilar, a través de esta ventana, pinta la libertad.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.