LA CIUDAD FELIZ

Este año, durante la entrega de los Premios Literarios de Jaén convocados por CajaGRANADA, el galardonado con el premio de poesía, Alejandro Céspedes, hizo un brillante y vibrante discurso de agradecimiento, bienhumorado, alegre y festivo. La premiada con el premio de novela, Elvira Navarro, estuvo más discreta, tímida y callada.

 

Quizá tenga que ver con ello el hecho de que Elvira es insultantemente joven, no en vano, nació en 1978.

 

Si ya me costó aceptar que los futbolistas más prometedores, en vez de ser hombres hechos y derechos, empezaran a parecerme críos imberbes, no veáis lo duro que es ver cómo los mejores cachorros de la nueva literatura no pintan canas, no están cuajados de arrugas y no tienen papada bajo la barbilla ni bolsas bajo los ojos…

 

Pero así es. Y, paradójicamente, por joven que sea, se nota que Elvira ha mamado las calles de la ciudad. Al menos, su escritura así lo denota: si por algo se caracteriza «La ciudad feliz», su más reciente y premiada novela, es por transmitir verosimilitud a todo lo que cuenta.

 

La crítica ha insistido en que la novela está compuesta por dos historias independientes que sólo tienen un débil nexo en común, al coincidir levemente los personajes principales de una y otra, en el desarrollo de sus respectivas tramas.

 

A mí, sin embargo, me dio la sensación de estar leyendo una misma historia, sólo que desde dos puntos de vista distintos. Lo importante, en ambas tramas, es la visión del niño. Y la de la niña. Su extrañeza, su miedo ante lo desconocido, sus reacciones ante la realidad que se les viene encima, el desafío a los límites que sus familias les imponen.

 

El hecho de que sus vivencias sean distintas, pero complementarias, sirve para reforzar esa idea de dualidad entre lo masculino y lo femenino, entre el ying y el yang, entre el niño de fuera y la niña de aquí de toda la vida, entre la amenaza interior y la amenaza exterior, entre la vertiginosa atracción por lo indebido, lo imposible y lo prohibido que cada uno de los protagonistas siente.

 

Para comentar  esta novela, mucho me temo que no sirve lo de contar de qué va la historia. Porque no va de nada especialmente reseñable, como tantas veces pasa en muchas grandes obras de la literatura universal. Es la magia de las palabras, la alquimia de la literatura, el conseguir transmitir sensaciones puras a través de una prosa limpia y precisa, como ocurre en el caso que nos ocupa.         

 

Así, las últimas ediciones de los Premios Literarios Jaén están consiguiendo poner el acento en autores como Patricio Pron (su novela fue una de las más reconocidas del año 2008 por el gremio de editores de este país) o Elvira Navarro, llamados a darnos grandes alegrías en el futuro más inmediato, no en vano, la autora onubense lleve una inmejorable trayectoria: ganó el primer premio de narrativa en el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid en el año 2004, disfrutó de una beca de creación del Ayuntamiento de Madrid y la Residencia de Estudiantes y su libro «La ciudad en invierno» le reportó ser elegida Nuevo Talento Fnac.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

DE AMIGOS, GRUPOS Y FANS

En la última presentación que hicimos de «Hasta donde el cine nos lleve», en Salobreña, hace unas semanas, decía que una de las mejores cosas de haber publicado el libro era tener la ocasión de presentarlo por sitios distintos, aprovechando para rodearnos de amigos y para conocer a gente nueva, a cuenta de viajes, películas y palabras.

Un perro con buen gusto literario
Un perro con buen gusto literario

Toda esta actividad, de Canarias a Gijón, pasando por Villena (Alicante), Granada, Barcelona, Salobreña o la próxima de Madrid (día 13 de marzo, id apuntando) es muy reconfortante, aunque un pelín cara, eso sí. Porque todo ello, obviamente, corre de nuestra cuenta: viajes, desplazamientos, hoteles, las birras, las tapas, las raciones o las copas. En fin. Menos mal que los amigos nos ayudan con la organización y librerías y centros culturales nos ceden sus instalaciones…

Pero lo hacemos con sumo gusto, ni que decir tiene.

A lo que venía dándole vueltas, todo este tiempo, era a cómo alargar este contacto con amigos y lectores, para recibir comentarios, críticas, sugerencias, etcétera, más allá del tú a tú de esas presentaciones.

Y la respuesta está, posiblemente, en esos espacios virtuales que tanto nos gustan. Como por ejemplo, en Facebook.

Aprovechando el mogollón de Amigos que tenemos en el FB, creamos un grupo para «Hasta donde el cine nos lleve», que ya tiene casi doscientos amigos. A ver si entre todos preparamos un buen listado de películas imprescindibles que podrían, deberían haber estado en el libro y, por razones diversas, no están. El Grupo, para que os apuntéis, AQUÍ.

Pero es que unos días después me planteé que hablar de un trabajo hecho y publicado está muy bien, sobre todo de cara a una posible y deseable reedición futura, ampliada y corregida. Pero que lo realmente chulo sería poder ir hablando del trabajo nuevo, inédito y desconocido en que estoy embarcado desde hace unos meses.

Y así ha nacido la página de «Café-Bar Cinema», que tenéis AQUÍ y a la que os invito a uniros y en la que espero encontrar un montón de ayuda, diversión, colaboración y buen rollo. De momento, en apenas un día de vida, ya somos casi 100 fans.

A ver si mucha más gente se apunta y, entre todos, vemos cómo crece un proyecto que, ojalá, podamos ver publicado e impreso en una fecha no muy lejana…

Jesús Lens, de la letra impresa a la virtual.

TRINCA EL PRIMER LIBRO QUE TENGAS A MANO

Venga, que vamos con una de esas cosas que se inventa la gente en el Facebook.

 

Echa mano del libro que tengas más cerca.

 

No. No vale irse a la biblioteca y buscar ese libro molón y resultón en que ahora mismo estás pensando.

 

Así que, coge el que tengas más cerca, ábrelo por la página 56, vete a la línea 10 y copia lo que la misma contenga.

 

En mi caso es esto ( y un chispo más):

 

Pero Louki no tenía motivo alguno para preocuparse. Ya no pensaba volver más a La Condé. La verdad era que tuve la suerte, las dos o tres veces que la estuve esperando en una de las mesas de ese café, de que ella no fuera aquel día.

 

¿A que es chulo?

 

Pues es pura casualidad.

 

El libro se llama «En el café de la juventud perdida», de Patrick Modiano, está editado por Anagrama y es la caña.

 

¿Hacemos el experimento?

 

Pues venga…

LA PERRA VIDA DE LOS AUTORES

Mientras estaba en la cena previa a la entrega del Premio CajaGRANADA de Novela Histórica, recibí un mensaje multimedia en mi BlackBerry.

 

Era de mi editor.

 

Y decía lo siguiente:

 

«Lens, o Fran y tú vendéis otro buen puñado de ejemplares de «Hasta donde el cine nos lleve» en los próximos días o me los llevo de oferta a la Marcha Verde y otros mercadillos de igual tronío».

 

Y me adjuntaba la foto con la oferta que, piensa, puede terminar de convertir a nuestro libro en un serio competidor de Dan Brown…

 ¡Que me los quitan de las manos, niñaaaaa!

Así las cosas, mis muy queridos amigos, ¿no os animáis a comprar vuestro ejemplar de «Hasta donde el cine nos lleve»?

 

Son sólo 19 eurillos de nada, gastos de envío incluidos…

 

Razón: AQUÍ.

 

Jesús Lens. Eternamente… ¡Yo-rando! (leer con tonillo de cancioncilla progre-testa cubana.)

TALLER DE LECTURA

Leer, lo que es leer, todos sabemos. De hecho, es fácil: abres un libro, pasas las primeras páginas, hilas unas frases con otras y… ¡voilá! Ante ti aparece un precioso horizonte repleto de escenarios lejanos, diálogos mordaces o pasiones desatadas.

 

Leer debe ser como conducir un coche: arrancas, metes primera, después metes segunda… y a circular por la carretera, disfrutando de los paisajes, los colores de los campos y la belleza de las ciudades por las que transitas.

 

Pero ¿qué pasa si le abres el capó al coche y te enfrentas al maremágnum de tuercas, cables, cilindros y demás «chatarrería» necesaria para que te sientas un rey, conduciendo libremente y a tu aire?

 

Por lo general, aquello es un arcano indescifrable y, de hecho, quiénes lo comprenden y dominan son los mecánicos que trabajan en los talleres.

 

Pues con libros, pasa lo mismo.

 

Un buen libro tiene una bonita y atractiva cubierta y, bien leído, te puede conducir hasta el final del mundo, permitiéndote vivir las aventuras más insospechadas. Pero ¿cómo funciona? ¿Por qué hay libros que te atrapan y te absorben y otros cuya lectura, sin embargo, resulta tediosa e insoportable? Ernest Hemingway sostenía que un buen relato debe ser como un iceberg: lo que se ve es apenas una octava parte de la masa gélida que lo compone.

 

La buena literatura ha de sostenerse en una arquitectura invisible, como el imprescindible andamio de un edificio, necesario para ser construido y que, después, desaparece.

 

Y para aprender a descubrir las claves ocultas de la buena literatura y los mecanismos que le permiten atrapar al lector, para conseguir que la apreciemos más allá de lo aparente, nada mejor que llevar los libros a un taller. A un buen taller.

 

Como el que la Mediateca del Centro Cultural CajaGRANADA pone en marcha, este mes de febrero, a disposición de los primeros veinticinco privilegiados que tengan ganas e interés en aprender a leer, pero verdad. Si dispones de hora y media de tiempo, cada dos martes por la tarde, para disfrutar del magisterio de Ignacio Midore, licenciado en Filología Hispánica y acreditado experto en la Animación a la Lectura, no te arrepentirás.

 

Para aprender a leer con otros ojos, pide más información a esta dirección y teléfono:

 

infomediateca@memoriadeandalucia.es

958 22 22 57. Extensión 300

 

Jesús Lens, preparado para LEER, con mayúsculas.