AGÜIMES – SEMANA NEGRA: LIGERO DE EQUIPAJE

Créeme: de todo lo que llevas en el petate, cuando sales de viaje, te sobran tres cuartas partes. Y más. Como decía Rodolfo, viajo ligero de equipaje. ¡Y tanto! Pero a ti no te interesa, ahora, saber de mis cuitas con la maleta perdida por IBERIA el pasado viernes y aparecida el miércoles en Canarias. Ya te contaré, con pelos y señales. Ni, posiblemente, tengas ganas de que te repita todas esas cosas que ya hemos escrito sobre Semana Negra, como en esta columna, por ejemplo. Así que vamos a hablar de uno de los protagonistas de esa columna. Porque si es Jueves y esto es Semana Negra, hoy hay que hablar de poesía. Hay que hablar de Ángel González y Luis García Montero.

 

Acabo de estar en la rueda de presentación de «Mañana no será lo que Dios quiera», uno de los libros que más ganas tengo de leer y que, en Granada, tuve varias veces en las manos, pidiéndome a gritos ser comprado. Pero, ¿sabes?, soy un poco fetichista. Y, aunque los dos seamos granadinos, donde se ha forjado un conato de amistad entre Luis y yo ha sido, paradójicamente, en Gijón. Así que, esperé a estar en Semana Negra para comprarlo y pedirle que me lo dedique. Y ha querido la casualidad que la presentación del libro dedicado a la vida del gran Angel González (¿le recuerdas, declamando poesía en la Carpa del Encuentro? Mira. Mira y escucha) coincida con una de las tres que, esta tarde, me toca hacer a mí.

 

¡Un auténtico jueves de pasión literaria! Presento la novela de Oscar Urra que tanto me gustó, «A timba abierta», y presento a Carlos Salem y su fantástica «Pero sigo siendo el Rey», Además, Frankie y yo ponemos de largo, en estas tierras, nuestro libro, «Hasta donde el cine nos lleve» Nos presenta Fernando Marías y… ¿lo has leído ya? 😉 ¿Qué te pareció? Como puedes ver, una velada intensa y apasionante. Así que me fui a la rueda de prensa, en el Don Manuel, y me encontré con un Luis García Montero rejuvenecido, más delgado y mucho más optimista que el que saludé hace unos meses, en la presentación en Granada de «La renta del dolor».

 

Un fuerte y sincero abrazo, una gran sonrisa y una promesa de, después, compartir charla y tragos me dejaron el segundo mejor sabor de boca de la mañana. En la rueda de prensa, Luis se mostró íntimo, cercano y cariñoso, relatando diversas anécdotas de la infancia y juventud de Angel González, explicando el origen del título de la novela, el tan maravillosamente profético: «Mañana no será lo que Dios quiera». Desde que escuché el título por primera vez me enganchó esa fórmula de no resignación ante los avatares de la vida, de insumisión ante los futuros escritos y los caminos marcados, de lucha por labrarse un camino propio. Venciendo las dificultades y las complicaciones, avanzando paso a paso, sin prisas, sin pausas, con decisión. Porque una vez que te has fijado un objetivo, un objetivo que merece la pena, hay que recordar y poner en práctica la célebre consigna anarquista… «¡Sin Dios ni Amo!» y la Guevarista «Hasta la victoria siempre».

 

Para mí, personas como Ángel o Luis son modelos a imitar. Personas con talento que cultivan el intelecto, de gran sensibilidad, que trabajan a destajo, pero que también son unos grandes hedonistas que sacan lo mejor de la vida. Amigos de sus amigos, habladores sin fin, bebedores sin fondo, fumadores insaciables. ¡Ay! Se aprende tanto, tanto, cuando uno sale de su nido y descubre nuevos horizontes… Personas grandes, amigos buenos. La mejor sombra bajo la que cobijarse.

 

Se me termina el tiempo. Me gustaría hablarte un poco más de Agüimes, del maravilloso Festival del Sur-Tres continentes. Contarte de los Tangorditos, que hoy actúan en el pueblo granadino de Peligros y que si puedes, no deberías perderte. Del monólogo de Alberto García o de la Danza Vertical, uno de los espectáculos más visuales, sugerentes y excitantes que imaginarse puedan. Seguir hablándote de esas noches sin fin en Alcatraz… Pero ya habrá tiempo. Todo el tiempo del mundo.

 

Ahora me voy a jugar un partido de volley. Estaba convocado por Marisa, pero no las tenía todas conmigo. Sin embargo, Raúl Argemí me retó anoche en público. Así que, me he comprado unas zapatillas y unos pantalones de deporte y allá voy. Créeme. No será ni lo que Dios ni el destino quieran. Vencer o morir. Jajajaja. Y mañana, otro de los platos fuertes; preestreno en exclusiva de la que, posiblemente, será la gran película del 2009, con permiso de «Up» y Pixar: «Enemigos públicos», de Michael Mann, con Johnny Depp. Tengo un pase doble para el pre-estreno y a quién a más cañas me invite, se vendrá conmigo. 

 

Pero todo eso será mañana. Esta tarde tengo tres presentaciones. Bien preparadas, claro. Pero los nervios, ahí están. Cruza los dedos y acuérdate de un amigo que, a partir de ahora, espera ser capaz de contarte todo lo que vaya pasando estos días. Hasta el domingo. Y más allá.

 

Jesús Lens. Insumiso.       

CUAVERSOS: AULLIDO, DE ALLEN GINSBERG

Viendo «El Ala Oeste de la Casa Blanca», un personaje recordaba el poema de Gingsberg. Tenemos luna llena y los que nos consideramos de estirpe lobuna, no podemos dejar de prorrumpir en…

AULLIDO

                                                                     por Allen Ginsberg

traducción de Rodrigo Olavarría

Para Carl Salomón

I

Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,
hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,
que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,
que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra,
que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,
con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,
incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,
realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente,
que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico,
que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno,
que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn,
un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna,
parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras,
intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento,
que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall,
sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark,
que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos,
que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche,
que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas,
que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios,
que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural,
que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal,
que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África,
que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago,
que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos,
que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo,
que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba,
que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos,
que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación,
que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos,
que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo,
que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño,
que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir,
que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada,
que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano,
que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia,
que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago,
que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal,
que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo,
que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio,
que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido,
que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery,
que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,

que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos,
que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología,
que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes,
que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal,
que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo,
que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en  sus cabezas cada día por toda la década siguiente,
que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron,
que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta,
que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa  y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,
que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor,
que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham,
que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad,
que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes,
que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo,
que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz,
que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba,
que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso,
que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante,
y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia,
que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia,
volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este,
los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna,
con la madre finalmente ****** [i] , y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo-
y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio,
que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus
para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin,
el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte,
y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio
con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.

II

¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente!
¡Moloch en quien me asiento solitario! ¡Moloch en quien sueño ángeles! ¡Demente en Moloch! ¡Chupa vergas en Moloch! ¡Sin amor ni hombre en Moloch!
¡Moloch quien entró tempranamente en mi alma! ¡Moloch en quien soy una conciencia sin un cuerpo! ¡Moloch quien me ahuyentó de mi éxtasis natural! ¡Moloch a quien yo abandono! ¡Despierten en Moloch! ¡Luz chorreando del cielo!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡Suburbios invisibles! ¡Tesorerías esqueléticas!
¡Capitales ciegas! ¡Industrias demoníacas! ¡Naciones espectrales! ¡Invencibles manicomios! ¡Vergas de granito! ¡Bombas monstruosas!
¡Rompieron sus espaldas levantando a Moloch hasta el cielo! ¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡Levantando la ciudad al cielo que existe y está alrededor nuestro!
¡Visiones! ¡Presagios! ¡Alucinaciones! ¡Milagros! ¡Éxtasis! ¡Arrastrados por el río americano!
¡Sueños! ¡Adoraciones! ¡Iluminaciones! ¡Religiones! ¡Todo el cargamento de mierda sensible!
¡Progresos! ¡Sobre el río! ¡Giros y crucifixiones! ¡Arrastrados por la corriente! ¡Epifanías! ¡Desesperaciones! ¡Diez años de gritos animales y suicidios! ¡Mentes! ¡Nuevos amores! ¡Generación demente! ¡Abajo sobre las rocas del tiempo!
¡Auténtica risa santa en el río! ¡Ellos lo vieron todo!  ¡Los ojos salvajes! ¡Los santos gritos! ¡Dijeron hasta luego! ¡Saltaron del techo! ¡Hacia la soledad! ¡Despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡Por la calle!

III

¡Carl Solomon! Estoy contigo en Rockland
                Donde estás más loco de lo que yo estoy
Estoy contigo en Rockland
                Donde te debes sentir muy extraño
Estoy contigo en Rockland
                Donde imitas la sombra de mi madre
Estoy contigo en Rockland
                Donde has asesinado a tus doce secretarias
Estoy contigo en Rockland
                Donde te ríes de este humor invisible
Estoy contigo en Rockland
                Donde somos grandes escritores en la misma horrorosa máquina de escribir
Estoy contigo en Rockland
                Donde tu condición se ha vuelto seria y es reportada por la radio
Estoy contigo en Rockland
                Donde las facultades de la calavera no admiten más los gusanos de los sentidos
Estoy contigo en Rockland
                Donde bebes el té de los pechos de las solteras de Utica
Estoy contigo en Rockland
                Donde te burlas de los cuerpos de tus enfermeras las arpías del Bronx
Estoy contigo en Rockland
                Donde gritas en una camisa de fuerza que estás perdiendo el juego del verdadero
            ping pong del abismo
Estoy contigo en Rockland
                Donde golpeas el piano catatónico el alma es inocente e inmortal jamás debería
            morir sin dios en una casa de locos armada
Estoy contigo en Rockland
                Donde cincuenta shocks más no te devolverán nunca tu alma a su cuerpo de su
            peregrinaje a una cruz en el vacío
Estoy contigo en Rockland
                Donde acusas a tus doctores de locura y planeas la revolución socialista hebrea
            contra el Gólgota nacional fascista
Estoy contigo en Rockland
                Donde abres los cielos de Long Island y resucitas a tu Jesús humano y viviente de la
            tumba sobrehumana
Estoy contigo en Rockland
                Donde hay veinticinco mil camaradas locos juntos cantando las estrofas finales de
            La Internacional
Estoy contigo en Rockland
                Donde abrazamos y besamos a los Estados Unidos bajo nuestras sábanas los
            Estados Unidos que tosen toda la noche y no nos dejan dormir

Estoy contigo en Rockland
            Donde despertamos electrificados del coma por el rugir de los aeroplanos de
            nuestras propias almas sobre el tejado ellos han venido para lanzar bombas
            angelicales el hospital se ilumina a sí mismo  colapsan muros imaginarios  Oh
            escuálidas legiones corren afuera  Oh estrellado shock de compasión la guerra
            eterna está aquí  Oh victoria olvida tu ropa interior somos libres
Estoy contigo en Rockland
                En mis sueños caminas goteando por un viaje a través del mar sobre las carreteras a
            través de América llorando hasta la puerta de mi cabaña en la noche del oeste

San Francisco, 1955-1956

XXII FESTIVAL DEL SUR- ENCUENTRO TEATRAL 3 CONTINENTES

Hace unos días publicábamos el Programa de Semana Negra, señalando que allí nos encontraríamos desde el miércoles 15 de julio. ¿Y por qué, si la Semana Negra arranca el 10?

 

Pues porque desde el 10 y hasta el mismo 15, estaremos gozando de otro Encuentro cultural tan festivo como singular: El Festival del Sur-Encuentro Teatral 3 Continentes, cuyo programa teatral, de actividades paralelas y el extraordinario cartel de Pilar Ortiz dejamos a continuación. ¿Se animan? Les aseguro que no se arrepentirán.

 

PD.- Abajo hay una sorpresa. A ver si la encuentran 😉

 

 

 

COMPAÑÍAS PARTICIPANTES

 

AMÉRICA:

Teatro de la Gaviota (Uruguay)

Tangorditos (Argentina)

Grupo Actoral 80 (Venezuela)

 

ÁFRICA:

Grégoire Wissého (Benin)

Fasso Danse Théâtre (Burkina Faso)

Compagnie Multicorps (Benin)

Djeclan (Costa de Marfil)

 

 

EUROPA:

Luciano Federico (Italia)

Alberto García (España-Cataluña)

Circodxelicia (España-Cataluña)

La sal teatro (España-Andalucía)

La invenció producció(España-Cataluña)

Delirium Teatro (España-Canarias)

Nadiesha Producciones (España-Canarias)

Tracson teatro (España-Canarias)

  

XXII FESTIVAL DEL SUR – ENCUENTRO TEATRAL TRES CONTINENTES

 

10 AL 19 DE JULIO DE 2009

 

PROGRAMACIÓN

 

 

 

VIERNES 10 DE JULIO

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

TEATRO DE LA GAVIOTA (URUGUAY)

ERLING, de Christina Herrström

 

FACHADA DEL TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 22h30

CIRCODELICIA (ESPAÑA)

AIREARTE (ESPECTÁCULO DE DANZA VERTICAL)

 

SÁBADO 11 DE JULIO

CASA DE LA CULTURA DEL CRUCE DE ARINAGA, 11h

TRACSON TEATRO

ABBAS, VIAJA EN EL TIEMPO

 

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

COMPAGNIE MULTICORPS (BENIN)

ET SI  (SOLO DE DANZA)

 

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h30

TAN GORDITOS (ARGENTINA)

MÁS GORDITOS QUE NUNCA

 

DOMINGO 12 DE JULIO

AVENIDA DE LOS PESCADORES, 12h

MAXIMILIANO STIA (ARGENTINA)

¡NO PUEDE SER!

 

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

GRÉGOIRE VISSÉHO (BENIN)

DANSE AFRICAINE, de Grégoire Vissého (ESPECTÁCULO DE MARIONETAS)

 

FACHADA DEL TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 22h

CIRCODELICIA

BAIDELER (ESPECTÁCULO DE DANZA VERTICAL)

 

LUNES 13 DE JULI0

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

NADIESCHA PRODUCCIONES (ESPAÑA-CANARIAS)

HECHO EN MÉXICO, de Miguel Vaylón

 

 

MARTES 14 DE JULIO, 21h

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

ALBERTO GARCÍA (ESPAÑA)

JOHAN PADÁN EN EL DESCUBRIMIENTO DE LAS AMÉRICAS, de Darío Fo

 

MIÉRCOLES 15 DE JULIO

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

LUCIANO FEDERICO (ITALIA)

LOKOTIDIANO, de Luciano Federico

 

JUEVES 16 DE JULIO

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

LA INVENCIÓ PRODUCCIÓ

LA VALLA, de Josep Pere Peyró

 

VIERNES 17 DE JULIO

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

FASSO DANSE THÉÂTRE (BURKINA FASO)

BABEMBA

 

PLAZA DE SAN ANTÓN, 22h30

LA BARRACA (ESPAÑA)

LA VILLANA DE GETAFE, de Lope de Vega

 

PLAZA DE SAN ANTÓN 23h30

FIESTA DEL XXII FESTIVAL DEL SUR

 

SÁBADO 18 DE JULIO

CASA DE LA CULTURA DEL CRUCE DE ARINAGA, 11h y 11h 45

TEATRO LA SAL (ESPAÑA)

LALÚ (ESPECTÁCULO PARA BEBÉS DE 0 A 3 AÑOS. AFORO LIMITADO A 30 PADRES Y 30 BEBÉS POS SESIÓN)

 

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

GRUPO ACTORAL 80 (VENEZUELA)

FINAL DE PARTIDA, de Samuel Beckett

 

PLAZA DE SAN ANTÓN, 22h30

DJECLAN (COSTA DE MARFIL)

DIALOGUE DES MASQUES

 

DOMINGO 19 DE JULIO

CASA DE LA CULTURA DEL CRUCE DE ARINAGA, 11h y 11h 45

TEATRO LA SAL (ESPAÑA)

LALÚ (ESPECTÁCULO PARA BEBÉS DE 0 A 3 AÑOS. AFORO LIMITADO A 30 PADRES Y 30 BEBÉS POS SESIÓN)

 

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES, 21h

DELIRIUM TEATRO (ESPAÑA-CANARIAS)

CANARIAS, de Antonio Tabares

XXII FESTIVAL DEL SUR -ENCUENTRO TEATRAL TRES CONTINENTES

ACTIVIDADES PARALELAS

 

 

 

 

 

CURSOS

 

CURSO DE DANZA AFRICANA

IMPARTE: COMPAÑÍA DJECLAN (COSTA DE MARFIL)

 

CURSO DE PERCUSIÓN

IMPARTE: COMPAÑÍA DJECLAN (COSTA DE MARFIL)

 

 

CURSO DE CARIOCAS Y DANZA ORIENTAL

IMPARTE: MIRIAM ACOSTA (ESPAÑA-CANARIAS)

 

CURSO DE CONSTRUCCIÓN DE MARIONETAS

IMPARTE: GRÉGOIRE VISSÉHO (BENÍN)

 

CURSO DE INTERPRETACIÓN TEATRAL

IMPARTE JOSEP PEYRÓ (ESPAÑA-CATALUÑA)

 

CURSO DE DANZA CONTEMPORÁNEA

IMPARTE: MARCEL GBEFFA (BENÍN)

 

SIMPOSIO

 

VIERNES 17 DE JULIO, 9H30

SALÓN DE PLENOS DEL AYUNTAMIENTO DE AGÜIMES

EL PACTO INCUMPLIDO

 

ENTREGA DE LOS CUCHILLOS CANARIOS

 

VIERNES 17 DE JULIO, 21h

TEATRO MUNICIPAL DE AGÜIMES

 

 

 

 

 

 

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA:

 

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ

DEL 10 AL 25 DE JULIO

INAUGURACIÓN: VIERNES 10 DE JULIO, 19h

MAGREB, EL OCCIDENTE ÁRABE

ORGANIZA: CASA ÁRABE Y AYUNTAMIENTO DE AGÜIMES

 

LAS TARDES DEL FESTIVAL DEL SUR

SE SERVIRÁ UN VINO DE AGÜIMES Y UN APERITIVO EN TODAS LAS SESIONES

 

SÁBADO 11 DE JULIO, 19h

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ, 19h

Presentación del libro HASTA DONDE EL CINE NOS LLEVE (VIAJES Y ESCENARIOS DE PELÍCULA), DE Jesús Lens y Francisco J. Ortiz

Interviene: Jesús Lens

 

 

DOMINGO 12 DE JULIO

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ, 19h

Proyección de Cayucos, de María Miró

 

 

 

MARTES 14 DE JULIO

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ, 19h

PROYECCIÓN DE CORTOMETRAJES ÁRABES

Organiza: Casa árabe Y Ayuntamiento de Agüimes

 

 

MIÉRCOLES 15 DE JULIO

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ, 19h

Proyección del documental BURKINA FASO, DOS HOMBRES, DOS PAÍSES.

Presentan: Brice Payen y Juan Montero

 

 

JUEVES 16 DE JULIO

CASA MUSEO ORLANDO HERNÁNDEZ, 19h

Vida y  obra de Frida Kahlo y presentación de la novela Tú eres azul cobalto

de Pablo Martín Carbajal, con la presencia del autor.

 

 

SÁBADO 18 DE JULIO

CASA PARROQUIAL DE AGÜIMES, 19h

VELADA POÉTICA

 

LITURGIA DEL OLVIDO

Lectura de poemas del escritor Pedro Enríquez,

realizada por el propio autor,

con la colaboración de la actriz Yolanda López.

 

POEMAS A LA CARTA

COMPAÑÍA PILAR REY Y ANTONIO ABDO

 (El poeta Antonio Abdo entregará al público un listado de poemas, y recitará los que éste le solicite)

Dirección: Pilar Rey

DOLOROSA LITERATURA DE VIAJES

La columna de hoy de IDEAL tiene que hablar, inexcusablemente, de viajes, libros, cine y tertulias.

 

Cuando Pedro Enríquez me comentó la idea de realizar un Primer Encuentro de Literatura de Viajes en Granada, me pareció especialmente atractivo uno de los paneles previstos para el mismo: el correspondiente al viaje de la inmigración.

 

En una sociedad como la nuestra, cuando hablamos de viajes pensamos en cruceros, pueblos con encanto, periplos etno-gastronómicos, visitas a parques temáticos y a grandes museos o, los más osados, en largos trekkings por parajes inaccesibles del planeta. Y, sin embargo, la mayor parte de la gente no viaja por placer. Tanto ahora como a lo largo de la historia, la gente viaja, sobre todo, por necesidad. Y por obligación. A mero título de ejemplo: los estudios más recientes señalan que en 2010, el número de desplazados por el calentamiento global se situará entre los 25 y los 50 millones de personas. Y, para el 2050, las personas desarraigadas a consecuencia del cambio climático podrían rozar los 700 millones.

 

Y ello por no hablar de los refugiados y exiliados que provocan las decenas de conflictos bélicos que, en sordina, asolan medio mundo. Como ocurre con el niño protagonista de la película «The other bank», justa y más que merecida ganadora de la Alhambra de Oro del recién terminado Festival Cines del Sur. El protagonista absoluto de la película es Tedo, un chavalito que inicia un insensato peregrinar por la zona fronteriza entre las ex repúblicas soviéticas de Georgia y Absajia, recién salidas de un abstruso conflicto bélico, intentando encontrar a su padre.

 

Pocos viajes tan intensos como el que inicia Tedo. Un viaje en que, atravesando parajes desolados, se dará de bruces con lo mejor y con lo peor del ser humano. Comportamientos nobles y actuaciones abyectas conviven en una narración rebosante de sensibilidad y crudeza, pero en absoluto complaciente, estridente o efectista. Los encuentros de Tedo en su periplo, del revisor que lo arroja de un tren en marcha al conductor que lo lleva en su camión o la familia que le da cobijo y comida, son la mejor muestra de un viaje desgarrador y emocionante. Un viaje a ninguna parte que, sin embargo, es el viaje que millones de personas se ven obligadas a emprender un día sí y otro también.

 

Por eso, si siempre es un placer el tener la oportunidad de compartir auditorio con autores de la talla de Javier Reverte (no dejen de leer la entrevista de Ángeles Peñalver y participar en la Encuesta de la Margen Derecha), Manuel Villar o Fernando Sánchez Dragó, el auténtico privilegio fue poder participar en la charla que sostuvieron el profesor Waleed Saleh Alkhalifa y el novelista Antonio Lozano acerca de «Las cenizas de Bagdad», el libro en que se cuenta una terrible y dolorosa historia de exilio y emigración forzosa, de Irak a Madrid, pasando por Marruecos.

 

Antonio ha novelizado la historia de Waleed y ambos, en sus respectivos papeles de autor y personaje, sostuvieron una vibrante charla acerca de la realidad y la creación literaria, hablando sobre guerra, compromiso, exilio, fronteras, visados, anhelos, frustraciones, dolor y esperanzas. Lo dicho. Un privilegio.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

PD.- Hoy finalizan estas jornadas literarias. Rafael Guillén, Manolo Villar y Fernando Sánchez Dragó pondrán el punto y final, a las 20 horas, en el teatro Isidoro Máiquez. Y, después, Rasha nos deleitará con su música en la Pz. de las Culturas del Centro Cultural de CajaGRANADA. Nos vemos, ¿verdad?

EL CORAZÓN DEL CAZADOR

Dedicado a Javier Reverte,

que nos contó este país

en el grandioso «Vagabundo en África.»

 

 

Hace unos años, preparando una conferencia sobre «El papel de la educación en la consolidación de la democracia», me encontré con una información muy interesante sobre Sudáfrica: para los niños, el apartheid era algo que se estudiaba exclusivamente en los libros. Era historia. Agua pasada. Nada que afectara a su vida cotidiana o sobre lo que solieran hablar.

 

Sudáfrica será el país de moda de los próximos años. En primer lugar, por un acontecimiento tan aparentemente banal como el fútbol, aunque a nadie escapa que, en realidad, el balompié es la gran religión universal del siglo XXI y los Mundiales, su liturgia más sagrada. Además, Clint Eastwood está filmando una película basada en el último libro de John Carlin, «El factor humano», en que se cuenta cómo Mandela usó el rugby y una competición deportiva para unir a los sudafricanos y conseguir que los eternos, ancestrales y viscerales enemigos, negros y blancos, consiguieran convivir pacíficamente entre sí.

 

Y es que no tiene que ser fácil, tras décadas de odio y guerra, hacer borrón y cuenta nueva y, de repente, empezar a trabajar con el enemigo. De trabajar contra él, y sin pasar por el trabajar a parte él, en Sudáfrica se tuvo que hacer un cursillo avanzado de cómo cerrar heridas a una velocidad de vértigo para empezar a trabajar con el enemigo. Y de todo eso nos habla Deon Meyer en la excelente novela «El corazón del cazador», uno de los imprescindibles títulos que RBA está publicando en su gloriosa Serie Negra.

 

Porque la Sudáfrica del apartheid contaba, de facto, con dos estados que trabajan en paralelo. Por un lado, el blanco. El oficial. Por otro, toda la estructura de poder montada por el Congreso Nacional Africano que, alimentado y entrenado por los antiguos países del Este, tenía su propio ejército y, por supuesto, su propia central de inteligencia. Los espías, o sea. Y los asesinos a sueldo. Los miembros de La Lucha. Como Thobela Mpayipheli, un gigante zulú que, tras años y años en la clandestinidad, por fin ha conseguido enderezar su vida.

 

Pero el destino es cruel y un conflicto en que se ve involucrado un ex camarada y en que se ve metida la recién creada Agencia de Inteligencia Presidencial sudafricana le hará tener que volver a la acción. Pero ¿quiénes son, ahora, los buenos y quiénes los malos? Esa es la cuestión.

 

Porque, de repente, se supone que los antiguos enemigos ya no deben recelar entre sí y han de trabajar, todos, en pro de una Sudáfrica unida, potente y sólida. Mirando al futuro. Pero, entonces, ¿quién ha secuestrado a Johnny Kleintjes y por qué exige, a cambio de liberarlo, acceder a una base de datos con la identidad de según qué agentes? ¿Qué pinta la CIA en mitad de este embrollo? ¿Y los islamistas radicales?

 

Créanme, cada pieza termina encajando y pasado y presente acaban teniendo la lógica continuidad se les supone, aunque no resulte sencillo de entender. Y en mitad de todo ello, Thobela, un personaje proteico de los que enamoran al lector desde su primera aparición en escena. «El corazón del cazador» es una novela que pone el foco de atención en uno de los conflictos más terribles del siglo XX y que, con un ritmo endiablado y a través de unos poderosos personajes, nos traslada a la compleja realidad de la Sudáfrica actual. Altamente recomendable.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.