Aunque se lo dije ayer, Enrique Gámez no es consciente de cuánto le agradezco que les diera mi nombre a Marina Heredia y Pedro Chicote hace unos meses, cuando estaban trabajando en una propuesta para el programa de verano ‘Lorca y Granada en los jardines del Generalife’.
Les confieso que, al principio, estaba dudoso y no sabía por dónde tirar ni cómo afrontar la tarea. Se acercaba la Navidad, faltaban poquísimos días para que finalizara el plazo de entrega del proyecto y me encontraba más perdido que Rivera al terminar el Debate Decisivo, buscando un corrillo donde encajar.
Tras varias charlas, acercamientos y aproximaciones a la portentosa idea de Marina Heredia de darle todo el protagonismo a la mujer, fusionando cuatro obras de Lorca en un mismo montaje; sendas conversaciones con la guionista Rosario Pardo y con el cineasta José Sánchez Montes terminaron de situarme y me permitieron condensar el torrencial sinfín de ideas de ‘Lorca y la pasión, un mar de sueños’. (Toda la información, AQUÍ)
No le detallo el programa, que mi compañero y amigo José Antonio Muñoz lo hace a las mil maravillas en las páginas de Cultura del IDEAL que tiene usted en las manos (Leer AQUÍ. Permítame, eso sí, una confidencia: nunca se ha visto antes un Lorca así. Estamos ante una ocasión única para descubrir a un Lorca inédito, nuevo y revolucionario.
Ayer, viendo la sonrisa franca, abierta y generosa de Laura García Lorca durante la presentación del programa, lo tuve claro: va a ser algo alucinante.
Es prodigiosa la forma en que Marina Heredia y Rosario Pardo han engarzado los personajes de la Julieta de ‘El público’ y su amor romántico con la ardiente Poncia de ‘La Casa de Bernarda Alba’; el amor maternal de ‘Así que pasen cinco años’ con el amor ideológico y a la libertad de Mariana Pineda.
Estoy loco por ver sobre el escenario la plasmación visual, escénica y musical del flujo de creatividad que está siendo la preparación de ‘Lorca y la pasión, un mar de sueños’, tal y como cuentan unos exultantes Eva ‘Yerbabuena’ y José Sánchez Montes.
Dos consejos: saquen sus entradas cuanto antes. Volarán. Y, por favor, aprovechen para leer las cuatro obras lorquianas citadas, de aquí a verano.
Jesús Lens