De cráneo, nos trae

Malas noticias: Luis Salvador ha retirado de su página web el estudio sobre su patricio cráneo, ese cráneo egregio y monumental que convierte al candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Granada en un émulo de Batman. (Leer AQUÍ la ya famosa historia craneal)

Mala suerte porque ya tenía prevista una batería de símiles con su cabeza como protagonista. Cosillas como ‘qué buena cabeza tiene este hombre’, a la hora de comentar alguna buena propuesta electoral del partido naranja; sibilinas referencias a ‘la candidatura encabezada por el ex senador socialista’ cuando le meta caña a Paco Cuenca en la campaña o destacar que se encuentra ‘a la cabeza de los sondeos’, llegado el caso.

Y no me sean mal pensados: en ningún caso se me ha pasado por la cabeza que nadie pueda pedir la de Salvador si los resultados electorales no son los deseados por la formación naranja. En especial tras una pre-campaña que nos está trayendo de cráneo por culpa de la morfopsicología, esa maldita pseudociencia.

Me dicen personas que le conocen bien que Luis Salvador, en realidad, está  encantado con toda esta polémica. Que el famoso ‘que hablen de uno, aunque sea mal’ nunca encontró una mejor personificación en el espectro político. Que hace mucho tiempo que el candidato de Ciudadanos descubrió que, por encima de los programas electorales, están los programas de televisión. Y que, para salir en la tele, hay que dar que hablar, más que hacer reflexionar al personal. Lo que nos da mucho que pensar…

A mí me da rabia, sobre todo, por Manuel Olivares, el referente de Ciudadanos en Granada, quien daba la cara por el partido mientras Salvador andaba de acá para allá, a caballo entre Madrid y Sevilla, echando pulsos y tentaeras. Un Olivares serio y centrado, con ideas y propuestas creíbles y sensatas.

Ideas. Caigo ahora. Ciudadanos presentó antes de ayer unas líneas programáticas que me parecieron interesantes. De hecho, tengo recortada la página del IDEAL en que se desgranaban para comentarlas en esta columna. Pero, claro, fue salir la noticia de la retirada del estudio craneoencefálico y… ¿a quién le importan las propuestas electorales?

Al final, van a tener razón quienes consideran que el auténtico objetivo de Salvador es participar en Supervivientes VIP & Deluxe.

Jesús Lens

 

Es personal, no política

‘No es nada personal, son negocios’ es una de las frases más memorables de ‘El Padrino’, repetida hasta la saciedad en los contextos más diferentes. Tras leer la ilustrativa entrevista de Quico Chirino a Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía y líder de Ciudadanos en nuestra comunidad, podemos concluir exactamente lo contrario: ‘No es nada político, es personal’.

Ni caso a las sonrisas

Después de repasar diferentes cuestiones sobre la actualidad política andaluza, Chirino le pregunta a Marín por los pactos postelectorales en Granada capital. En concreto, si un pacto con el PSOE estaría excluido. Marín trata de zafarse, dándole una patada adelante al balón, pero el periodista insiste, introduciendo a Paco Cuenca en la ecuación. “Sería complicado”, señala Marín.

Y Quico, que ha olido sangre, amplía el rango de la pregunta e inquiere por situación procesal del alcalde granadino. Entonces, Marín se desmelena: “No hablo de eso. Antes tiene que haber entendimiento político. No sólo influye que haya un proceso abierto por presunta prevaricación administrativa que mañana puede estar archivado. No he cambiado de opinión. Pero también conozco las relaciones y la dificultad para que haya un entendimiento entre personas”.

Hace unos días, cuando Luis Salvador anunció que se presentaba a Alcalde, en la Plaza del Carmen y en Torre de la Pólvora se notó algo parecido a un terremoto. Al menos, ciertas personas sintieron que se les abría el suelo bajo los pies. Porque, a estas alturas de la película todo el mundo sabe que la corriente de simpatía entre Salvador y Sebastian Pérez es directamente proporcional al muro de hielo que separa al líder de Cs en Granada de su ex correligionario Cuenca.

Un día de estos habrá que hablar sobre la cantidad de puentes que Francisco Cuenca ha ido quemando a su paso, dejándolos intransitables, por acción u omisión. Pero, al margen de eso, ¿es razonable que los inevitables pactos posteriores al 26 de mayo dependan de las simpatías o antipatías personales de los líderes de los partidos, y no de las propuestas electorales y/o de una visión más o menos compartida sobre el futuro de nuestra ciudad?

No me llamen naif. O sí. Pero qué pena si al final es una cuestión personal, no política.

Jesús Lens

PP: autocrítica y reflexión

Tengo muchos y muy buenos amigos del PP de Granada. Está siendo dura, para ellos, esta primavera. Que no es chica cosa haber perdido una de sus alcaldías históricas, después de trece años de gobierno ininterrumpido y tras haber ganado las elecciones municipales.

Sinceramente, que Paco Cuenca y el PSOE estén hoy al frente del Consistorio granadino sí que es un acontecimiento histórico planetario, y no lo de Zapatero y Obama que dijera Leire Pajín, en uno de sus más celebrados desvaríos. Porque Granada capital es conservadora. Muy conservadora.

 Paco Cuenca Alcalde granada

Estos días, todos los peperos granadinos andan culpando a Luis Salvador, a Ciudadanos y al propio Rivera de haber entregado la ciudad de Granada al PSOE. De haberla regalado. Es lógico que lo hagan así. Como táctica electoral, de cara a las próximas elecciones generales, es una baza que tienen que jugar. De hecho, han convertido #AtracoEnGranada en Trending Topic.

Pero esos mismos peperos granadinos saben, a ciencia cierta, que quienes han regalado la alcaldía a Paco Cuenca, han sido ellos mismos. Un regalo en diferido, que comenzó cuando permitieron, por acción u omisión, que José Torres repitiera como candidato a la alcaldía, hace ahora un año. Un error de bulto que vienen pagando desde entonces. El porqué de tamaño dislate, ellos bien lo saben. Una mezcla de celos cainitas y de miedo paralizante. Que les salió rana. No hay más que comparar los resultados de las municipales, en la capital, con los de las generales de unos meses después.

 Dimisión Torres Hurtado

Y luego llegó el kafkiano episodio de La Boda Roja en que José Torres no solo se inmoló a sí mismo sino que, con su  harakiri tardío, cruel, saturnal y a destiempo, se llevó por delante a toda una hornada de afiliados, militantes, simpatizantes y trabajadores del Partido Popular que, hoy, están pensando en empaquetar sus pertenencias para desalojar dependencias municipales, oficinas, despachos, mesas y hasta sillas.

Sé, mis estimados amigos peperos, que tenéis que culpar a Luis Salvador y a Cs por la pérdida de la alcaldía de Granada. Es lo que toca. Lo que está en el guion. Espero que, de puertas para adentro, sí estéis haciendo una serena y ponderada valoración de todo lo que ha ocurrido en vuestro partido en estos últimos tiempos. Porque será algo que se estudie en las escuelas de formación política.

Jesús Lens

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