Ya es tiempo de carocas. Este año vienen tarde. Tanto que nos encuentran sudando la gota gorda, camino de ese inexorable 41 de mayo que ya asoma a la vuelta de la esquina, dejándose sentir.
Es otro más de mis objetivos del año: escribir alguna quintilla de aúne lo crítico y lo mordaz con la actualidad político-social, todo ello aderezado con un toque de genuina malafollá granaína. Pero con respeto, siembre con respeto, tal y como señalan las bases publicadas por IDEAL.
La pregunta, antes de ponernos a rimar, solo puede ser una: ¿qué temas de la actualidad granadina son los más idóneos y susceptibles para ironizar este año? ¿Qué personalidades de nuestro entorno piden a voces quintillas, pareados, aleluyas, tercetos, cuartetos o demás estrofas breves; por seguir recordando las bases del concurso?
Quizá esté ya demasiado trillado, pero el asunto craneal de Luis Salvador debería ocupar un lugar de honor. Y la llegada del AVE, que nunca fue tan lenta la alta velocidad. ¿Se puede bromear sobre VOX o llevar a la ultraderecha al terreno del humor, aunque sea negro, es blanquearla?
Con el calor que ya está haciendo, la cuestión del cambio climático y la creciente desertización de nuestra tierra pide a voces una reflexión irónica, con los activos movimientos juveniles como protagonistas. Y las conducciones de Rules, que deberían llamarse de cualquier manera menos ‘conducciones’, dado que no conducen a ninguna parte.
¿Y la tapa? ¿Nos cachondeamos o está la cosa para poca broma? Porque entre tapas y tapones, aquí no hay pida platos ni raciones. Y eso, parafraseando a Siniestro Total, nos convierte en seres poco racionales, de los que piden las raciones en los bares.
El buen año de nuestros dos grandes equipos deportivos se merece que le echemos humorísticos balones y habrá que ponerle picante a las promesas electorales más recientes: entre túneles y socavones, teleféricos, escaleras mecánicas y demás escalones.
Trato de pensar en premios, celebraciones, efemérides, nombramientos y galardones, pero no caigo en ninguno significativo ahora mismo. Imagino que podría tirar de hemeroteca, pero ¿qué sentido tendría rebuscar en la memoria? Tampoco es cuestión de ponernos en plan intelectual… ¿Y ustedes? ¿Se animan a echarse una carocas?
Jesús Lens