Hace una semana escribía una columna titulada ‘Alcalde con altura de miras’, pidiéndole a Paco Cuenca que, si volvía a la alcaldía, propiciara un acuerdo de mínimos entre PSOE, PP, Podemos-IU, Vox y los restos de Cs sobre el futuro de la ciudad. Un acuerdo con un horizonte que apuntara más allá de 2023, cuando habrá nuevas elecciones municipales.
En su discurso de investidura, el recién elegido de nuevo alcalde de la ciudad repitió la palabra ‘Granada’ una y otra vez. Hizo bien. Los granadinos estamos hartos de que el Ayuntamiento sea un constante pimpampum donde se hable de las cuitas catalanas y madrileñas y se traten cuestiones partidistas que deberían quedar para las sedes de las formaciones políticas.
Estamos hasta más allá del colodrillo de que se tomen decisiones basadas en los vetos personales propiciados por las simpatías o antipatías a los indultos y a las ayusadas, morenadas, marinadas, casadas o sanchadas. Los concejales deberían dejar aparcadas todas esas cuestiones al empezar su jornada de trabajo en plaza del Carmen. Allí se deben única y exclusivamente a los intereses de Granada y sus ciudadanos.
Comenzó Paco Cuenca su discurso apelando a Machado: “ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos, porque mañana es tarde. Ahora”. Y, de inmediato, su invitación a los 27 concejales del Ayuntamiento a consensuar un pacto por Granada se sirva para demostrar la utilidad de la política y la recuperación de la confianza de la ciudadanía.
Falta hace. Mucha falta. El PSOE demostró altura de miras, hace unos meses, ayudando a aprobar un nuevo presupuesto para la ciudad. Qué bien le va a venir ahora que recupera el bastón de mando. Cuenca apeló en su discurso a la ciencia y a la innovación, a la riqueza cultural y a los creadores, a la Vega y al turismo sostenible, a las pymes, a los barrios y a la Granada metropolitana.
Izquierda Unida-Podemos lleva meses reclamando, también, ese pacto de ciudad. Los dos concejales de esa entelequia llamada Ciudadanos, que en un mes va a perder a sus cuatro concejales, ya han anunciado que apoyarán los temas de enjundia para la ciudad. Ojalá que el PP, después de la lamentable gestión de las últimas semanas, recapacite y ponga coto a su iracundo frentismo para sumar. De Vox, más allá de sus abusivas analogías animalistas, poco se puede esperar.
Dos años de mandato tiene Cuenca por delante para sentar las bases de la Granada del futuro. Estaremos atentos y vigilantes tanto a las propuestas que haga como a las contraprestaciones que ofrezca. Estaremos pendientes, también, de las actitudes y gestos de los concejales de la oposición. De si creen en Granada o anteponen sus intereses personales y partidistas a los de la ciudad.
Jesús Lens