Hoy publicamos esta columna en IDEAL. No sé cómo andáis de ocurrencias, pero… ¡hay que ponerse!
Criticar las redes sociales, como poner a parir a la televisión, forma parte de un mismo e inútil ejercicio de futilidad, muy habitual y extendido: tomar el todo por las partes. ¿Qué hay telebasura, telebazofia y hasta telemierda, para dar y regalar? ¡Por supuesto! Pero la televisión también emite series fantásticas (atentos a “The Newsroom”), películas imperecederas y emocionantes e ilustrativos documentales. Del uso que el telespectador haga del mando a distancia dependerá la calidad de las raciones televisivas que ingiera.
Es igualmente habitual escuchar críticas generalizadas hacia el Twitter y el Facebook. Que si son una pérdida de tiempo, que si solo sirven para insultar, que si es un ejercicio de vanidad… ¡pues depende, oiga! En nuestras ciudades hay cantidad de paredes ensuciadas por pintadas infectas y rijosas, pero también hay otras hermosamente decoradas por El Niño de las Pinturas. Igual pasa en el Facebook, que alberga muros convertidos en pura casquería y otros que lucen, brillan y dan esplendor.
Uno de los muros más estimulantes, que visito siempre que puedo, es el de Colin Bertholet, nuestro hombre en Salobreña, mente inquieta e hirviente cuya última idea para exponer y vender Garabatos Digitales en beneficio del Banco de Alimentos de Granada, ha sido un éxito arrollador. En su Facebook, además, Colin cuelga buenos temas musicales, pequeños relatos, algunos artículos o reportajes especialmente interesantes y, de vez en cuando, lo que podríamos definir como Ocurrencias.
La cáscara rota de un huevo con unas marcas en su interior, en forma de palotes que simulan los días que el pollito ha estado contado ansiosamente antes de salir de su prisión… y sus huellas en el suelo, marchándose. ¡Qué imagen tan sencilla, pero cuántas cosas dice! Por ejemplo, en este contexto de crisis y pesadumbre en que nos encontramos, es más fácil asociar un huevo a una tortilla que a ese pollo impaciente y decidido que, a buen seguro, servirá para poner otros huevos, unos más frescos que otros. (Aquí, la Ocurrencia que se nos ocurrió al ver la imagen)
Una ocurrencia, según la RAE, es un encuentro, suceso casual, ocasión o coyuntura. También se define como una idea inesperada, pensamiento, dicho agudo u original que ocurre a la imaginación. Los españoles tenemos fama de ocurrentes. De hecho, el ingenio y la chispa de los andaluces ha traspasado fronteras: en la barra de un bar, no hay tema de actualidad, personaje en el candelabro o situación, por compleja que sea, que escape de los acerados dardos verbales de los ocurrentes, profesionales o vocacionales. De hecho, hay un grupo de Facebook llamado algo así como “Un español con un cubata en la mano lo sabe todo”. Y punto.
La cuestión sería, por tanto, canalizar nuestro proverbial ingenio y esa indudable agudeza mental hacia estadios creativos y productivos, de forma que nuestras ocurrencias vayan más allá del fútbol y los entrenadores, de la farándula más casposa de la televisión y de la ola de calor sahariano previa a ola de frío siberiano que, seguro, llegará este invierno.
Jesús Lens
Veamos qué ocurrencias tuvimos los 8 de septiembre de 2008, 2009, 2010 y 2011