Escribía hace unos días sobre aquella Media Maratón de Motril de hace uno años, absolutamente imposible, infausta y decepcionante. Un fiasco. Del que aprendí mucho. (Atentos al Hashtag #Dayforfailure y a esta iniciativa de Guadalinfo)
La de hoy, en Guadix, la popularmente conocida como Media Maratón del Melocotón ha sido, de largo, peor que aquella.
¿Por qué, entonces, he estado tuiteando que estoy contento con el resultado?
Por dos razones: Por ir. Y por terminar.
Ir a una Media Maratón no es fácil. Es decir, no es fácil tomar la decisión de ir. Y hacerlo. Sabes que, voluntariamente, vas a someter a tu cuerpo a un castigo y a un desgaste brutales. Porque las Medias Maratones no son solo correr 21 kilómetros. Es más. Mucho más.
Y, desde luego, si estás tan flojo como yo, que en los últimos meses apenas he pasado de los 14 kilómetros en un puñado de recorridos; correr una Media Maratón es excesivo. Joder. ¡Si lo más que he hecho, de mayo/junio hacia acá, desde que empezó el calor, han sido un par de sesiones de 15 kilómetros, a lo sumo! Con tres semanas de parón, entre julio y agosto…
Por eso, haber decidido ir, y haber encontrado la complicidad de mi Alter, que ha inaugurado nuevo Blog, José Antonio Flores Vera; ya es meritorio.
Y haber terminado… ¡más!
Primero, porque la Media Maratón de Guadix es durísima. Sin un metro plano. Segundo, porque hacía un calor terrible. Y, tercero… ¿tengo que repetirlo? ¡Porque me faltaban una cantidad de kilómetros importantes en las piernas!
Foto: Susana Molero Hidalgo
Es como si, tras una decente Media Melocotonera el año pasado y el fracaso en la Media Maratón de Granada del año pasado, que fue una calamidad, hoy se hubiera cerrado el círculo.
Porque, roto, extenuado y destrozado como estoy ahora; ya pienso en los próximos entrenamientos, de cara a las Medias Maratones de Motril y Granada. Que, espero, me saldrán mejor. Espero.
Porque, efectivamente, en esto de las carreras de fondo hay un punto de masoquismo y drogadicción que nos tendríamos que hacer ver.
Y ahí queda mi resumen de una carrera a la que, probablemente, no debería haber ido. Pero que conseguí terminar.
Por segmentarla, podríamos decir que, hasta el kilómetro 7, todo fue bien. Del 7 al 14, aguanté. A partir del 14, empecé a ir tocado. Y desde el 17, absolutamente hundido, con las pulsaciones a 150 para invertir 7 minutos en cada kilómetro, mientras era rebasado por decenas de atletas.
A ver si las cámaras de GesCon Chip captaron mi entrada en meta. Una entrada dedicada a la gente del Bar Restaurante La Catedral de Guadix.
A ver.
Porque si hay que morir… ¡que sea por una buena causa!
Y ahora… ¡seguimos!
Jesús Lens
En Twitter: @Jesus_Lens
PD.- Mientras yo sufría de lo lindo en Guadix, dos tipos llamados Kenenisa Bekele y Mo Farah también corrían una Media Maratón. En Newcastle. Atentos al brutal final de carrera. Ellos apenas sobrepasaron la hora en cumplimentar el recorrido de 21 kilómetros. Me consolaré pensando que, en Inglaterra, no hacía tanto tanto calor como en las Bad Lands accitanas… 😉