No me acuerdo de la primera vez que utilicé dicha expresión, pero cada día estoy más convencido de su certeza: la vida son momentos. La vida no son años, meses, semanas ni días. La vida son momentos. Lo demás, es tiempo muerto.
Ya os he presentado uno de mis planes para el 2015: volver a ver 25 películas que, alguna vez, fueron importantes para mí. ¡Seguro que ese proyecto me va a deparar Momentos! Muchos, intensos. La mayoría, buenos. Algunos, seguramente que decepcionantes.
Pero Momentos, al fin y al cabo.
Y de eso va el segundo proyecto para el 2015 (*): de elegir un Momento de cada día y compartirlo. No tiene que ser, por supuesto, nada especial ni espectacular. Una película, una charla, una tapa, una lectura, un artículo, una visión, un vistazo, un sueño, una idea, un encuentro, un desencuentro…
Momentos.
Estas cosas, que parecen sencillas, luego se convierten en muy complicadas. En obligaciones que cuesta trabajo, tiempo y esfuerzo ir cumplimentando.
¡Por eso son propósitos, planes y proyectos!
Porque luego, es posible que no se materialicen en nada. O se queden incompletos. O, peor aún, es posible que terminen resultando aburridos, decepcionantes, cansinos, reiterativos…
No lo sé.
La celebración diaria de alguien vinculado con el cine empezó por gustarme un montón, pero luego me vine abajo. Y es otro tema que me gustaría recuperar.
Pero no nos pasemos. De momento, vamos a quedarnos con los Momentos del Día.
Y a ver por dónde nos llevan.
(*) El primero de los proyectos es volver a ver 25 películas, que están aquí detalladas, y hablar de ello. Contarlo, o sea.
Jesús Lens