Imagine que se enamora usted de un artista. De un pintor, en concreto. Imagine que éste es afamado, respetado y reverenciado.
Pero difícil.
Muy difícil.
Imagine que posa usted para su amante.
Y que el resultado es éste.
Si fuera usted George Dyer… ¿cómo se sentiría?
Jesús Lens, impactado tras visitar la exposición del Museo del Prado sobre Francis Bacon.