¿Hay un restaurante indio en tu ciudad? ¿Lo hay cerca del cine al que suelas ir? En Granada, por ejemplo, tenemos el clásico Muglia…
¿Por qué lo digo? Porque, si vas a ver la película “The lunchbox”, es conveniente que reserves para después mesa en el Indio más cercano, dado que la película te va a provocar unas casi, casi irresistibles e irrefrenables ganas de ir a tomarte un pollo tika masala o un cordero vindaloo.
Sí. Una peli india. Que transcurre en la cosmopolita y elefantiásica ciudad de Mumbai, anteriormente conocida como Bombay. Y que transcurre ahora mismo. Hoy. Ayer. Mañana. O sea, que es radicalmente contemporánea.
Todo comienza con una mujer que cocina. Y lo hace siguiendo los consejos de su tía, que la guía a voces, a través de la ventana. Cocina. Y no es una comida cualquiera, la que guisa. O quizá sí. Está cocinando para su marido. Que lleva un tiempo pasando bastante de ella. Que está, pero así como ausente.
Y como a los hombres se les (re)conquista por el estómago, ahí tenemos a la mujer, madre de una niña de unos seis años, esmerándose en una comida que su esposo se comerá… en su lugar de trabajo.
Porque en Mumbai existe un sistema de transporte de comidas tan eficiente que ya lo querrían para sí cualquiera de las cadenas de Tele-Condumio de nuestras ciudades. En este caso, la comida va de la cocina de casa a la mesa de la oficina. Se trata de tener, todos los días, comida casera. Pero casera de verdad.
Ahora bien. ¿Y si un día falla el sistema y esa suculenta comida, preparada con amor, picardía e intención; termina en la mesa de trabajo de otra persona?
A partir de un planteamiento tan sencillo como delicioso, Ritesh Batra dirige una agridulce comedia repleta de momentos que sacan sonrisas, pero también de otros que te dejan congelada esa misma sonrisa en la cara. Porque, como la vida misma, de todo hay en una película que rezuma realismo por los cuatro costados.
A través de la relación epistolar más improbable y sui géneris de la historia del cine, los protagonistas de “The Lunchbox” se descubren, se conocen, se imaginan y se sueñan. Sueñan mucho. Sueñan, por ejemplo, con el reino de Bután, donde la riqueza del país no se mide en términos de PIB, sino de la felicidad de sus habitantes.
Si ahora te digo que los actores protagonistas de la película son Irrfan Khan, Nimrat Kaur, Nawazuddin Siddique, Denzil Smith, Bharati Achrekar y Nakul Vaid; lo mismo te quedas cuajado.
Pero no. No pasa nada por el hecho de que no haya un solo rostro occidental en la cinta. No hace falta. “The Lunchbox” es encantadora y deliciosa tal y como es. Asomarse a un patio de vecindad de la Mumbai del siglo XXI y disfrutar de esos bocados de realidad tan lejanos como contemporáneos es un privilegio. Y si, además, te ríes y te sonríes; mejor que mejor.
Yo no la dejaría escapar.
Jesús Lens