Estoy contento. Tengo que agradecer al por ahora alcalde de Granada, Luis Salvador, el chute de autoestima que me ha inyectado. De repente, soy consciente de que puedo hacer dos cosas a la vez: disfrutar del Corpus y preocuparme por el ayuntamiento de Granada.
Dicen que fue tensa, muy tensa, la rueda de prensa del pasado miércoles. Con un ojo puesto en la Tarasca y otro en la plaza del Carmen, los periodistas que están cubriendo la información municipal amenazan con ahogarse en el proceloso mar de confusión que rodea a la composición del consistorio granadino.
Qué pena, por cierto, que haya terminado el TAT Granada. Los mensajes que no dejan de mandar los representantes de Vox a través de twitter nos obligan a estar continuamente on line. ¡Menudos hilos están montando! Veremos si son de acero o terminan resultando tan frágiles como una tela de araña.
Es complicado seguir la última hora de las ‘negaciaciones’ entre PP y Cs, renegando los unos de los otros como Pedro negó a Cristo. Y aquí es donde radica el problema: ¿cómo piensa gestionar Granada esta gente, junta, después de todo lo que está pasando?
Más allá del sindiós que ahora mismo es nuestro ayuntamiento, ¿cómo puede salir nada bueno del cristo que tienen montado quienes, en teoría, deben ir de la mano para gobernar? ¿Qué confianza se van a tener entre sí personas que no dejan de tildarse públicamente de falsos, mentirosos y traidores?
Entre la gran Granada y la Granada elegida, está la Granada disputada, disparatada y despatarrada. Según Luis Salvador, será el próximo lunes o martes, seguramente, cuando se explique a la ciudadanía el acuerdo de gobierno alcanzado con sus enemigos íntimos. Recalco el ‘seguramente’ siguiendo la estela de Pablo Rodríguez: al ritmo al que avanzan las ‘negaciaciones’, puede ser una maravillosa palabra-comodín.
Por el momento, César Díaz niega que se haya creado ninguna comisión para definir el nuevo gobierno de Granada, acusando a Cs de no cumplir los compromisos adquiridos. ¡Qué tranquilizador! ¡Cuánto optimismo! Dicho lo cual… ¿pasamos a disfrutar del Corpus?
Jesús Lens