Vivir de noche

¿Empezamos la semana hablando de la mejor literatura negra y criminal? Así arranca mi reseña de «Vivir de noche».

¿De qué se trata?

De la noche. Tiene sus propias reglas.

El día también.

Oh, ya lo sé. Pero no me gustan.

Hay novelas que, en cuanto empiezas a leerlas, las estás viendo. Literalmente. Vivir de noche, el último título publicado por Dennis Lehane en la enciclopédica y colosal Serie Negra de RBA, es una de ellas.

Vivir de noche

Los escritores, en las entrevistas, suelen negar la mayor, pero creo que es imposible que a un autor no le influya, a la hora de escribir, el hecho de saber que su novela será llevada al cine, con (casi) total seguridad. Por ejemplo, Vivir de noche, cuya versión fílmica ya está en marcha.

Ojo, a mí no me parece mal que el autor escriba pensando en ponérselo fácil al guionista y director de la adaptación cinematográfica… mientras me mantenga enganchado a las páginas del libro. Y Lehane, por supuesto, lo consigue. Le sobran oficio y talento para ello. Además, sus personajes son poderosos, las situaciones que plantean sus novelas resultan de lo más atractivas y la tensión narrativa que imprime a cada párrafo es extraordinaria.

 Vivir de noche Lehane

El resto lo puedes leer a través de este enlace, que te lleva a una de nuestras páginas hermanas: Calibre 38. ¡Qué no falte entre tus favoritas!

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Cómo matar a una ninfa

Se suele decir que, si te gusta una novela, no quieras conocer al autor. Vayamos a fastidiarla.

Recién terminada de leer “Cómo matar a una ninfa”, publicada por Random, puedo recomendarte y te recomiendo que, además de leerla; hagas lo posible por ir a alguna de las presentaciones que su joven e intrépida autora, Clara Peñalver, está haciendo a todo lo ancho y lo largo de esta España nuestra.

 Jesus Lens Clara Peñalver

Porque Clara, además de ser un encanto, se viene arriba en sus presentaciones, hablando con total desparpajo de los entresijos de su novela, pero sin desvelar nada de su argumento a los potenciales lectores. Es tan sencillo como esto: cuando escuchas a Clara hablar de “Cómo matar a una ninfa”, no solo te llevas la novela a casa, sino que abandonas cualquier otro libro que estuvieras leyendo para sumergirte en la historia protagonizada por Ada Levy.

Levy. Ada Levy.

¿Quién es Ada Levy? Una chica, joven, motera y dura, pero tierna a la vez. Independiente, pero muy necesitada de cariño y comprensión. Y valiente. A veces, hasta la inconsciencia. Pero, sobre todo, Ada es real. Es de verdad. Es de carne y hueso. Es un personaje tan creíble que entra dentro de esa categoría que, para mí, es tan especial y significativa: la de los personajes de ficción con los que me gustaría tomar una Alhambra Especial muy fría.

 como matar a una ninfa

Ada colabora en una pizzería de Granada cuyo dueño, enigmático e interesante, tiene como ocupación paralela y complementaria el investigar los típicos casos que se encargan a los detectives privados: cuernos, infidelidades, bajas laborales, etcétera. Y Ada le ayuda con algunos seguimientos, informes y fotografías.

La trama arranca con un encargo especial: localizar a una modelo muy conocida que lleva días desaparecida. Y ello, en un contexto de terror generalizado ya que un asesino en serie está aterrorizando Andalucía. Un asesino que se pirra, precisamente, por las chicas jóvenes y guapas…

Ada transita por una Granada que, para los nativos, resulta igualmente creíble y bien retratada; pasando por algunos garitos y locales con personalidad, del restaurante de Álvaro Arriaga a la Qarmita o el Alexis Viernes. De la misma manera, cuando tiene que viajar a Córdoba y Sevilla, disfrutamos de sus escapadas. Además, los secundarios de la historia también tienen personalidad propia, algo esencial en cualquier novela que se precie, sobre todo, si tiene visos de convertirse en saga, como ocurre en este caso.

 como matar a una ninfa trailer

Y están las tramas. La primera, negra y criminal. Ya la hemos avanzado. Pero hay una interesante subtrama muy apegada a la realidad y a ese acoso machista que esta sociedad tan aparentemente moderna tiene que seguir soportando, bien entrados en el siglo XXI. Además de un fabuloso viaje por Galicia que…

Que no voy a seguir describiendo. Que te hagas con “Cómo matar a una ninfa” y que la leas, a la voz de ya. Y que así podremos comentarlo, ¿no te parece?

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Soñé con elefantes

Hablemos de libros, ahora que llega el fin de semana. Porque hay que leer. Leer siempre. En nuestra página hermana, el Calibre 38, tenemos la reseña de «Soñé con elefantes», de Ivica Djikic, publicada por Sajalín Editores.

 Soñé con elefantes

Dice así:

Uno de los viajes más complicados que he hecho en mi vida fue a los Balcanes, hará ahora cuatro o cinco años. Un viaje caótico, improvisado, a lomos de trenes que cogíamos por la noche y en los que tratábamos de dormir entre control de pasaportes y control fronterizo. Partiendo de Viena, pasamos por Eslovenia, Croacia, Bosnia y Serbia para terminar en Budapest, antes de volver a casa.

 

El caos.

 

Y eso es precisamente lo que ofrece Soñé con elefantes. Caos. Una narración que avanza y retrocede, que gira sobre sí misma y que apunta en varias direcciones a la vez; que cuenta con varios protagonistas y múltiples puntos de vista.

¿Quieres saber más? Pues date una vuelta por esta maravillosa web y aprovecha para bichear, que hay multitud de temas candentes y apasionantes.

 Calibre 38

Jesús Lens, el Balcánico

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La estrategia del pequinés

No son sus brillantes, brutales y desconcertantes golpes de efecto lo que más me ha gustado de la novela de Alexis Ravelo, “La estrategia del pequinés”, publicada por la editorial Alrevés en su colección de Novela Negra.

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Tampoco es lo bien planteada, llevada y resuelta que está la trama de la novela, lo mejor de la misma. Una trama al estilo clásico, con planteamiento, nudo y desenlace. Tres actos. Y algún flash back. Directo, duro y al mentón. Contundente. Seria narración. De las que te agarran y ya no te sueltan.

Y no. Tampoco son los personajes lo más arrebatador de esta historia. Y mira que son personajes interesantes, diferentes, complementarios y contradictorios. Los hay que te caen cojonudamente, nada más conocerlos y otros que, conforme hacen su primera aparición, ya te están tocando los cojones. Por decirlo suavemente. Los hay a los que te gustaría matar y los hay por los que podrías matar. Literaria y metafóricamente hablando, claro.

Alexis Ravelo

Lo que más me ha gustado de “La estrategia del pequinés” es, por tanto, que mientras la estás leyendo; te crees todo lo que pasa en ella. Te crees la acción. Te crees la trama. Te crees a los personajes. Te crees cómo hablan, cómo visten y cómo actúan. Te crees sus motivaciones, sus actos y sus reacciones. Te crees los garitos por los que pasan, las calles por las que transitan, los apartamentos y las casas en que viven y los polígonos en los que trapichean.

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Y creer lo que lees, cuando lees una novela negra y criminal que tiene un atraco como tema central; es de una importancia capital.

Estos meses estoy trajinando libros muy distintos. Ya lo vais viendo, si sois seguidores asiduos de este blog. Por eso, cuando he pillado una novela pura de género, la he disfrutado largo y tendido, leyéndola en un par de sentadas, evitando cualquier distracción que me apartara de las andanzas de El Rubio, el Palmera, Cora y Sanchís.

Alexis Ravelo, una de las cabezas visibles del noir canario, que está viviendo un momento de esplendor gracias al trabajo de Antonio Lozano, José Luis Correa, Juan Ramón Tramunt o Mariano Gambín; ha escrito una novela que no decepciona a los amantes del género negro y que atraerá a lectores poco habituales del mismo, si es que aún los hubiera, dado su feliz nivel de expansión.

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De hecho, tanto se ha expandido el género que ahora es imposible entrar en una librería y no encontrar decenas de anaqueles repletos de novelas con el sello de “negro”, “policíaco” y/o “criminal”. Por eso, ahora más que nunca, hay que separar el grano de la paja, lo auténtico de la falsificación, la denominación de origen del hecho-en-cualquier-sitio; la calidad del hecho-de-cualquier-manera; la literatura de sabrosa y nutritiva cocción lenta de la insípida y vacua literatura basura.

Y “La estrategia del pequinés” es, indiscutiblemente, una de las novelas negras que hay que leer este 2013.

Jesús Lens, aprendiendo estrategias.

En Twitter: @Jesus_Lens

Últimos días en el Puesto del Este

Fue una tarde extraña. Ya estábamos en pleno verano. Viernes. Julio llamaba a la puerta del calendario. Bajé a la playa. Pronto. Temprano. Antes, salí a correr. Pero la niebla no levantó. Desde la misma orilla, el mar era gris. Del color del mercurio. Amenazante y ominoso. Como un mar del norte. Aunque fuera el Mediterráneo. Como el mar de “La carretera” que fotografió Javier Aguirresarobe para adaptación cinematográfica de la novela homónima de Cormac McCarthy.

La playa de Carchuna. Julio. 2013.
La playa de Carchuna. Julio. 2013.

Hacía frío. Se estaba bien. Escuchando las olas romper sobre las piedras de Carchuna, una de las playas más felizmente ignoradas del litoral granadino. A la vista: nadie. El vacío. Soledad total. Y absoluta.

Empecé a leer.

“Arrecia el frío y aquí, en el Puesto del Este, empiezan a escasear las vituallas. Nueve meses de sitio son mucho tiempo. Ellos siguen ahí afuera, ya casi nunca se les oye, pero podemos sentir su tensión y oímos también las patas de sus perros, las uñas contra la piedra. Su silencio es casi peor que lo otro. El capitán partió a buscar algo, solo eso, algo. Salió sin despedirse para no romper esto que llamamos equilibrio y que sólo es una representación a punto de romperse. Su ausencia resta coraje a la tropa. Afortunadamente, están los niños y eso nos obliga a mantener el ánimo”.

Punto y aparte.

 Últimos días en el Puesto del Este

Un par de horas después, seguía leyendo: “En ese mismo momento yo aproveché para cortarle la cabeza y acabar así con la Bestia y que volviera la paz”.

Punto final.

Hay lecturas que ya nunca podrán olvidar. Mementos Lectori, las llamé una vez. Lecturas que se te quedan grabadas, por siempre jamás. A sangre y fuego. Ésta de Cristina Fallarás, editada por esa editorial guerrillera y francotiradora que es Salto de Página es una de ellas.

 cristina fallaras

No sé si la lectura de “Últimos días en el Puesto del Este” me habría impresionado tanto o la habría disfrutado de la misma manera de haberla leído en otras condiciones. Quizá. Pero la fortuna quiso que las condiciones atmosféricas me ayudaran a sumergirme en la insania de una narración radicalmente despojada de artificios; escrita a cuchillo, cincelada a machete. Una narración áspera y desesperanzada. Y dura. Muy dura. Sin concesiones.

“Últimos días en el Puesto del Este” son cien intensas páginas que no dan tregua. Que nos hablan del aquí y el ahora a través de un mundo que, todavía, está por llegar. Pero que ya asoma sus garras por debajo de la puerta. Un mundo cruel, hostil y despiadado en el que la solidaridad no es sino una ilusión y la esperanza, un recuerdo.

Queda la memoria. Y la supervivencia. Y poco más.

 Cristina Fallarás

Gracias, Cristina, por este hostión. En toda la boca.

En Twitter, nos podemos encontrar: @Jesus_Lens