Golpes tan fuertes

¡Ya ha llegado una nueva entrega protagonizada, nada menos, que por el detective del Zaidín! Y su autor, Alfonso Salazar, ha cometido la osadía de invitarme a que le acompañe en la puesta de largo del libro, el próximo jueves, a las 19 horas, en la Casa de los Tiros, con un invitado de lujo: Lucas Alcaraz, entrenador del Granada C.F.

Golpes tan fuertes

Perdértelo no es una opción. ¿Estamos?

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A ver los 2 de abril de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012

 

Les ruego que me odien

Hoy entregamos a Guillermo Roz el Premio de Narrativa Digital Francisco Ayala, por su novela, «Les ruego que me odien». Voy a hacer una breve presentación de Guillermo, durante el acto. Pero vista la presentación que le hizo Fernando Marías en Madrid, hace unos días… ¿qué puedo decir yo? Además de recomendarte que te descargues (legalmente) el libro y lo leas a través de la página de Musa a las 9, por supuesto.

 

Ya seguiremos hablando…

 

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El silencio de tu nombre

Tuiteaba un día, mientras leía el último y extraordinario novelón de Andrés Pérez Domínguez, que daba gusto poder enfrentarse a una historia en la que su autor no tuviera que preocuparse de cómo inutilizar el móvil del protagonista. Al móvil telefónico, me refiero.

 El silencio de tu nombre

Y es que “El silencio de tu nombre” es una novela que podríamos encuadrar dentro del género “de espías”, si tal género existiera en España. Que existe. Pero que es tan desconocido como una sonrisa en la adusta cara de Mourihno. Eso sí, si hay un maestro en dicho género, desde luego, ese es Andrés Pérez Domínguez, cuya obra sigo con pasión desde que publicó “La clave Pinner”, hará ya… muchos. Demasiados años. (Ve enlazando, desde aquí, para convencerte de esa voracidad, so incrédulo/a)

Creo que solo me falta por leer una de las novelas de Andrés. Y ya tiene un buen número de ellas en su bibliografía. Aunque espero cubrir esa laguna bien pronto, sirva el dato como ejemplo del interés que las historias de este autor siempre me provocan.

 Andrés Pérez Domínguez

Historias que tienen como eje aquellos ominosos años 30, 40 y 50. Años turbios, oscuros, sangrientos, duros y complicados, pero literariamente fascinantes. Años en los que Europa fue el complejo escenario de varias guerras, más allá de la Civil Española y la II Guerra Mundial.

Guerras como las que tuvieron que soportar, en los años 50, Erika Walter y Martín Navarro, quienes pensaban que quizá, solo quizá, podrían vivir en paz, después de haber sobrevivido a la caída y la destrucción de Berlín.

Libra por libra, Andrés Pérez Domínguez es el escritor español que más y mejor documentación maneja sobre aquel período, por lo que la ambientación de sus novelas es, sencillamente, perfecta. Apenas te sumerges en “El silencio de tu nombre”, te encuentras transitando por el frío Madrid de los cincuenta, por la Berlín que se cae a pedazos, al final de la guerra, o por París, nido de espías.

 El silencio de tu nombre resumen

Y, después, están sus personajes. Personajes de esos a los que no solo te crees, sino a los que te gustaría conocer. Aunque tengan su puntillo de cinismo: “…en cuanto Artemio Corona se topaba con alguien capaz de jugarse el pellejo por aquello en lo que creía, esa persona se ganaba su admiración y su respeto. Dejarse matar por una causa perdida podía ser una estupidez o un sinsentido, pero quien era capaz de hacer algo así había nacido con un valor del que él carecía pero admiraba, y no podía dejar de ponerse de su parte”.

Personajes como ese periodista deportivo, amante de las barras americanas y frecuentador de Chamartín: “los periodistas son como los detectives. Siempre acaban metiendo la nariz en asuntos que no le incumben”.

Novelón. “El silencio de tu nombre” es un novelón, más allá de sus seiscientas y pico páginas. Un novelón perfectamente estructurado, con viajes en el tiempo y el espacio que reconstruye una época de nuestra historia no tan lejana. Y que lo hace con el brío de un narrador serio, solvente y comprometido con sus personajes, con sus vidas y con la literatura.

 Andrés Pérez Domínguez firmando

¡Grande, Andrés!

Jesús Lens

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JLE

Yo creo en la importancia de los nombres. Y, desde que leí “Freaknomics”, mucho más. Sobre todo, en lo letal que puede ser ponerle a un niño nombres del tipo “Ganador”, “KevinCostner de Jesús” o “LebrónJames”, por ejemplo.

Por eso, agradezco enormemente a mis padres que eligieran bautizarme con el nombre tradicional de los primogénitos de nuestra estirpe: Jesús. Aunque, en los países anglosajones causa una cierta perplejidad, Jesús es un nombre muy llevadero. Eso sí, en esta Andalucía nuestra, fonéticamente lo mismo soy Hesú que Jezú o, incluso, Eshú.

Jesus Lee

Pero no pasa nada, que siempre nos queda el Carlos, en la reserva. Carlitos, incluso.

Además, ya sabéis que me gustan los acrónimos y las iniciales. Por ejemplo, en cBc de “Café-Bar Cinema” o el ByE de aquel interrumpido “Barras y Estrellas”.

O, por ejemplo, la Triple B. Esa BBB que podría parecer la Calificación de algún producto financiero por parte de una agencia de rating, pero que responde a un concepto mucho más interesante: “Bars, Blues & Básket”; un proyecto vital con un trasfondo viajero, hipotético y futuro: visitar Nueva Orleans, Memphis y Chicago dedicándonos, básicamente, a eso: conocer buenos bares, escuchar buena música y ver buen baloncesto.

Cafe Bar Cinema

Y eso nos lleva a JLE.

Jesús Lens Espinosa.

Me preguntaba hoy mi Cuate que qué planes tenía para el fin de semana.

Y yo se los resumía de forma muy clara: JLE

Jesús Lee.

Jesús va a leer. Y punto.

Sociedad Negra

De hecho, y si me apuras, JLEM.

¡Jesús va a leer… y mucho!

Ya lo decíamos, al acabar la novela de Lorenzo Silva. El mercado editorial se ha teñido de negro y los grandes maestros del género están montando crueles y sangrientas balaceras en los escaparates y las estanterías de las librerías españolas. Andreu Martín, Juan Madrid, el propio Lorenzo Silva, Mariano Sánchez Soler, Francisco González Ledesma. Sin olvidar la monumental novela de espías que tengo entre manos, “El silencio de tu nombre”, de Andrés Pérez Domínguez.

Los hombres mojados no temen la lluvia

¿Qué significa esto? Pues que un servidor, este fin de semana, no está para nada. Para nada más que ver algún partido de básket (¡Hey Baskonia, oé, oé, oé, oe!) correr algo y… ¡LEER! ¡LEER MUCHO Y BIEN!

Nos vemos.

Entre libros.

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La marca del meridiano

¡Vaya año llevamos los aficionados al género negro y criminal! Los grandes premios literarios de este país parecen haberse rendido, definitivamente, al poder de las novelas policíacas y buena parte de los grandes autores españoles del género están copando los titulares de la prensa cultural: Andreu Martín, Juan Madrid, Mariano Sánchez Soler y, por supuesto, Lorenzo Silva. Si a ello sumamos que el inspector Méndez de González Ledesma ha vuelto a las calles de Barcelona… ¡podemos proclamar que estamos de enhorabuena!

 Maestros de la Novela Negra Española

No es momento de reflexionar sobre esta consideración comercial del género negro y policial ni de denunciar a algunos de los culpables de este éxito y brutal popularización, pero el hecho de que “La marca del meridiano”, de Lorenzo Silva, se llevara el Planeta, es la mejor prueba de que lo policial vende, gusta y es demandado por la gente.

De la saga de Bevilacqua y Chamorro lo he leído todo. A estas alturas, seréis pocos los que no sabréis que estos dos personajes son dos guardias civiles adscritos a la resolución de homicidios y que, por tanto, buena parte de la España menos urbana es su demarcación.

 La marca del meridiano

Eso les ha permitido recorrer buena parte de su geografía, peninsular e insular, que aquella noche de charla y descubrimiento bajo las estrellas, en el Roque los Muchachos, marcó un hito importante en la relación de los Guardias. Una relación profesional, personal y emocional, que no amorosa o sexual.

Lo habré escrito todas y cada una de las veces que he reseñado las novelas de Silva con estos protagonistas: la mayor virtud de sus personajes es que son absolutamente normales y corrientes. Dos funcionarios a los que también han recortado las nóminas y que no tienen grandes traumas a sus espaldas ni adolecen de grandes vicios ni tienen que luchar contra tentaciones, fantasmas o devoradores monstruos internos.

No se drogan ni lo han hecho nunca. Al menos, nunca han sido adictos. Ni alcohólicos. Ni violentos. Lo más, un divorcio. Se trata de dos funcionarios con un trabajo que realizar. Un trabajo complicado, exigente y duro. Muy duro. Sobre todo, cuando el cuerpo que aparece colgado de un puente es el de otro Guardia Civil, retirado, con el que Bevilacqua trabajó al principio de su carrera.

Hoy por hoy, no hay en España un escritor que describa mejor y con mayor rigurosidad una investigación policial que Lorenzo Silva: las relaciones entre los investigadores, los forenses y los jueces; las demarcaciones y las competencias de los distintos cuerpos policiales, las escuchas, los seguimientos, las vigilancias, los interrogatorios…

 Lorenzo Silva

Quién espere acción, chutes de adrenalina, ensaladas de tiros y persecuciones a toda velocidad, con “La marca del meridiano” se va a llevar una gran sorpresa: no hace falta nada de eso para disfrutar de una novela que engancha. Una de esas novelas cuyos personajes te acompañan y se hacen querer. Personajes a los que tomas aprecio. Porque te los crees. Porque son de carne y hueso. Porque respiran, sudan, pasan hambre y sed, se enfadan, ironizan, discuten, ríen y, sobre todo, cumplen con su trabajo.

Profesionales. Funcionarios. Gente de a pie que, con su labor diaria, hacen funcionar un país y evitan que todo se vaya a la mierda. Gente que, de esa manera, permite que se haga justicia.

 Novela Negra Española

Y si no has leído nada de la saga de Bevilacqua y Chamorro antes… ¡tampoco pasa nada! Puedes sumergirte en “La marca del meridiano” con total tranquilidad, sin miedo a perderte clave alguna. Silva, sin necesidad de alardes o aspavientos, nos cuenta una historia interesantísima y ha construido una novela excelente, a la altura de sus personajes.

@jesus_lens

A ver los 6 de febrero de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012.