¿QUÉ LEO? ¿QUÉ LEES?

Acabo de terminar el segundo libro de la trilogía Millenium, de Stieg Larsson. A la espera de que llegue la tercera, el 18 de junio, no sé qué leer. Es decir, este fin de semana voy a leer estos dos tebeos. Después de recomendar vivamente «Las cenizas de Bagdad» y de recordarles que apunten ESTA CITA en su agenda.

Pero ¿a partir del lunes? ¿Cómo nos sobreponemos al horror del Corpus? Barajo estos cinco títulos. Pinchando en las imágenes, más información de cada una de las novelas. ¿Cuál me recomendáis de los cinco? ¿Cuál leerías?

Item mas: ¿QUÉ ESTÁS LEYENDO/VAS A LEER ESTOS DÍAS? ¿QUÉ TE PARECE? ¿TE ESTÁ GUSTANDO? ¿LO RECOMIENDAS?

LAS CENIZAS DE BAGDAD (Y UNA CITA PARA SU AGENDA)

Permítanme que haga una reseña distinta, diferente y a contracorriente de esta estupenda y portentosa novela de Antonio Lozano, un autor al que ya conocen ustedes bien no sólo por las novelas que ha escrito y que hemos reseñado habitualmente en esta bitácora, sino también porque es un buen amigo con el que hemos tenido ocasión de compartir viajes, tragos, charlas, confidencias, proyectos y sueños.

 

La editorial Almuzara acaba de publicar su última novela, «Las cenizas de Bagdad», que les recomiendo vívida y fervorosamente.

 

En primer lugar, porque como ocurre en todas las novelas de Antonio, los protagonistas son esas personas vapuleadas por la vida cuya existencia es dura, difícil y complicada. Pero no se resignan. Son orgullosos, fuertes y con carácter. Personas para las que la dignidad está por encima de cualquier otra cosa.

 

El protagonista de «Las cenizas de Bagdad» es Walid, militante del partido comunista de Irak que, no siendo del agrado del régimen baazista de Sadam, será torturado en una de sus cárceles para, después, iniciar un largo y doloroso periplo que le llevará a Irán, Marruecos y, finalmente, España.

 

Si habéis leído «Harraga» y «Donde mueren los ríos» ya sabréis que Antonio Lozano narra, como nadie, el desgarro y el drama que supone tener que emigrar por obligación. Sea huyendo del hambre, la miseria y la falta de oportunidades o sea, como este caso, exiliándose por culpa de las creencias políticas; la pesadilla de la emigración tiene en Antonio a su más sensible y reconocible cronista.

 

«Las cenizas de Bagdad» cuenta, además, con otro interesante aval, en el que quiero incidir especialmente: está basada en hechos reales. Y cuando utilizo esa muletilla, no me refiero a que el autor ha investigado algún aspecto de la historia y ha rastreado por Internet algunos datos. No. En este caso, Walid existe. Es una persona real. De carne y hueso. De hecho, se llama Waleed Saleh y vive en Madrid.

 

Así las cosas… ¿habrá sabido captar Antonio, realmente, la esencia de la historia de Waleed? ¿Habrá exagerado? ¿Se habrá quedado corto? ¿Hasta que punto ha sido capaz de reflejar, en su novela, los miedos, las ambiciones, las esperanzas y el sufrimiento de Waleed?

 

Pues, amigos, el día 24 de junio, miércoles, en el Teatro Isidoro Máiquez del Nuevo Centro Cultural de CajaGRANADA, dentro del que va ser apasionante I Encuentro de Literatura de Viajes, dirigido por Pedro Enríquez, tendremos la ocasión, tan singular como especial, de escuchar al autor de la novela y al protagonista real de la misma, sentados en la misma mesa.

 

Hace unos días ya les avisaba para que se reservaran esa fecha en su agenda. ¿Se acuerdan? Pues vuelvo a reiterar ese llamamiento. A las 19.30 horas, un servidor tendrá el inmenso placer y el orgullo de charlar con Antonio Lozano y con Waleed Saleh sobre «El viaje de la inmigración» y las relaciones entre la literatura y la vida, el exilio y el viaje por obligación para la supervivencia.

 

Pero no se vayan todavía, que aún hay más.

 

Después de nuestra charla, Javier Reverte, uno de los maestros de la literatura de viajes españoles, nos hablará sobre «Literatura de viajes. Conocimiento y descubrimiento».

 

En serio, ¿se lo van a perder? Seguro que no. Pocas veces tendremos una oportunidad como ésta para conocer, de cerca, las relaciones más íntimas entre la realidad y la ficción.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.         

PERO SIGO SIENDO EL REY

Si ustedes son seguidores habituales de este Blog ya conocen mi debilidad por Carlos Salem, cuyas novelas «Camino de ida» y «Matar y guardar la ropa» (recientemente galardonada con el Premio NOVELPOL a la mejor novela policíaca del 2008) constituyeron dos de los grandes hitos literarios del pasado año. Por eso, si están ustedes tristones, deprimidos, asténicos o hasta los cataplines de la crisis, vayan a su librería de cabecera y háganse con lo nuevo de Carlos Salem: «Pero sigo siendo el rey».

 

Ya sabrán que tuve ocasión de disfrutar de un borrador de esta novela que ahora comentamos, «Pero sigo siendo el Rey», que leí y comenté a la vuelta de aquel revelador viaje por Damasco y el Líbano, la pasada Navidad, en el Post que titulamos, precisamente, «Sigues siendo el rey». ¡Cuánto bien me hizo aquel puñado de folios, en las largas noches damasquenas!

 

Han pasado unos meses y la editorial Salto de Página acaba de publicar, esta primavera, la versión repasada, pulida y depurada de la novela de Salem, lo que nos ha dado la oportunidad de volver a disfrutar de una historia delirante, descacharrante, refrescante y desbordante de imaginación y radicalmente actual. (Si quieren una presentación, en vídeo, PINCHEN AQUÍ)

 

Si hay una cosa que estos meses de crisis galopante está dejando muy clara es que, para entender la realidad de las cosas y para hacer crítica social, nada mejor que el humor. Siempre y cuando, sea inteligente, por supuesto.

 

Carlos Salem es uno de esos escritores urbanitas que viven en la calle, van a los bares y hablan con la gente, manteniendo el contacto con la realidad, por lo que podemos estar seguros de que todo lo que cuenta en su fantástica novela está (o podría estar) basado en hechos reales.

 

Por ejemplo, la fuga del Rey.

 

Porque la novela arranca con un encargo muy especial que le hacen al detective José María Arregui, su inefable protagonista: buscar a Don Juan Carlos de Borbón, que se ha fugado, dando esquinazo a sus guardaespaldas, sin que nadie sepa dónde se encuentra y que sólo ha dejado tras de sí un enigmático mensaje: «Me voy a buscar al niño. Volveré cuando lo encuentre. O no. Feliz Navidad.»

 

Y es que, efectivamente, la Navidad se acerca. La desaparición de Su Majestad se mantiene en secreto, pero una amenaza terrible se cierne sobre el país: ¿qué pasaría si llega el 24-D y, a las 9 p.m., no apareciese la regia imagen en todas las pantallas de televisión, pronunciando las célebres palabras «Constituye para la Reina y para mí motivo de orgullo y satisfacción…»?

 

Pero Arregui es un tipo listo y sabe dónde buscar. Lo malo es que convencer al monarca de volver a la Zarzuela no será tan fácil. Además, alguien intenta acabar con él, lo que obligará a Arregui y a Juan Carlos a realizar un sorprendente periplo por la España profunda. Una España tan surrealista como la que nos contara José Luis Cuerda en la memorable «Amanece que no es poco».

 

Si decimos que los personajes se convierten en un trasunto de Don Quijote y Sancho, nos podríamos poner muy serios y academicistas, pero la verdad es que Arregui y Don Juan Carlos recorren los caminos de España desfaciendo entuertos y chocando con las situaciones más aparentemente inverosímiles que, sin embargo, sabemos que son reales y ciertas, pues las hemos leído en la prensa de estos últimos meses. En serio, ver a Don Juan Carlos convertido en un decidido hombre de acción, es todo un lujo.

 

Además, en «Pero sigo siendo el rey» aparecen algunos de los más queridos y entrañables personajes de las anteriores novelas de su autor, como Soldati y Octavio. Un compendio del mejor talento de Carlos Salem, quintaesencia de su mejor y más depurado estilo, repleto de personajes proteicos e inolvidables.

 

Estamos ante una de esas novelas que son una gozada, de las que fastidia que se vaya acabando y cuyas últimas páginas vas leyendo con cuentagotas, en un postrer intento de prolongar y alargar el placer lo máximo posible.

 

Permítanme que termine con una de las frases que ya hemos utilizado, hablando de este libro: Si España fuera un país serio e inteligente, «Pero sigues siendo el Rey» se encaramaría a lo más alto de la lista de los best seller de este país.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

PD.- Una pregunta: ¿hay personas interesadas en hacerse con ejemplares firmados y dedicados por el autor de esta novela?        

GARDEN OF LOVE

Para los Cuaversos de hoy, hablamos de un libro muy singular, en que este poema, desasosegante, juega un papel esencial.

 

So I turn´d to the Garden of Love

That so many sweet flowres bore

And I saw it was filled with graves (*)

 

 

William Blake

 

 

Rara. Muy rara, pero extrañamente fascinante esta novela, «Garden of love», de Marcus Malte.

 

Vale.

 

Ya he empezado la reseña. Pero ahora… no sé qué más decir. Me voy a dar una vuelta, a la nevera, a echar un buchito de agua, a ver qué se me ocurre.

 

Ya.

 

A ver. «Garden of love» cuenta una compleja historia, con multitud de puntos de vista, en que cada página es como la capa de una cebolla, que hay que ir quitando para llegar al meollo de una historia de sexo, locura y violencia de lo más turbador.

 

Bien.

 

Vamos avanzando.

 

El comienzo, espectacular. Durísimo. Con una chica recibiendo a un grupo de marineros para tener un encuentro sexual de alto voltaje. Sexo duro. Bondage. Y,  a partir de ahí, cambios espacio temporales, personajes que aparecen y desaparecen, encuentros y desencuentros… todo ello a través de una construcción literaria primorosa, en que cada página, cada línea, encaja como un guante en la estructura general.

 

Cada personaje que aparece, cada frase que pronuncia, cada pistola que saca… todo ello tiene un sentido que, al principio, no se adivina. Así, mientras lees «Garden of love», te encuentras aparentemente perdido. Como dentro de una película de David Lynch.

 

Y por eso es tan difícil hacer esta reseña y ando removiéndome, inquieto, en el sofá. Porque si digo algo de más, puedo reventar la trama. Si hablo de los personajes, sólo puedo equivocarme. Y equivocarles. Y mira que los personajes son atractivos…

 

«Garden of love» es una novela en que cada página se lee como un relato independiente, primorosamente rematado. Y, después, cada «relato» acaba teniendo su importancia dentro del conjunto, dando lugar a una novela atípica en que lo oscuro, lo sórdido y lo enfermizo muestran una inusitada y sorprendente capacidad de atracción.

 

Permítanme que termine aquí esta reseña y que vuelva a la fresquera a beber otro trago de agua fría. Que este «Jardín del Amor» da mucha, mucha sed.  

 

(*) Entonces me volví hacia el Jardín del Amor

Que llevaba tantas flores exquisitas

Y vi que estaba lleno de tumbas.