La comunicación y el humanista del siglo XXI

Hoy publico mi columna de IDEAL mientras que la Asociación de la Prensa de Granada celebra sus elecciones, a la que concurren dos candidaturas repletas de excelentes profesionales. Hoy, en Granada, quien gana es el buen y más comprometido periodismo. ¡Enhorabuena! Y ahora…

Hace unas semanas, invitado por Esteban Romero Frías (Síganle en Twitter como @polisea ) a participar en las Jornadas de Ciencias Sociales y Humanidades Digitales de la Universidad de Granada, organizadas por este Co-laboratorio sobre culturas digitales en ciencias sociales y humanidades, que deberían ustedes seguir; tuve ocasión de reflexionar en voz alta sobre cuestiones como el papel de los intelectuales en la sociedad de la información, la banalización de la cultura o los cambios en la forma de comunicar, comunicarse y relacionarse a través de las redes y de los medios digitales. (A este tema le dediqué hace unos meses esta columna: Neocomunicación)

 Humanismo Digital

La primera aseveración: lo que no se comunica no existe. Eso no quiere decir, ni muchísimo menos, que haya que comunicarlo todo, lo que entronca con el espinoso y siempre conflictivo tema de las Redes Sociales: ¡qué necesario resulta distinguir entre la comunicación y aquello que Tom Sharpe tituló en una de sus novelas como “Exhibición impúdica”!

 Humanismo impúdico

Sin embargo y por muchas Autopistas de la Información que se hayan abierto, comunicar con sentido y efectividad no es fácil, máxime en estos tiempos confusos en los que la reducción, recortes y mengua de los medios tradicionales han venido acompañados de un inusitado auge de otros muchos medios y formas de comunicar. Ello nos obliga a adaptar los contenidos a los diferentes formatos, reforzando la máxima de McLuhan: el medio es el mensaje, hasta el punto de que, por ejemplo, personas muy buenas manejando Twitter no terminan de adaptarse a Facebook. Y viceversa. (Ejemplo del uso de Twitter, en esta columna sobre La Nueva Comunicación)

 Humanismo McLuhan

Y de todo ello, una nueva obligación: la de hacer un continuo ejercicio de actualización y aprendizaje, dado que los medios y los canales de comunicación cambian y evolucionan a una velocidad vertiginosa. Sin ir más lejos, Bigas Luna sostenía que los analfabetos del siglo XXI serían quienes no supieran contar una historia a través de imágenes filmadas. Y es muy posible que el abrasador éxito de Youtube le haya dado la razón.

Otra cuestión interesante es si el humanista y el intelectual del siglo XXI puede desarrollar su labor de aprendizaje y reflexión ajeno a los medios digitales y, directamente relacionada con ella, si el uso de los mismos conlleva el riesgo de propiciar una banalización y empobrecimiento de argumentos y contenidos y, por tanto, una merma intelectual y cultural de la sociedad.

 Humanismo analfabeto

En mi opinión, excepción hecha de algunos gurús de los tiempos analógicos, si el intelectual del siglo XXI quiere tener predicamento, presencia e influencia, no debe mantenerse al margen de los medios digitales ni de los nuevos canales de comunicación. La Red es una prolongación de la vida y la obra del humanista y el intelectual, para resultar creíble, ha de ser un modelo de ejemplaridad pública y de compromiso personal: no solo debe hablar, escribir y comunicar. También tiene que actuar, hacer y predicar con el ejemplo. Y, lo que es más importante, a través de la reflexión y de su actuación, el intelectual tiene que convertirse en catalizador; consiguiendo que otras personas pasen a la acción y se conviertan en motor de cambio, avance y mejora del mundo en que vivimos.

Jesús Lens

Firma Twitter

Neocomunicación

Hoy, en IDEAL, hablamos de esa Neocomunicación que comentamos en este artículo. Creo que es importante seguir reflexionando sobre la comunicación del siglo XXI, en sus diferentes modalidades.

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La frase es:

«No es lo mismo saber lo que pasa que estar informado«.

Y, a partir de ahí, Redes Sociales, Foros, etc.

¿Cómo ves tú esto de la neocomunicación?

TAT Granada

¡Hablamos!

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Nueva Comunicación

Me tengo por un achantado tecnológico que voy a rebufo de la modernidad. Y a las pruebas me remito: aún manejo una Blackberry y hago fotos y grabo vídeos con el iPad, sintiéndome un dinosaurio, torpe y aparatoso… Pero hago lo que puedo y trato de reciclarme.

 TAT Granada

Por ejemplo, soy uno de esos que han tardado en entender que LinkedIn no es (solo) una Red Social para buscar trabajo a través de Internet, sino también y sobre todo, un foro de encuentro para profesionales que quieren saber qué pasa en sus ámbitos laborales, que proponen y organizan debates y discusiones constructivas sobre temas de su actualidad profesional y, por supuesto, que comparten información.

Compartir.

Compartir es la clave que cualquier Red Social. De hecho, es lo único que le da sentido.

Por eso me sorprendió, hace unos días, que un amigo me preguntara por el Twitter. Que qué era y para qué servía. Mi amigo había visto que la compañía iba a salir a Bolsa, en Estados Unidos, y que su valoración rondaba los 10.000 millones de dólares. ¡Una pasta, tú! Y le hizo pensar que, lo mismo, el Twitter servía para algo más que para cotillear.

 twitter

Vuelvo a insistir: la clave de Twitter es COMPARTIR. Información. Contenidos interesantes. Cosas curiosas. Opiniones relevantes. Hay quién lo utiliza para insultar y armar follón. Igual que un pirómano utiliza el fuego para destruir, y no para calentar, iluminar o cocinar. Com-par-tir. Esa es la clave. Cuánto mejores contenidos compartas, cuánto más interesantes sean, más seguidores tendrás.

Si usas Twitter nada más que para mostrar lo guapo que eres tú, lo guay y lo molón que eres y lo chulo e interesante que es tu negocio o empresa; la gente pasará de ti. Y punto. Es así de sencillo: si tu Timeline de Twitter no ofrece contenidos interesantes, variados y útiles; es una pérdida de tiempo. Y te convertirás en parte del paisaje.

Pero, sin embargo, si no estás en Twitter, si no lo usas; estás fuera de la Comunicación. Estás obsoleto. Anquilosado. Muerto.

Antes, para conocer la opinión sobre algún tema, había que esperar a leer los periódicos. O, al menos, a escuchar las tertulias. Las de la radio, las de la tele y, fundamentales, las de la barra del bar. Ahora, todo está en Twitter… si sabes cómo usar las Listas y manejar los Hashtags; obviamente.

 twitter cerebro

Y luego está, sencillamente, el acceso a la información. Evidentemente, la famosa frase de Felipe González de “me enteré por la prensa”, hoy, carece de sentido. Enterarse de algo por la prensa, hoy, es estar fuera de juego. Por no servir, ya no sirven ni las alertas de Google, que podían parecer lo más de lo más. Hoy, lo que pasa, pasa en Twitter. Y en Facebook. Y, o estás y participas, o no te enteras.

Que no digo yo que tenga que gustarte. Pero que es así. Es un hecho. Objetivo. Todo lo que pasa en el mundo, el primer sitio en que aparece reflejado en el Twitter.

Ojo, eso no quiere decir ni que todo lo que pone Twitter sea verdad (de hecho, una de las “gracias” de dicha Red Social es “matar” a personas famosas, de forma que las falsas muertes de Will Smith o Justin Bieber se convierten rápidamente en Trendic Topic) ni que sea posible estar informado gracias a flashes de 140 caracteres.

 twitter pájaro

Por eso, una de mis máximas, en defensa de un periodismo serio, riguroso y profesional; es que no es lo mismo saber lo que pasa que estar informado.

Para estar informado tienes que ver, leer, escuchar, preguntar, contrastar, reflexionar, debatir, discutir y escribir.

Pero, para saber lo que pasa, tienes que estar en Twitter, Facebook o LinkedIn. Que no es suficiente. Pero sí es necesario.

Al menos, en el mundo de la Comunicación 20.13.

¿O por qué crees que todas las webs de todos los medios de comunicación han puesto los logos de las redes Sociales, en cada noticia? No. No es porque quedan bonitos ni sean molones…

Antes, compartir una noticia era sencillo: copiabas el link, te ibas a www.tinyurl.com , la comprimías, lo ponías en el Twitter o en el Facebook, copiabas y pegabas el titular y enviabas. Que así escrito parece complicado, pero que tardabas apenas 20 segundos.

Ahora, compartir una noticia no es que sea sencillo. Es que es algo automático: te acercas al Icono con el ratón, haces Click y… ¡voilá! Ya está compartido. On line. En la Red.

 twitter ciudad

De ti depende, eso sí, que lo que compartas sea interesante, atractivo, curioso, divertido, variado… Pero de todo eso ya hemos hablado, ¿verdad?

Pues venga. Que las Redes están ahí. Esperando a que las eches, con arte y gracejo, a ver lo que pescas. Que hay auténticos tesoros en el océano internauta, esperando a ser descubiertos.

Y compartidos.

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens