Eso debió pensar el gabirro, al enterarse de que le había tocado una entrada gratis para un parque de atracciones de Sevilla, a disfrutar a finales de junio. Y a esta triste historia dedico hoy mi columna de IDEAL.
Y mira que el hombre -aunque nos empeñemos en lo de “jóvenes”, a los 23 años ya somos hombres hechos y, en teoría, derechos- se pondría la mar de contento al enterarse de lo de la entrada gratis. ¡Un sábado de montañas rusas y atracciones acuáticas, en Sevilla! Como para dejar pasar la oportunidad. ¡Para una vez que toca algo… bueno!
Lo malo era lo del perro. Un bulldog francés. Que mira que mola, el chucho. Pero que a ver qué hacía con él, aquel sábado 25 de junio. Porque a Sevilla iba a ir, sí o también. ¿Dejarlo dentro de la casa? ¡No! Que se mearía y se cagaría y olería fatal y daría mucho asco. Mejor dejarlo en la terraza, que luego es más fácil de limpiar. Un poquito de pienso, el cacharro de agua y listo. Total, va a ser solo un día…
Solo que ese día hizo calor. Mucho calor. Y la solana se cebó con la terraza. Y con el perro. Que empezó a ladrar y ladrar, cada vez con mayor desesperación. Y con menos fuerzas. Porque el calor hacía mella. Y no tenía una mísera sombra bajo la que cobijarse.
Me imagino al pobre animal, gimiendo y jadeando, cada vez con más ansiedad. De pie, primero. Llamando a su amo. Pidiéndole ayuda. Tumbado, después, entre estertores, sintiendo cómo la vida se le escapaba, sin acabar de comprender qué había pasado y por qué le habían dejado allí tirado.
Mientras, el dueño del can estaba pasándoselo cañón en Sevilla, sintiendo el vértigo y la adrenalina de las diferentes atracciones en las que se iba montando. ¿Pensaría en algún momento en su perro? ¿Se le ocurrió preguntarse cómo estaría?
No sé cuál sería la reacción del hombre al volver a casa y encontrarse al perro muerto y él, detenido por la Guardia Civil, que el artículo 337 del Código Penal tipifica como delito el maltrato animal. Tampoco sé qué condena le caerá al afortunado gabirro y qué pena tendrá que cumplir, pero la lección que saque de todo este episodio será muy cara. Que la muerte de ese perro, en su conciencia quedará. Por siempre jamás.
Jesús Lens