Ayer fue día de Cuaversos. Les dejo este Haiku de Je-zú Len:
Sienes cargadas
Estalla la cabeza
Es la resaca
Sí, la noche fue tan estupenda, que el día ha resultado devastador. Hacía tiempo, pero tiempo, que no me ponía tan malo. En fin. Mis colegas se están distribuyendo para cenar, unos más cerca, otros más lejos, pero yo no salgo.
Será difícil, así las cosas, que les pueda comentar mucho de Beirut. Al menos, del turístico. De Beirut la Nuit algo más puedo hablar 😉
La noche empezó complicada. El taxista nos llevó a tres de nosotros a un sitio raro, que no era el Club Ray en que habíamos reservado. Y el meeting point elegido por si nos despistábamos, un club llamado Cuba Libre, resultó haber cerrado. Vuelta al hotel en otro taxi, dado que Daniel llevaba la línea libanesa de móvil y no podíamos hablar con él y vuelta a intentar dar con el Ray.
Lo encontramos. Pero se trataba sólo de beber. Y queríamos comer. Así que nos fuimos al Red Carpet. En teoría, había comida. Pero ya eran pasadas las once de la noche. A todo esto, la zona estaba llena de pubs, clubs, bares… el centro de Beirut es bien fashion y cool. Unos cochacos de impresión y las chicas, además de ser una belleza, iban bien maqueadas. No todas las noches es 31.
Nos pusieron en una mesa a los seis, nos llevaron sushi y una botella de Chivas. Pedimos vino, pero como no llegaba, engullimos el pescado con escocés. O lo que quiera que sea el Chivas. Que sólo de escribir ese nombre me pongo malo. O peor, quiero decir. Cuando se acabó el sushi y el reloj corría hacia la medianoche, llegaron unos quesos para untar y jamón cocido. Y el vino. Pero no vinieron cubiertos. Aún así, echamos el queso en el pan, usando los palillos de madera.
A las doce (más o menos) nos dimos nuestras propias campanadas, nos comimos las uvas, brindamos con el Chivas y unos minutos después, el DJ puso unos cánticos misteriosos, que desgranaban la cuenta del diez al cero. Champán, abrazos, besos y la música morangui a todo trapo. Y más Chivas. Fíjense que apenas pasaban de las 12 y, sin que nadie me estuviera apuntando a la cabeza con un kalashnikov, ¡¡¡estaba bailando!!! Bueno, o moviendo el esqueleto, quiero decir. Hasta un Chesterfield me fumé, para saludar al nuevo año.
A decir de mis amigos, bailé, bebí, tomé chupitos, estuve cerca de una guapa chica libanesa… dicen. Porque yo no me acuerdo de nada de todo ello. Sólo recuerdo un teléfono sonando, yo en la cama y a Daniel diciéndome que era tarde y que me estaban esperando. Me senté en el bus… y me quedé traspuesto hasta las cuatro de la tarde. Me dicen, para mi tranquilidad, que no hice nada de lo que tenga que arrepentirme. Lo que, efectivamente, me deja muy relajado.
Y no es que ahora esté mucho más católico. Me tomé una coca cola y media pizza y me vine al cuarto. Vaya comienzo de año. Y eso que me había prometido un 2009 recoleto y cartujano. Bueno, algo sí he llegado a pasear por Beirut. La zona de la Línea Verde que separaba el Beirut Este del Oeste durante la guerra civil. Pero de todo ello hablaremos mañana.
Que no puedo con mi alma y me voy a dormir.
Buenas noches. Sean felices.
PD.- Mañana, mi columna de IDEAL debería saltar automáticamente a esta página. Espero que así sea y les guste.