¡En pie! Blacksad ha vuelto por todo lo alto

De que me iba a gustar no albergaba la menor duda. La incógnita era saber si me iba a gustar todo lo que esperaba que me gustase. Porque las expectativas, el llamado hype, estaban por las nubes.

Blacksad ha vuelto. ¡Y cómo ha vuelto! Los aficionados y fans irredentos llevábamos esperando desde 2013 el retorno de uno de los personajes fundacionales del cómic español contemporáneo, un icono del noir que ha elevado el género negro a sus cotas más altas. Ocho largos de espera que, por fin, se han materializado en la primera parte de ‘Todo cae’, el sexto álbum de la serie publicada por Norma Editorial.

Sus autores, Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, estarán el próximo sábado en Granada para presentar esta joya, esta nueva obra de arte con la que han vuelto a dejarnos estupefactos. Será a las 18 horas en la librería Cómic Store. Si quieren llevarse el álbum dedicado, les aconsejo que vayan a pedir el número correspondiente, que se regala con la compra del álbum.

Ustedes pueden pensar que estoy exagerando en mis halagos. A fin de cuentas, Juanjo y Juan son el V Premio Granada Noir y, por tanto, cómplices y amigos. Les aseguro que no. Que todo adjetivo calificativo de corte superlativo se queda corto. Y ya les digo que, con las expectativas más altas que el mismísimo puente de Queensboro, el riesgo del “pues no ha sido para tanto” era enorme.

No les voy a contar nada de la trama de ‘Todo cae’. Solo les diré que, como en otras entregas de la saga de Blacksad, las artes y las letras se entrecruzan con los intereses económicos de las élites más poderosas en una dialéctica muy compleja. Como la vida misma.

Lo bueno de tener un nuevo Blacksad en las manos es que, tras una primera y acelerada lectura, ansiosa y nerviosa por llegar a su (no) final; me he dado el gustazo de releer las cinco entregas anteriores para, con más calma y sosiego, recrearme en los detalles de ‘Todo cae’. ¡Y qué gustazo, oigan! ¡Qué despliegue de arte y talento!

La vuelta a Nueva York de John hace que la ciudad sea una de las grandes protagonistas. Una ciudad en plena transformación que disfrutamos a ras de tierra, desde sus alturas más vertiginosas y en su versión subterránea. ¡Y a través de sus bares, restaurantes, tugurios y garitos!

Los personajes secundarios vuelven a ser un lujo. No he contado cuántos hay, pero cada uno de ellos sirve para tirar de las subtramas que enriquecen la narración, de la dialéctica entre el llamado ‘nuevo periodismo’ y el tradicional a la importancia del transporte colectivo.

Mi amado Weekly, un trasunto del gran Weegee del que les ha hablado otras veces, aquí por ejemplo, vuelve a ser parte central de una trama en la abundan los personajes contradictorios, como el asombroso Kenneth Clarke, un murciélago que no está claro si es más pájaro que rata o viceversa (no es baladí esta dicotomía); o el trágico Shelby, una gaviota llamada a depararnos grandes y dolorosos momentos en la segunda parte de ‘Todo cae’, que ya esperamos con ansia.

Si la historia desarrollada por Juan Díaz Canales es prodigiosa, ¿qué decir de ese mago de los pinceles que es nuestro paisano Juanjo Guarnido? Los luminosos azules de las alturas se dan la mano con los ígneos naranjas subterráneos, como si de la Fragua de Vulcano se tratara. Y ojo al traje verde del Blacksad más campestre: puede marcar tendencia.

Estoy emocionado. Tras ocho años de espera, ha vuelto Blacksad. Y lo ha hecho a lo grande y por todo lo alto. Ya tardan en comprar ‘Todo cae’. El sábado lo comentamos en vivo y en directo con sus autores. ¡No dejen pasar la oportunidad!

Jesús Lens

Contrapaso, uno de los cómics del 2021

En un momento de la investigación que llevan a cabo los protagonistas de ‘Contrapaso. Los hijos de los otros’, el portentoso cómic escrito, dibujado y coloreado por Teresa Valero; asistimos al siguiente diálogo:

—Gracias por recibirme, doctor. Investigo la muerte de Rosa Saura. Creo que usted la conocía…

—¿Investigar? ¿Eso no lo hace la policía?

—Pues no siempre. No señor.

Una sola viñeta le basta a Teresa Valero para subvertir el orden establecido y, desde el punto de vista de dos periodistas de Sucesos del diario ‘La Capital’, conducir al lector a través de una investigación apasionante, inquietante y, por momentos, aterradora.

Sé que es muy osado, tan a principios de año, aventurar algo así, pero tengo el convencimiento de haber leído uno de los cómics del 2021. Negro como la pez. Negro como esa España de mitad del siglo pasado que con tanta brillantez nos muestra la autora.

Una trama policíaca en la que nada es lo que parece, protagonizada por Emilio Sanz, un veterano y desencantado periodista, falangista hasta la médula, pero de vuelta de todo. Así escrito, puede tirar para atrás. Y ahí radica el mérito de este personaje: como señala la propia autora, genera atracción y simpatía a la vez que, ideológicamente, provoca rechazo. La polémica que mantiene con su director sobre cómo tratar la ejecución de un reo ya nos presenta a un personaje llamado a hacer historia.

Junto a Sanz, un joven y prometedor reportero le acompaña en sus investigaciones por las calles de Madrid. Viene de París y su imagen, atractiva, está inspirada por Alain Delon. Y tenemos a Paloma, una dibujante que trata de abrirse camino profesional en las revistas de la época. En este caso, el referente gráfico es Shirley MacLaine.

De su mano conocemos la redacción de un periódico como los de antaño y los bares y cafés de la época. Las casas de las personas más adineradas y las chabolas de las más pobres. Y las calles de Madrid. Sus edificios, vehículos y comercios. Un conocimiento minucioso y preciso, que la labor de documentación de Teresa Valero, sin lastrar las viñetas con su peso, nos permite recuperar un tiempo perdido y demorarnos en la contemplación de aquella España que alguna vez fue.

La historia es densa y con múltiples capas. Toca muchos y muy diversos temas a lo largo de sus 152 exuberantes páginas. De forma más o menos disimulada, en escena aparecen algunos de los psiquiatras más reconocibles del franquismo, como Vallejo-Nágera. Y por el subtítulo del álbum, ‘Los hijos de los otros’, ya se pueden imaginar qué otro hilo narrativo cose este ‘Contrapaso’.

La idea de Teresa Valero era basarse en ‘El Caso’, aquel semanario especializado en la crónica negra y la nota roja, siempre al borde de la censura. Al filmarse la serie televisiva que ficcionaba su historia, la autora desechó esa opción y se quedó con los periodistas de Sucesos de un diario convencional.

Cuatro largos años de un trabajo minucioso y primoroso han fructificado en un álbum que acaba de ponerse a la venta. En la tradición de la mejor narrativa gráfica negro-criminal, ‘Contrapaso’ es una obra maestra de lectura obligatoria para los amantes del noir, los amantes del cómic… y los amantes de la belleza. Un tebeo que es una oda al diálogo y a la capacidad de reconciliación de personas que piensan de forma diferente. En estos tiempos de polarización extrema, da gusto leer algo así.

Les aconsejo que se hagan con un ejemplar de la primera edición. Teresa Valero ya está trabajando en la segunda entrega de una serie con visos de convertirse en un clásico instantáneo. Cómprenlo por el disfrute de leerlo, claro, pero también porque de aquí a no mucho tiempo, una primera edición de ‘Contrapaso’ valdrá su peso en oro. Luego no digan que no avisamos.

Jesús Lens

Leer el Día de las Librerías

Siempre he defendido que el columnista que escribe sobre el Día Internacional de cualquier cosa que se celebre ese día, o es flojo, o estaba en blanco y recurrió a la inspiración inducida, convirtiendo en musa al calendario. Dicho lo cuál, procuro no fallar ningún año a esta cita con el Día de las Librerías, aunque caiga en amenazador viernes 13.

Como todo lo que ocurre en 2020, este año también será rara y diferente la celebración del día dedicado a uno de mis establecimientos favoritos, junto a los bares. Mentiría si les dijera que hoy pasaré por mis librerías favoritas para pasar tiempo en su interior, bicheando entre los anaqueles. Aunque están abiertas por haber sido consideradas un servicio esencial, hoy me quedaré en casa y aprovecharé para leer.

Estas últimas semanas he ido varias veces a mis librerías de cabecera, sobre todo por las mañanas, aprovechando la libertad de horarios de esta vida entre seminómada y semiconfinada. Y me he hartado de comprar, claro. Mucha novela policíaca y varios títulos relacionados con la gastronomía, los viajes y la naturaleza. Y con el cine, por supuesto. Y algo de ciencia y filosofía, también.

La mayoría de esos libros siguen en sus bolsas, esperando ese confinamiento que, de facto, ya está aquí. Las iré abriendo poco a poco, sacando los libros para ojearlos y hojearlos despacio antes de colocarlos en su estantería correspondiente. O en mi mesa de trabajo. O en la mesilla de noche. ¡A saber dónde acaba cada uno de ellos!

También seguiré pidiendo nuevos títulos, claro. Pero a través de güasap o por correo electrónico. Ahora no toca pasar mucho rato en ningún sitio que no sea nuestra casa y a mí, en las librerías, me gusta demorarme y ‘perder’ mucho tiempo, charlar con los libreros, mirar, buscar, encontrar y seguir remirando.

Si la festividad de Halloween está enraizada en la tradición celta del Samhain, cuando se celebraba el final de las cosechas y la oscuridad de las largas noches; la terrible situación en que nos encontramos hace que la mejor manera de celebrar el Día de las Librerías sea permanecer en casa y leer el fruto de la cosecha libresca. Y hablar de libros de través de las redes sociales y el Zoom. Anoche, por ejemplo, en el Club de Lectura y Cine de Granada Noir nos entregamos a ‘Laura’, la novela de Vera Caspary y la versión fílmica de Otto Preminger. ¿Y usted, estimado lector, qué está leyendo?

Jesús Lens

Por fin llegó el Buscón

Hoy es el día, soñado y anhelado durante tanto tiempo. Hoy, por fin, se pone a la venta en las librerías de toda España el Buscón de Guarnido, forma reduccionista de describir el que va a ser el tebeo del año, pero así nos entendemos.

¡Menudo mes de noviembre llevamos! El pasado fin de semana se estrenaba ‘El irlandés’, la que para mí es LA película del siglo XXI, y hoy tenemos a nuestro alcance ‘El Buscón en las Indias’, una obra maestra absoluta y descomunal en la que el titánico trabajo de Juanjo Guarnido a los pinceles es majestuoso, siempre al servicio de una historia que, palabrita, les dejará con la boca abierta.

No quiero contarles nada sobre el argumento, para que se enfrenten a la historia de forma libre y desprejuiciada. Tan sólo les copio lo que reza en la señorial portada en tapa dura del magistral tebeo editado por Norma: ‘una segunda parte de la Historia de la vida del pícaro llamado don Pablos de Segovia, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños; inspirada en la primera, tal y como en su tiempo la narrara don Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, caballero de la Orden de Santiago y señor de Juan Abad’.

Esta continuación del Buscón es portentosa, mágica y espectacular, insisto. El derroche de imaginación del que Guarnido y Ayroles hacen en el tebeo lo convierten en un hito histórico que se convertirá en referencial. No me extraña que, como nos contaba ayer José Enrique Cabrero en ESTA pieza literario-periodística, esté vendiendo 9.000 ejemplares a la semana en Francia, donde ha sido aclamado por la crítica y el público.

Se trata de un tebeo que debería estar en las bibliotecas de los institutos de nuestro país, compendio de todas las artes, elevadas a su máxima potencia. Hay literatura, pintura, arquitectura y escultura. Se escucha la música, se huele la podredumbre y hasta se puede saborear la comida. Hay historia, por supuesto. Hay filosofía, reflexión y sentidos homenajes a diversos personajes y secuencias de la mejor historia del cine. Y hay una sorpresa final que, insisto, les descolgará la mandíbula.

Yo que ustedes, me haría con un ejemplar de la primera edición, que trae una lámina de regalo y no tardará en cotizar alto en el mercado. Termino con un consejo: apunten en sus agendas el 7 de diciembre, fecha en la que Juanjo vuelve a Granada para presentar esta genialidad. ¡Imperdible!

Jesús Lens

Blacksad y el Buscón

Estoy aprovechando este fin de semana largo para entregarme a ese yo cultureta que, con el jaleo del día a día, tengo aletargado. Jornadas tranquilas y morosas para disfrutar del Festival de Jazz, de tantos libros y tebeos acumulados, del cine pendiente y de la oferta expositiva de Granada.

Les tengo que hablar de la exposición del Centro Lorca dedicada al amor en la vida y la obra de nuestro poeta más universal, pero hoy quiero recomendarles la exuberancia, el lujo de exposición dedicada a Blacksad, icono del cómic internacional, que tenemos en cartel en el Centro Cultural de CajaGranada en Puerta Real y que volví a ver ayer sábado, sin prisas. Con atención, tiempo y delectación.

Hablo en plural porque la exposición se encuadra en el marco de Granada Noir, tras varios meses de conversaciones con Juanjo Guarnido, uno de los padres de la criatura. Al principio nos planteamos seleccionar 20 o 25 páginas de la serie noir del gato detective y trabajar sobre su proceso creativo: guiones, bocetos, esbozos, trabajo de documentación y resultado final.

Pero Juanjo estaba en plena efervescencia creativa, ultimando su álbum sobre la historia del Buscón en la Indias, y optamos por darle visibilidad al trabajo realizado por la inquieta empresa granadina Contemporánea, que estaba girando una exposición dedicada a Blacksad por diversas ciudades españolas.

‘Juanjo Guarnido. Blacksad. Algún lugar entre las sombras’ es una gozada, de principio a fin. Además de algunas de las mejores páginas originales del tebeo, también hay mucho sobre el proceso creativo de las viñetas y los personajes, algo que, para mí, tiene un valor incalculable.

Pero es que, además, y esto es un estreno mundial, tenemos expuestas diez páginas completas de esa obra maestra que es ‘El Buscón en las Indias’, álbum que verá la luz el próximo 22 de noviembre en España, publicado por Norma.

Y cuando les digo que es una obra maestra no hablo por hablar ni de oídas. Ahí lo dejo… de momento. Vean la exposición de Blacksad y el Buscón. Es de lo mejor y más excitante del año artístico granadino.

Jesús Lens