Por la tarde-noche, cuando termino de trabajar, le echo un vistazo a eso que se ha dado en llamar ‘la actualidad’. Comienzo por los trending topics de Twitter y sonrío al comprobar el montón de polémicas, en su inmensa mayoría estériles, de las que me he mantenido ajeno.
Ayer a media tarde, momento en que escribía estas líneas, los protagonistas eran Marcos de Quinto, un tal Wijnaldum, Edgar Wright, Antonio Maestre y, de forma sorpresiva… ¡los reyes godos! Como iba en mayúsculas, Reyes Godos, al principio pensé que era una ministra, pero no. Eran los de la famosa lista. No me pregunten por qué eran tendencia. Ni lo sé ni me importa. Como hemos comentado otras veces, la vida real es lo que pasa mientras un número menguante de internautas se despellejan en las redes.
Después entro en las webs de los periódicos. Y allí también hay innumerables charcos y polémicas, la mayoría de ellos igualmente interesados y partidistas, faltaría más.
En Granada, por ejemplo, Paco Cuenca aparecía haciendo unas acaloradas declaraciones sobre la Feria del Libro, que estaría poco menos que en peligro de desaparición por la falta de compromiso de la Junta de Andalucía. Pensé en ironizar sobre lo reivindicativo que se ha vuelto con Sevilla desde que él está en la oposición municipal y Juanma Moreno en San Telmo, pero me dio pereza. Lo de los charcos, ya saben ustedes.
Si Paco Cuenca tenía tanta preocupación por dotar a la Feria del Libro de Granada de una sólida estructura profesionalizada, ¿por qué no lo hizo cuando estuvo en su mano? Nani Castañeda, en su carta a las instituciones, señalaba que desde 2015 viene denunciando la anómala y pobre aportación de la Junta de Andalucía al certamen literario. ¿Dónde están las encendidas reclamaciones del ex-alcalde al anterior gobierno de la Junta, tan del PSOE como él? ¡Ay, las cuestiones sin resolver!
Y luego está todo lo referente a la cuestión del gobierno catalán. Es un tema del que lo desconozco todo, total y absolutamente. No sé quién es quién ni qué intereses representa cada una de esas personas que, un día sí y otro también, aparecen en las fotos de los periódicos. Me declaro, además de inhábil, en rebeldía. Les prometo que no es dejadez o abandono. Es imposibilidad material de seguir el dictado de la actualidad en tiempo real y a golpe de polémica.
Jesús Lens