Hoy publico estas reflexiones en IDEAL, sobre Cines del Sur, un festival, efectivamente, IM-PRES-CIN-DI-BLE.
Todavía restan varias proyecciones del festival Cines del Sur. Hasta el viernes 13 hay tiempo de seguir viendo películas, pero el grueso de la programación ya ha terminado y el pasado sábado se fallaron los premios de la Sección Oficial de la octava edición de una cita cinematográfica absolutamente imprescindible.
Tengo que agradecer a José Sánchez-Montes la oportunidad que me ha brindado este año de conocer un poco más y mejor este festival, al haber formado parte del maravilloso jurado, compuesto por la cineasta Andrea Herrera y las profesoras Bárbara Zecchi y Ana Martín.
Desde su arranque, allá por el año 2006, he seguido muy de cerca Cines del Sur. Sin ir más lejos, aquel primer año ya hice las críticas de todas las películas a concurso para IDEAL y, después, he procurado ir al mayor número de proyecciones posible, así como participar en las diferentes y atractivas actividades paralelas de cada certamen. Por ejemplo, nunca olvidaré aquel vibrante, feraz y provocador diálogo entre el director mexicano Arturo Ripstein y su esposa y a la vez guionista, Paz Alicia Garciadiego.
Gracias a Cines del Sur hemos tenido en Granada a Omar Shariff, a Gael García Bernal, a Jafar Panahi o al japonés Kobayashi, por ejemplo. Pero, sobre todo, hemos tenido las películas. Porque, por mucho que nos pueda seducir la alfombra roja, lo realmente importante de un Festival de cine son las películas que los espectadores pueden disfrutar en pantalla grande y en las mejores condiciones de reproducción.
Y Cines del Sur nos ha traído decenas de grandes e importantes títulos y autores. Por ejemplo, en Granada hemos podido disfrutar de las brutales películas del filipino Brillante Mendoza antes de que se alzara con el premio al mejor director de Cannes en 2009. Y, precisamente este 2014, la Palma de Oro del festival más famoso del mundo ha sido para el turco Nuri Bilge Ceylan, cuya anterior película, “Tres monos”, fue una de las exhibidas en Granada, en la edición de 2011.
Sirva esta relación de películas y nombres para demostrar que los programadores de Cines del Sur saben, y muy bien, lo que se traen entre manos. Por eso, este año, al preguntar a la gente las razones que les llevaban a ver las películas del Isabel la Católica me decían que no las conocían ni habían leído nada de ellas, pero que confiaban en el criterio de los organizadores. Sabia decisión.
A nadie escapa que estamos saliendo de lo peor de la crisis pero que, de haberlos, los brotes verdes ni han llegado al mundo de la cultura ni se les espera. Al menos, no a corto plazo. El presupuesto de Cines del Sur de este año ha sido tan, tan ajustado y austero que la gente de la organización va a necesitar una larga cura intensiva de sueño, relajación y descanso. Y no solo por las horas echadas -esas ojeras y voces cascadas, el sábado noche, de Reyes y Pedro- sino por la colosal y heroica multiplicación de funciones. ¡Hasta el infinito y más allá!
Aún así, Cines del Sur ha vuelto a llenar el Teatro Isabel la Católica de un público entregado que ha respondido fielmente a esta cita anual, viendo las películas, comentándolas, votando por sus favoritas al final de cada proyección, etcétera. Y, de nuevo, el ambientazo en la Plaza de las Pasiegas, gracias a esa monumental pantalla al aire libre, frente a la Catedral. Cine gratuito que ha cosechado llenazos absolutos, cada noche. ¡Ni la lluvia pudo con el Bollywood filmado en España, entre Tomatinas y San Fermines!
La UGR y la Alhambra, los otros grandes aliados del Festival junto a las empresas que aportan su granito de arena para que el milagro sea posible, pueden estar satisfechas de un Festival que da visibilidad a un cine habitualmente invisible y que permite conocer las realidades de países geográfica y/o culturalmente a años luz de España, como Birmania, Japón, Uzbequistán, Túnez, Turquía, Uruguay, Kenia, India, Líbano o Irán.
Un cine que cuenta sus historias de forma diferente a los estándares habituales del cine comercial occidental. Un cine con otros tempos y registros que, sin embargo, habla de temas universales: la emigración, las tensiones de las sociedades en transformación, la complejidad de las relaciones familiares y, por desgracia, el de la violencia contra las mujeres; muy presente en el palmarés de esta edición de 2014.
Enhorabuena, pues, a la consejería de cultura de la Junta de Andalucía por mantener su compromiso con Cines del Sur, un festival imprescindible que ya se ha hecho un hueco en el corazón de Granada y que tiene dos desafíos por delante: el primero, tratar de fidelizar al público más allá de estas dos vibrantes semanas de junio, buscando la forma de seguir proyectando cine invisible a lo largo de todo el año.
La segunda: dar continuidad a una estructura estable del Festival, aunque sea mínima, que permita buscar, ver y conseguir las mejores y más atractivas películas del mercado, de cara a su proyección en Granada.
En este mundo cada vez más competitivo, homogéneo, colonizado y clonado; un festival como Cines del Sur es un privilegio que contribuye a diferenciarse y a destacarse como referente internacional. ¡Nada menos!
¡Sigamos apoyándolo, entre todos y larga vida a Cines del Sur!
Jesús Lens